Mari, viendo tus fotos...

¿Por qué te cuento esto, querido Mari? Porque quince años después, en 1996, volvía a Alaska, con más años de experiencia y volvía contigo como guía y con mis amigos navarros y alaveses. Hicimos una piña. E hicimos cumbre. Ahora que ya no estás entre nosotros, aunque seguro andas sobrevolando alguna de esas montañas del mundo que tanto amabas, se me ocurre mirar las fotos de aquella exitosa expedición al McKinley, cuya cumbre, quince años después de haberlo intentado, hice contigo el 1 de junio de 1996.

Fue una gran experiencia compartir con un gran alpinista aquella magnífica ascensión de la que aprendí mucho, aprendiendo también mucho de ti. Nos conocíamos por mi labor profesional de periodista de montaña a raíz de la expedición navarra al Dhaulagiri en 1979. Y desde entonces mucho, muchas páginas, he escrito de ti y de tus expediciones, unas más sonadas que otras…

Recuerdo aquella del Jannu en 1981, ¡qué imágenes!, ¡qué montaña! Por supuesto, la del K-2 de 1986; primera ascensión nacional a la segunda altura de la tierra. Todo un logro…

Mari, viendo ahora tus fotos de aquella expedición de 1996 al McKinley, viendo las fotos que os hice en 2004 con motivo de la celebración del 25 aniversario de la ascensión al Dhaulagiri, te recuerdo con lágrimas en los ojos por tu marcha definitiva. Allá donde estés te recordaré siempre. Un fuerte abrazo amigo, Mari.