Las últimas supervivientes en Gipuzkoa
El Antiguoko Splash ha sido el único equipo femenino del territorio esta temporada, lo que le ha obligado a disputar la liga alavesa para mantener activas a sus 15 jugadoras
Miguel González
Miércoles, 18 de junio 2025, 00:15
El fútbol sala femenino atraviesa una situación crítica en Gipuzkoa. Hace un tiempo desaparecieron las categorías inferiores y en los últimos años ha ido menguando ... el número de los equipos sénior hasta el punto de que ahora solo hay un conjunto de chicas en todo el territorio: el Antiguoko Splash de Donostia. Como no tienen contra quiénes jugar, esta temporada lo han hecho en Álava, donde han quedado cuartas en liga y han sido campeonas de Copa tras derrotar al mejor conjunto alavés, el Ibaialde Salburua. Un éxito que no oculta la problemática que vive este deporte en la categoría femenina.
Desde la Federación Guipuzcoana, Gurutz Bozal, presidente del comité de fútbol sala, apunta a varios motivos para explicar la situación actual. «Por un lado, el fútbol femenino ha tenido un importante tirón en los últimos tiempos con las Irene Paredes, Alexia Putellas y Aitana Bonmatí, es innegable, y por otro, hoy casi todos los pueblos de Gipuzkoa cuentan con campos atractivos de hierba artificial que ha hecho que jugadoras que antes practicaban fútbol sala en los polideportivos se pasen a campo grande. Ésa es la realidad».
De 9 equipos a uno en tres años
El desplome ha sido cosa de los últimos años. En la temporada 21/22 tomaron parte nueve equipos en la liga femenina de Gipuzkoa que hicieron una competición a doble vuelta con 18 jornadas y 16 partidos, ya que al ser impares a un conjunto le tocaba descansar. Ordizia, Antiguoko, Laskorain, Eskoriatza, Anoeta, Lazkao, Idiazabal, Tolosala y Lauburu fueron, por orden final de clasificación, los participantes. De ellos, el Idiazabal, Laskorain y Eskoriatza se cayeron en la campaña 22/23 y en la 23/24 no se inscribieron Ordizia ni Lazkao, por lo que jugaron únicamente el Antiguoko, Lauburu, Anoeta y Tolosala. Hace un año por estas fechas, cuando la Federación abrió el plazo de inscripciones, solo se apuntó el Antiguoko pero no tenía contra quién competir.
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«Era aburrido jugar contra las mismas y por eso desaparecieron equipos»
Desde el comité guipuzcoano de fútbol sala, Gurutz Bozal cuenta que «la solución que se nos ocurrió fue solicitar a la Federación Alavesa poder jugar allí, pero era algo complicado por el asunto de las fichas y los desplazamientos, pero con buena voluntad de todos lo resolvimos».
Aitor Maté, entrenador del Antiguoko, explica que «no podíamos dejar tiradas a las 15 jugadoras de la plantilla, por lo que apostamos fuerte por la opción de Álava. Al principio nos pidieron que teníamos que jugar todos los partidos allí, pero al final conseguimos jugar en Donostia los de casa, por lo que en vez de viajar todas las semanas lo hemos hecho cada quince días. La diferencia es importante».
Maté, donostiarra de Egia de 42 años, lleva jugando 17 años a fútbol sala y cinco entrenando al femenino sénior del Antiguoko en los que ha compaginado las canchas con los banquillos. «Esta temporada me rompí el cruzado, así que me he podido dedicar exclusivamente a entrenar. Llevamos el equipo entre Myriam Prados, la segunda entrenadora, y yo. Es muy fácil dirigirlas porque todas tienen una actitud muy buena y muchas ganas».
Para jugar en el territorio vecino agradece el papel que ha jugado Iñigo Uriarte, presidente del comité de fútbol sala de la Federación Alavesa, «una persona encantadora que ha entendido la situación que atravesamos aquí y se ha brindado a abrirnos las puertas. Le debemos mucho porque sin él, las últimas 15 jugadoras de fútbol sala en Gipukoa tendrían que haber colgado las botas y dejar el deporte en activo».
El técnico del conjunto celeste hace una valoración positiva de la experiencia porque «nos ha permitido enfrentarnos a equipos nuevos y conocer a otras jugadoras. En ese sentido, todo ha sido más emocionante e ilusionante». Sin embargo, admite que supone un esfuerzo ir cada quince días a Vitoria. «Vamos en coches particulares y el club nos paga la gasolina. Jugamos allí los domingos por la tarde, de forma que el resto del fin de semana las jugadoras tienen libre, porque algunas trabajan el sábado. Entre ir y volver, el partido y que tienes que llegar con antelación al pabellón, se te va mucho tiempo. No es lo mismo que jugar en Tolosa. Pero lo hemos pasado tan bien, que solo por verlas disfrutar todo ha merecido la pena».
Intentos por reflotar el barco
En un momento tan crítico están surgiendo iniciativas para fomentar la práctica del fútbol sala femenino. En la zona de Tolosa varias jugadoras que militaron en el Tolosala quieren reflotar el equipo. Incluso pensaron en organizar una jornada festiva para este mes con un torneo popular que atrajera a posibles interesadas, pero está en el aire porque el tiempo se les echa encima y hay mucho trabajo por delante.
En Trintxerpe, el torneo de Fiestas del Carmen que se juega en las pistas de Azkuene cuenta por primera vez con una versión femenina en la que se han inscrito cuatro equipos recreativos. Mientras tanto, las quince heroínas que mantienen vivo el pabellón del fútbol sala federado en Gipuzkoa son Arantza López de Turiso, Haizea Fernández, Itsaso Sexmilo, Shuyi Sesma, Gemma Palacios, Ane Arregi, Coni Portas, Naike Arriola, Camila Aboitiz, Maialen Salaberria, Idoia de la Torre, Corina Pesca, Miren Valdés, Maialen Goikoetxea y Kande de Simón.
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