El día que todos subimos al Everest

Egin dugu, egin dugu», fueron las primeras palabras del hernaniarra Martin Zabaleta, para comunicar desde la cima del Everest a sus compañeros que Pasang Temba y él mismo habían alcanzado el techo del mundo. Unas palabras en euskera que hoy se hubieran vuelto virales. Pero hace 40 años no existían las redes sociales…

Era el 14 de mayo de 1980. Los protagonistas, todos los componentes de la expedición vasca: Juan Ramón Arrue (Azpeitia, 1948), Xabier Erro (Lesaka, 1946), Ricardo Gallardo (Donostia, 1940), Javier Garaioa (Pamplona, 1950), Emilio Hernando (Bilbao, 1953), Juan Ignacio Lorente (Gasteiz, 1939), Kike de Pablo (Zamora y residente en Bilbao, 1952), Ángel Rosen (Biarritz y residente en Vitoria, 1942), Luis María Sáenz de Olazagoitia 'Petxu' (Vitoria, 1943), Joxe Urbieta 'Takolo' (Azpeitia, 1941), Felipe Uriarte (Pasai San Juan, 1944) y Martin Zabaleta (Hernani, 1949). Entre todos culminaron lo que se inició en 1974 con la famosa expedición Tximist, la primera vasca que intentó el Everest. Seis años más tarde, por fin, el alpinismo vasco hollaba esos preciados 8.848 metros que tiene la cumbre más alta del mundo.

Aquel miércoles 14 de mayo de hace 40 años, en los diferentes campos de altura donde se encontraban distribuidos varios alpinistas vascos hablaban entre ellos para informar de su situación. Y a la vez esperaban noticias de arriba. Hasta que en los walkis saltó un «Gora Euskadi Askatuta» que interrumpió todas las conversaciones. La atención estaba en esa entrada. «A ver Martin, ¿dónde estáis?», contesta alguien de los campos inferiores hasta el campo base. El hernaniarra responde: «Egin dugu, egin dugu. Es la cumbre, es la cumbre».

Escribe así Martin Zabaleta en el libro de Felipe Uriarte 'Oscura cabeza humeante. Vascos en el Everest (Elkar 1981)': «Rodeados por nubes, oculto el paisaje de nuestro alrededor, permanecemos en la cima durante tres cuartos de hora. Como estamos en la cumbre, nos sentimos bien; cansados pero bien. ¡Qué rápido pasa el tiempo aquí arriba!». Y hay que bajar.

El descenso resultó complicado. Así relata Zabaleta lo que ocurrió: «En la arista, antes de llegar al Escalón de Hillary, Pasang se cae por una pendiente y queda parado en unas rocas. Le ayudo a llegar otra vez hasta la arista. La caída le ha asustado mucho…». Continúan la bajada y «repentinamente un grito y enseguida un fuerte tirón de cuerda. Se ha caído otra vez… Una cornisa ha cedido bajo sus pies y se ha quedado colgando en el aire, tres mil metros de vacío bajo él…». Pese a ellos, un Martin Zabaleta cerebral, sin que cundiera el pánico, reacciona: «Habrá que sacarle de ahí… Aquí todo puede ocurrir y el ver a Pasang colgando bajo una cornisa me parece de lo más normal». Consigue rescatarle y ante la noche, que se les echaba encima, y el cansancio acumulado, deciden vivaquear: «Estoy muy tranquilo, no pienso que nos vaya a pasar nada».

Pasan la noche como pueden en una grieta que Martin había visto al subir, y reinician el descenso a la mañana siguiente. Alcanzan el Collado Sur: «Lorente me recibe emocionado; abrazados lloramos». A 8.000 metros de altura, Zabaleta se encontraba a gusto: «Metido en el saco, me siento como en casa. Estoy a ocho mil metros y tengo la sensación de estar en casa». El 17 de mayo todos se reúnen en el campo base.

En 1980 era lehendakari Carlos Garaikoetxea, que puso énfasis en la «hazaña» de la expedición vasca al Everest a través de su telegrama de felicitación: «Ahora que habéis llegado al techo del mundo, recibid en nombre de Euskal Herria y en el mío propio un afectuoso saludo».

El presidente de la Euskal Mendizale Federazioa Antton García se explayaba así respecto al éxito de los vascos en el Everest: «Ha sido la culminación de muchos años y esfuerzos. Yo estaba convencido de que lo conseguirían porque es un equipo muy fuerte y con una gran preparación. El éxito de la expedición vasca al Everest puede servir para empujar a los más jóvenes a realizar montaña cada vez con más ahínco para que puedan lograr ellos también los objetivos que se vayan proponiendo».

Las últimas cuatro décadas han sucedido muchas cosas. De los doce componentes de la expedición, Ricardo Gallardo murió en un accidente de tráfico el 20 de abril de 1989. Joxe Urbieta 'Takolo' falleció de repente el 12 de agosto de 2000. Murieron por enfermedad Emilio Hernando el 27 de agosto de 2013 y Xabier Erro el 26 de marzo de 2018.

Martín Zabaleta vive en Estados Unidos. De los demás, ya todos septuagenarios, algunos siguen en activo yendo al monte, escalando o practicando senderismo.

En el 25 aniversario de aquella primera ascensión vasca al Everest, se reunieron junto a los miembros de la expedición Tximist del 74 para la celebración en Vitoria el 21 de mayo de 2005. Acudieron incluso el sherpa de cumbre, Pasang Temba, y el sirdar –jefe de sherpas– de la expedición, Penba Shering.

Unas semanas después del terremoto que asoló Nepal en abril de 2015, los componentes de las expediciones Tximist'74 y de la vasca de 1980 se volvieron a juntar para conmemorar el 35 aniversario de esa ascensión al techo el mundo. Y lo hicieron en Donostia, en el Teatro Principal, para disfrutar de la película 'Agur Everest'.

Aquel 14 de mayo de 1980 marcó un antes y un después en la historia de nuestro alpinismo. Fue una expedición de éxito, una expedición que se había iniciado con la Tximist de 1974 y que se ha reflejado en el libro ya mencionado, 'Oscura cabeza humeante', y en la película 'Agur Everest', dirigida por Fernando Larruquert y Juan Ignacio Lorente. Además, en diciembre de 2018, en el marco del Bilbao Mendi Film Festival, se presentó el cómic 'Everest Expedición Vasca 1980. Todo un pueblo en la cumbre', con textos de Ramón Olasagasti e ilustraciones de César Llaguno.

Aquel 14 de mayo de 1980, como señalan desde Sua, la editorial del cómic, «toda Euskal Herria subió con Martin Zabaleta a la cima del Everest».