Kawa Leauma: fichó, jugó y volvió a Nueva Zelanda para casarse
Kawa Leauma deja en Ordizia un recuerdo de jugador serio y duro y de hombre con la alegría de las islas del Pacífico
Cuando el Ampo Ordizia fichó a Kawa Leauma en 2018, el delantero avisó al club de que tenía prevista su boda en unos días. Firmó, ... jugó un par de partidos y regresó a casa para casarse. Tras el enlace, volvió con su esposa y no faltó a su palabra. Llegó a Ordizia en perfecta forma para entrenarse y jugar a gran nivel, demostrando una seriedad que no se olvida en el club.
Fuera del campo, quienes le conocieron bien destacan que era una persona con la típica alegría de las gentes de las islas del Pacífico pero que en el rugby, ya fuera entrenando, jugando o debatiendo, se ponía el mono de trabajo y era muy profesional.
Vivía en Ordizia con su mujer, que este año aún no se había desplazado a Gipuzkoa esta temporada. Hacía vida en el pueblo, aunque no se dejaba caer por los bares. A diferencia de otros jugadores extranjeros que hacían piña entre ellos, el neozelandés era de carácter abierto y tenía relación con casi todos sus compañeros.
De origen samoano, el Ampo le detectó en la liga australiana. Fichar en el mundo del rugby es un trabajo artesanal, algo así como en el fútbol hace veinte años. Nada de big data o herramientas similares. De los jugadores en el mercado se recaba información a través de personas conocidas, se consiguen vídeos y se analiza. Hay que meter horas para dar con el jugador indicado.
Kawa Leauma había recibido con gran ilusión la oportunidad de jugar con la selección española, porque suponía llegar al alto nivel internacional. El sábado habló con compañeros del Ampo y estaba triste por no haber debutado por problemas burocráticos. Él que no se perdía un partido por lesión, que impresionaba a los fisios por su capacidad para recuperarse de lesiones y jugar con dolores imposibles, se ha ido por una caída fatal.
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