«Vi peligrar la txapela y pensé que si Larrañaga subía el ritmo me iba a ganar»

Iker Vicente Saralegi (Otsagabia, 23 años) se proclamó por segunda vez ganador del campeonato más importante de la aizkora el domingo en el barrio bilbaíno de Miribilla.

–¿Qué sabor le deja su segunda txapela veinticuatro horas después de la victoria?

–Estoy muy contento. Ganar txapelas grandes es algo muy difícil. Se consiguen pocas a lo largo de una carrera deportiva y alcanzar la segunda supone una sensación gratificante.

–Nada más acabar la prueba fue autocrítico y aseguró que técnicamente cometió fallos, lo que demuestra su nivel de exigencia. ¿En qué falló?

–No estuve acertado en los cortes. Normalmente suelo andar bien en esa faceta, no fallo técnicamente. Incluso se puede decir que es uno de mis puntos fuertes, pero en la final cometí algunos fallos en los cortes, quizás por la presión. Es posible que haya sido algo puntual y seguramente hoy no cometería esos mismos errores. Repetí un pequeño fallo en todos los troncos. Lo corregiré para los siguientes campeonatos.

–El registro de 38:46 es bueno a pesar de que las maderas no parecían las mejores.

–Estaban puestas a la perfección. Peña hizo un gran trabajo, pero había que darle duro en cada golpe y eso aumenta la exigencia de la final. Cuesta más y el sufrimiento es mayor. Antes de empezar me daba igual qué lote elegir, ya que estaban muy bien puestas y parecía que no había diferencias de uno a otro.

–Decidieron la final los dos últimos troncos de 60 pulgadas. ¿Es el tamaño de madera en el que mejor se desenvuelve?

–Es verdad que me encuentro a gusto en esa medida, pero reconozco que fue donde más fallé en los cortes el domingo. En los oinbikos de 72 pulgadas cada vez me encuentro más cómodo. Los troncos grandes son los menos habituales a lo largo del año. Solo los cortamos en campeonatos importantes de forma puntual y hay que habituarse a ello. Requieren experiencia y años.

–Tuvo pegado a Mikel Larrañaga durante media hora de prueba. ¿Vio peligrar la txapela o guardaba una marcha más para escaparse al final, como ya ha sucedido en algún que otro campeonato?

–Durante mucho tiempo vi peligrar la txapela. Desde el inicio imprimí un ritmo fuerte y Larrañaga también comenzó a tope. Intenté sujetarle y en muchos momentos me costaba mantener su ritmo. Iba al 100% y no podía dejarle. Pensé que me iba a mantener a ese ritmo y que si Larrañaga subía algo me iba a sobrepasar. Después, hacia el final, a ese ritmo trepidante, la moneda cae hacia un lado o al otro, y cayó de mi lado. Nos mantuvimos 30 minutos a la par y al final cedió él.

–¿Cómo vio a los rivales?

– Larrañaga estuvo muy bien. Otaño no terminó lejos y hay que tenerle en cuenta. Perder dos minutos en este tipo de trabajo largo no es diferencia y ya está ahí. No sé lo que le pudo ocurrir a Atutxa, me sorprendió ver cómo se quedaba atrás casi desde el inicio. Creo que Txikia no tuvo su mejor día e Irazu estuvo muy, muy bien.

–Este año el campeonato se ha disputado más tarde de lo habitual. ¿Se tomará un descanso o seguirá compitiendo?

–Desde julio estaba centrado en llegar bien a esta cita. Me he entrenado mucho. Han sido meses de preparación y duro esfuerzo. He alcanzado los objetivos. Ahora me toca desconectar y descansar.

–El espectáculo deportivo y la organización han recibido críticas muy positivas.

–Todos hemos hecho un esfuerzo especial. Estamos contentos. En los últimos años pedíamos eso, avanzar en muchos aspectos más modernos y creo que se ha conseguido. El resultado ha sido bueno.

–Hasta le entregó la txapela un robot.

–Eso fue una sorpresa. Los aizkolaris lo desconocíamos hasta el mismo domingo. Xabi Uribe-Etxebarria nos lo comentó al llegar al recinto. Fue algo diferente y bonito.

–Los aizkolaris han trazado un camino propio este año. ¿Seguirán por la misma senda?

–Tenemos que juntarnos para determinar los próximos campeonatos. Hemos tomado este camino y vamos a seguir por é. Personalmente tengo claro que quiero continuar por esta línea y no volver a lo de antes. Hay que mejorar. Si la Federación está dispuesta a colaborar y unirse a este proyecto, será bienvenida. Pero los aizkolaris seguiremos por esta vía.