Las diez noticias clave de la jornada
Iker Vicente, en el arreusku que le bailaron en la celebración en Saizar.
Iker Vicente | Aizkolari

«¿Las nueve txapelas de Mindegia? Están lejos, voy año a año»

El de Otsagabia siente que acertó con el ritmo para lograr el cuarto título de campeón de Euskal Herria: «Gestiono mejor la presión y me hace mejorar»

Álvaro Vicente

Lunes, 3 de noviembre 2025

Iker Vicente (Otsagabia, 1997) se alzó el domingo en Azkoitia con su cuarto campeonato de aizkolaris de Euskal Herria (2019, 2023, 2024 y 2025) situándose ... a la par de Arria II. Por delante ya solo tiene en el palmarés histórico a Aitzol Atutxa (5); Floren Nazabal, José Mari Olasagasti y Anjel Arrospide (6) y a Mikel Mindegia (9). Vicente hace repaso a la final después de celebrar la victoria con amigos y familiares en la sidreria Saizar.

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Desde la distancia, la sensación fue que tuvo siempre la final bajo control.

– Tuve un día bueno. Las sensaciones desde primera hora de la mañana fueron positivas y a la hora de hacer balance siento que acerté con el ritmo. Salvo en los dos primeros troncos en los que estuve por detrás, se puede decir que gestioné bien los esfuerzos cuando afronté los troncos más grandes y fue ahí donde pude sacar ventaja.

– Cuatro minutos sobre Hodei Ezpeleta, el segundo clasificado, es mucha renta.

– Corroboré que he llegado en plenas condiciones a esta final. Acabé vacío, muscularmente muy exigido, pero siempre pude coger aire entre tronco y tronco controlando a mis rivales, en especial a Hodei. Me salió la final soñada. Desde fuera las cosas se ven muy fáciles, pero todos los campeonatos tienen sus momentos difíciles.

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– Es joven, apenas 28 años, y ya tiene cuatro txapelas de Euskal Herria. ¿Se ve acercándose o superando las nueve de Mindegia?

– Cada vez más gente me lo dice, pero siempre contesto lo mismo: voy año a año. El récord lo veo muy lejos, porque es estar muchos años a un muy buen nivel, no fallar, no tener ninguna lesión. Me dan rabia los años que perdimos con lo de Sherpa, otro año que me quedé sin poder competir... Espero poder luchar por unas cuantas txapelas más, pero también soy consciente de que en cualquier momento puede aparecer un chaval joven que me dé caña como hice yo. Las nueve de Mindegia las veo lejos. Mi sueño era ganar una txapela y ya tengo cuatro...

– Este año volvían los Larrañaga, Txikia... ¿Lo ha notado?

– Claro, hay mucho más nivel. En la eliminatoria creo que mostré un nivel buenísimo, de mis mejores días cortando. Hay nivel y como el ejercicio es más corto, se colaron Gabirondo y Zaldua. Aquí todo el mundo se entrena y todo el mundo te exige.

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– ¿Qué ha ganado con la edad?

– Me noto más fuerte y con más capacidad de sufrimiento. En una disciplina tan técnica y exigente como la aizkora siento que voy mejorando con los años. Y eso que al explotar tan pronto pensaba que mi vida deportiva sería más corta. De momento sigo creciendo. Desde la primera txapela a ésta he ganado siete kilos. Asimilo bien los entrenamientos y eso me permite trabajar más. Me encuentro mental y físicamente en un momento alto. Gestiono mejor la presión y me hace mejorar en lugar de castigarme.

– Y eso después de un año en el que no ha parado quieto: Australia, Estados Unidos...

– Ha sido una temporada en la que he aprovechado para conocer cosas en Australia y en América. Pensaba que con tanto ajetreo y perdiendo algunos entrenamientos iba a perder más la forma. Pero me he encontrado muy bien, conforme cumplo años tengo mejor nivel. Tengo una base buena que no la pierdo fácil.

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– En dos semanas, el 16, le espera el campeonato navarro en Doneztebe.

– Esta semana me la voy a tomar un poco más tranquila y ya la semana que viene volveré a subir la exigencia. Hace dos semanas me notaba muy cansado, sin chispa, y no quiero que me vuelva a pasar. Voy a descansar algo más de lo que tenía programado. Quizás me llega sin una preparación específica, pero confío en lo trabajado para dar una buena respuesta. Una vez acabe ese campeonato mi cabeza ya estará puesta en el desafío del 3 de enero.

– Concederá dos troncos de ventaja a Eneko Otaño, el único que respondió a su desafío. Tendrá que cortar 14 kanaerdikos y cuatro oinbikos y Otaño se enfrentará a 12 troncos de 54 pulgadas y los mismos cuatro de 72.

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– Lo tengo difícil porque es una ventaja importante. Son cuatro o cinco minutos. Todavía no me he puesto a estudiar de forma exhaustiva la prueba pero es un reto importante que me va a exigir mucho. Pero cuanto más difícil es, más me motiva.

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