Aldabe y Barrenetxea elevan el listón
Urriza pierde al lado de Larrañaga su última final como remontista a las puertas de despedirse del remonte en Galarreta el sábado 28
Javier Urriza falla el último tanto. Intenta un botecorrido, el recurso que tantas veces le ha conducido al éxito, y no consigue introducir la ... pelota en la cesta. Una sensación extraña recorre el interior de un remontista habituado a ganar finales y, más aún, a decidirlas.
Era su última final y su penúltimo partido como profesional, a la que pondrá el colofón el sábado 28 en Galarreta. Buscaba la victoria con el mismo ahínco de siempre, con ese espíritu competitivo que ha caracterizado su diltada carrera como pelotari, primero en la pala y más adelante en el remonte. Puso todo sobre la cancha. No le bastó ante una pareja superior, Aldabe y Barrenetxea IV, que inscriben por primera vez su nombre en el palmarés del Sagardoaren txapelketa, ocupado en cuatro de sus casilleros por Urriza: 2018 con Garcés, 2021 con Zaldua, 2022 con Zubiri y 2024 con Martirena.
Admitió la derrota con deportividad y con la resignación a la que tantas veces ha condenado a numerosos compañeros de profesión. Los aplausos de los pelotazales que llenaron Galarreta a la conclusión del encuentro hablan por sí solos. Kemen Aldabe y Endika Barrenetxea no se rindieron durante la final, pero tuvieron que compartir la ovación con los derrotados, con esa figura a quien le queda por delante un solo capítulo de una historia hermosa de la que ya forma parte su última final, aunque terminara en derrota.
Aldabe y Barrenetxea IV elevaron un punto más su rendimiento en la final, broche de una primera fase interesante y de una semifinal en la que no dieron opción a Ezkurra II y Juanenea. Como en la final a Urriza y Larrañaga. Han ido a más con el paso de las semanas y han pulido una estrategia de juego que funciona.
Urriza-Larrañaga
0
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2
Aldabe-Barrenetxea
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Tiempo de juego: 56 minutos y 7 segundos.
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Pelotazos a buena: 138
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Primer set: 1-0, 1-6, 7-6, 7-7, 8-7, 8-9, 9-9 y 9-15.
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Segundo set: 0-3, 1-3, 1-7, 2-7, 2-8, 5-8, 5-10, 7-10 y 7-22.
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Tantos de saque: Larrañaga, 1. Barrenetxea IV, 5.
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Faltas de saque: Larrañaga, 0. Barrenetxea IV, 0.
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Tantos en juego: Urriza, 7. Larrañaga, 4. Aldabe, 10. Barrenetxea IV, 8.
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Tantos perdidos: Urriza, 5. Larrañaga, 2. Aldabe, 2. Barrenetxea IV, 2.
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Momios de salida: a la par.
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Incidencias: lleno en el frontón Galarreta de Hernani. Nada menos que 1.400 espectadores acudieron a la llamada de la final del Sagardoaren txapelketa.
Hay datos significativos. Urriza y Larrañaga tomaron únicamente la delantera en tres momentos de la final, todos en el primer set: 1-0, 7-6 y 8-7. El resto del partido fueron por detrás en el electrónico. Además, Aldabe y Barrenetxea IV llevaron la iniciativa del juego y del peloteo en la mayoría de los tantos gracias a una fórmula tan sencilla como eficaz.
Aunque Urriza paró numerosos saques envenenados de Endika Barrenetxea, sus apuradas devoluciones permitieron a los azules marcar el ritmo. Aldabe firmó el 1-6 de dos paredes, pero no se prodigó con esa jugada. Prefirió jugar hacia dentro y cruzar a la pared izquierda con velocidad, característica propia de su estilo a la que añadió intención y dirección. También él supo frenar los saques de Larrañaga.
Un quebradero de cabeza
Los pelotazos del delantero de Lekunberri fueron un continuo quebradero de cabeza para Urriza, al que le costó mucho revertir los tantos y encontrar buenas posiciones de ataque. Prodigarse en tareas ingratas nunca es buena señal.
También Iban Larrañaga confirmó su calidad defensiva con un puñado de devoluciones desde posiciones inverosímiles. La compañía de un Urriza en plenitud quizá hubiera bastado para acercarles al triunfo. El de Pamplona conserva un nivel alto para alguien de 43 años, pero Aldabe y Barrenetxea IV habían colocado alto el listón.
Urriza y Larrañaga reaccionaron al 1-6 del set inicial para igualar a 6, 7, 8 y 9. El saque de Barrenetxea IV no era tan determinante como en sus últimas apariciones. Sin embargo, cuatro tantos directos con el primer disparo desde el 9-9 al definitivo 9-15 ayudaron a que el partido entrara en una dinámica favorable para sus intereses.
Aldabe, que en ningún momento perdió la concentración, y Barrenetxea IV encauzaron la final gracias a un parcial de 13-1 entre el 9-9 del primer joko y el 1-7 del segundo. Faltaba culminar.
Urriza y Larrañaga pelearon cada tanto como si fuera el último. Llevaron el encuentro a una duración de 56 minutos a pesar de sumar solo 16 tantos en el global. Pegaron un último arreón para acercarse al 5-8. Abierta la posibilidad de ponerse a dos tantos, la cortada de Urriza desde el cuatro se estrelló en el bajochapa. Errores de ese tamaño se pagan cuando vas a remolque.
El adiós de Urriza abre un nuevo escenario en el que a sus actuales compañeros de empresa les toca dar un paso adelante. No basta con pensar que las txapelas estarán más fáciles que antes. El hueco a llenar es inmenso. Endika Barrenetxea debe jugar un papel principal como principal referente de la zaga. Kemen Aldabe ha dado un paso adelante que toca confirmar con el paso de los meses. Oriamendi necesita de todos ellos para que la vida del remonte no se apague con la marcha del número uno.
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