La montaña vasca reclama su museo

En un entrañable acto celebrado en la iglesia del Museo San Telmo, en Donostia, muchos de los principales alpinistas vascos presentaron un manifiesto en apoyo a la futura pinacoteca. Además, llamaron a las instituciones y la sociedad a «defender un legado que nos identifica» y es parte de la «historia vasca».

Dirigió y presentó el acto el periodista Ander Izagirre, a quien acompañaron en la presentación Josune Bereziartu, Rikard Otegi, Alberto Iñurrategi, Juanito Oiarzabal, Josu Bereziartua y el presentador y aventurero, convertido también a montañero, Julián Iantzi.

Josune Bereziartu en euskera y Juanito Oiartzabal en castellano leyeron el manifiesto que los asistentes escucharon con atención y recibieron con aplausos, en otro momento importante en el desarrollo y progresión del proyecto del Museo del Montañismo Vasco.

Un manifiesto firmado y apoyado no solo por los montañeros mencionados y presentes en el acto, sino por otros alpinistas que no pudieron asistir y no dudaron en suscribir el documento. En ese grupo figuran Edurne Pasaban, Juanjo San Sebastián, Adolfo Madinabeitia, los hermanos Iker y Eneko Pou, Alex Txikon y decenas de escaladores de prestigio. En San Telmo se dieron cita también algunos montañeros veteranos como Suso Ayestarán y Juan Laredo, entre otros. Apoyan un texto al que quien lo desee se puede adherir desde www.emmoa.eus.

Los clubes de montaña tampoco faltaron a la cita con la presencia ayer en San Telmo de Txema Garay, en representación del club Vasco de Camping, y Enrique Cifuentes, presidente del club deportivo Fortuna. Ambos reclaman a sus socios colaboración para que el Museo pueda continuar con su labor de salvaguardar el «patrimonio histórico del montañismo vasco».

El manifiesto refrendado ahora por los más prestigiosos montañeros del alpinismo vasco comienza explicando que «desde sus orígenes en Euskal Herria, hace ya más de un siglo, el montañismo ha representado una actividad que trasciende ampliamente las fronteras deportivas hasta alcanzar un profundo arraigo social». El importante número que compone la gran familia montañera añade que «prueba de esta implantación en la sociedad son las y los más de 40.000 montañeras y montañeros que se encuentran federados en Euskadi y Navarra, a los que hay que añadir las innumerables personas que visitan esporádicamente la montaña».

El núcleo del escrito resalta la relevancia del patrimonio histórico y la salvaguarda de la esencia del montañismo vasco: «Esta presencia continuada en cimas cercanas y cumbres del mundo ha ido generando una historia relevante, refrendada por un prestigio internacional, que constituye un orgullo y una seña de identidad para todo el país; un patrimonio deportivo y cultural que no podemos permitir que se diluya en la desmemoria bajo la erosión paulatina del paso de los años».

Por ello, añaden, «reivindicamos y apoyamos el proyecto impulsado por EMMOA de creación de un espacio en el que el montañismo vasco tenga un cobijo digno de su historia, que potencie la cultura montañera y garantice su transmisión a las generaciones futuras». El texto concluye con una llamada de apoyo al proyecto del EMMOA como el Museo del Montañismo Vasco: «Desde esta declaración, emplazamos a instituciones, montañeros y montañeras y a la sociedad de Euskal Herria a que defiendan un legado cultural que nos identifica y que es parte esencial de nuestra historia». Una historia a preservar y divulgar.

Antxon Iturriza, responsable de EMMOA en Donostia, agradeció a los alpinistas su presencia a la par que pidió a todo el colectivo de montañeros que «se identifique con el proyecto de EMMOA y se una a la cordada. La historia del montañismo vasco no es mejor que otras, pero es nuestra historia», dijo.

Tras el acto, los montañeros presentes coincidían en que «no podemos dejar que se escape y se pierda la historia de nuestro montañismo. Por eso apoyamos el Museo del Montañismo Vasco. Efectivamente, es nuestra historia». Con el manifiesto de San Telmo se da un nuevo paso importante en esta reivindicación de altura.