«Si no respetas los códigos de conducta no tienes cabida en este club»
El club Añorga obliga a firmar un protocolo a sus deportistas, técnicos y familias con el objetivo de generar un espacio deportivo respetuoso
El deporte debe ser un espacio de aprendizaje y una herramienta fundamental para el pleno desarrollo de la infancia. Conscientes de que la violencia es ... una realidad en el ámbito deportivo y lamentablemente muchas de sus manifestaciones se vuelven ocultas o invisibilizadas, el Añorga Kultur eta Kirol Elkartea, de San Sebastián, ha decidido actuar para erradicar los malos comportamientos y fomentar un entorno seguro para todos. Buscan implicar no solo a los deportistas, también a monitores, técnicos y familias, y por ello, han diseñado un protocolo y unos códigos de conducta de obligado cumplimiento.
«Todo parte de una ley de protección integral a la infancia y a la adolescencia frente a la violencia, denominada comúnmente LOPIVI, que hay que cumplir. Por ello, y ayudados por la Real Sociedad Fundazioa, llevamos trabajando muchos años trabajando en esto. Basándonos en lo que dice la ley hemos publicado el protocolo de prevención y acción, algo que también están haciendo el resto de clubes», explica a este periódico Oier Mendiola, miembro de la Junta Directiva.
Una vez diseñadas las reglas y procedimientos, en sintonía con la campaña Kirolean Errespetuz promovida por este periódico, para evitar situaciones violentas y para guiar las respuestas si estas se presentan, desde el club lo están dando a conocer a todos los agentes implicados. «Estamos organizando reuniones informativas, para explicar que hay un protocolo, que vamos a seguir a rajatabla ante casos de racismo, de bullying, o de cualquier actuación que no entre dentro de los estándares de respeto y convivencia», subraya.
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Esta temporada incluye una novedad. Tanto los jugadores, los monitores y técnicos y las familias están obligados a firmar un código de conducta específico para cada colectivo. En ellos se detallan los puntos a los que se debe comprometer cada uno y los derechos que también tienen. «Aquella familia, jugadores, monitores, entrenadores que no firmen, no pueden ser parte del club, no tienen cabida», sentencian. El incumplimiento de los compromisos adoptados acarreará consecuencias inmediatas.
Cosa de todos
Los jugadores en la práctica de su deporte se comprometen a respetar a su entrenador y compañeros de equipo. A fomentar el juego limpio. A no fumar, ni beber alcohol, ni consumir drogas en las instalaciones, ni tampoco a consumir sustancias dopantes de ningún tipo. A respetar las reglas de comportamiento en los vestuarios, cumplir con los horarios y a no abandonar las instalaciones deportivas sin comunicárselo a una persona adulta responsable de la entidad. También se hace especial hincapié a aceptar con deportividad y respeto cualquier decisión técnica de árbitros y los adversarios.
«No haré bullying e informaré si veo que se le hace a otra persona. Discriminando a alguien deliberadamente por razón de sexo, raza, religión, identidad u orientación sexual, o habilidad. Utilizando las redes sociales de una forma inadecuada. Insultando o humillando a alguien. Peleándome o dañando a otras personas, física o emocionalmente. No acosaré ni abusaré sexualmente», dicta la norma.A su vez, se especifica que tienen derecho a no ser juzgados o discriminados. A ser protegido de malas conductas y saber dónde pedir ayuda y a no sufrir consecuencias .
En cuanto al código de conducta que deben firmar las familias destaca el animar respetando las reglas y a las personas. El abstenerse de presionar o generar falsas expectativas y elogiar los esfuerzos en vez de centrare en el rendimiento y los resultados. También el abstenerse de tomar fotografías o vídeos en los que aparezcan menores.
Los monitores deben comprometerse a dar más valor al bienestar que al resultado o el marcador. A ser un ejemplo, y a actuar con deportividad sin utilizar palabras soeces, comentarios sexistas, racistas, homófobos, lesbófobos, transfobos, o discriminatorios. A no presionar, como forma de control ni tampoco accederé a los vestuarios mientras se están cambiando excepto emergencia.
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