Aimar Olaizola, el inquilino de las finales del Parejas

Aimar Olaizola se convertirá el domingo en el Bizkaia de Bilbao, en el pelotari que más finales ha disputado en la historia del Campeonato de Parejas, con ocho. Eso sí, siempre que haya partido porque a día de hoy no está nada claro. El delantero goizuetarra rompe de esta forma el empate que mantenía a siete comparecencias con otros grandes campeones como Retegi II, Maiz II, Beloki y Martínez de Irujo. Aimar no es el pelotari que más txapelas cuenta en su palmarés. Posee tres, mientras que sus paisanos Maiz II, Retegi II e Irujo se han subido en cinco ocasiones a lo más alto del cajón. De ganar con Urrutikoetxea a Ezkurdia y Martija, igualaría a Titín, Errandonea y Goñi III con cuatro entorchados.

El menor de la saga de los Olaizola disputó su primera final en 2003, en las filas de Aspe, con Pascual como zaguero. Y perdió por 22-15 ante Koka, que entró como suplente, y Beloki. Tuvo que esperar un lustro, hasta 2008, para estrenar su palmarés y llevarse a casa la lana ya como pelotari de Asegarce. El hernaniarra Mendizabal II fue su guardaespaldas en el triunfo frente a Titín III y Laskurain (22-17).

Tres años después, en 2011, volvió a saborear las mieles del triunfo con Begino. Xala y Beroiz, recambio de última hora de Berriola, baja por lesión, sucumbieron ante el poder del goizuetarra y el zaguero de Auza (22-14). Y la tercera y última, de momento, llegó en 2016, después de una nueva sequía de cinco ediciones. La logró con Urrutikoetxea, que cambió su posición de delantero a zaguero, frente a Martínez de Irujo y Rezusta (16-10) en el último partido como pelotari profesional del mago de Ibero. Irujo se rompió un dedo de su mano derecha al devolver una pelota en la contracancha y no pudo seguir jugando pese a que lo intentó. Después llegaría el anuncio de su retirada definitiva por culpa de una dolencia cardiaca.

Pero no todo han sido alegrías para el goizuetarra, quien a sus 40 años –cumple 41 el 13 de noviembre– y tras renovar su contrato con Baiko hasta 2022, también ha sufrido en sus propias carnes el amargo sabor de la derrota. La primera en la ya mencionada de su estreno, a la que siguieron otras tres más. En 2006 dobló la rodilla (22-11) con Zearra ante los Martínez, Irujo y Eulate. Tres años más tarde, de nuevo otra decepción, en este caso con Mendizabal II, con quien repetía presencia, en aquella final que pasará a la historia por la escapada de Goñi III que dio el triunfo por la mínima al zaguero de Zubiri y Martínez de Irujo.

Y la última en 2014, con Aretxabaleta frente a Martínez de Irujo y Barriola (22-13). El de Ibero se convirtió en su bestia negra en el Parejas mientras estuvo en activo. Aimar afronta una nueva final con Urrutikoetxea, el pelotari con el que consiguió su último título. Ambos quieren la txapela para seguir figurando en el selecto club de los elegidos.