«Barriola cae bien a todo el mundo»

«Barriola cae bien a todo el mundo, se lleva bien con todos. Hay pelotaris como yo, Martínez de Irujo, Irribarria o Altuna II que por nuestra forma de ser o por nuestra forma de jugar tenemos partidarios y detractores. En cambio, con Abel eso no pasa. Tiene algo especial que engancha al público». La reflexión es de Aimar Olaizola, un campeonísimo al que también le costará hacerse a la idea no volver a compartir vestuario con el zaguero de Leitza a partir del lunes después de tantos años de confidencias, de buenos y malos momentos, de sufrimientos y alegrías...

Abel Barriola cuelga mañana el gerriko en el Atano III de Donostia tras 18 temporadas como profesional y con un palmarés impresionante, que incluye la triple corona: Manomanista, Parejas y Cuatro y medio. «Claro que iré al Atano III, no quiero perderme su despedida», adelanta el goizuetarra, quien comparte amistad y también rivalidad con el leitzarra desde que eran críos. «Abel es un año mayor que yo, pero hemos jugado muchos partidos juntos, sobre todo en juveniles. También hemos sido rivales, pero en aquella época formamos pareja muchas veces. Éramos del club Paz de Ziganda. Como no hay tanta distancia entre Leitza y Goizueta, unas veces venía él con nosotros a los partidos y otras iba yo con ellos». Así, en aquellos viajes de frontón a frontón, en aquellos partidos como aficionados, comenzó a fraguarse una amistad que se ha mantenido hasta hoy. «Desde siempre ha habido un pique sano entre nuestros pueblos, pero nunca entre nosotros», desvela el menor de la saga de los Olaizola.

Juntos consiguieron un buen número de torneos y campeonatos en el campo aficionado, entre ellos el de EL DIARIO VASCO como promesas en 1996. «Creo que jugamos la final en Bergara», dice no muy convencido el goizuetarra. Se llevaron las txapelas al batir por 22-11 a Blanco y Tejero. «También llegamos juntos a dos finales consecutivas del torneo de El Antiguo -en juveniles en 1995 y al año siguiente en promesas-». Ganaron una y perdieron otra. Ambas fueron contra la misma pareja, la formada por los donostiarras Vicente y Gastesi.

Debutaron casi a la vez

Sus carreras se separaron cuando dieron el salto al profesionalismo. «Abel debutó antes que yo, destacaba mucho más. Tenía mucho golpe y andaba mucho en la cancha para su edad», rememora Aimar Olaizola. El leitzarra lo hizo el 22 de febrero de 1998 en el Beotibar de Tolosa. El goizuetarra tuvo que esperar dos meses más, hasta el 12 de abril, para doctorarse en el Jaian Jai de Lekunberri.

Desde ese día han sido rivales en innumerables ocasiones, incluso en finales. La última vez que se vieron las caras con una txapela en juego fue en la del Campeonato de Parejas de 2014. Barriola se alió con Martínez de Irujo y Olaizola II con Aretxabaleta. El triunfo correspondió a los pelotaris de Aspe.

«Abel ha sido un pelotari grande en el vestuario, muy grande», incide Olaizola. «Es una persona alegre, natural, tanto en la calle como en las entrevistas, por eso se lleva bien con todo el mundo».

Y califica la decisión de Barriola de colgar el gerriko como «algo muy complicado. Acaba de disputar el Campeonato de Parejas y se ha enfrentado a los mejores zagueros de las dos empresas. Eso dice mucho a su favor. Podía haber seguido en activo, pero ha querido retirarse dando una buena imagen, como un señor. Abel tiene un carisma especial y todos vamos a echarle de menos».

A partir de mañana ya no coincidirán a la hora de ponerse los tacos en el vestuario, ni tampoco en la cancha. Sus carreras se separarán definitivamente. Barriola ha considerado que era el momento idóneo para decir adiós. Olaizola seguirá dando guerra en los frontones.