«Llevarse el Sella es como ganar un Mundial»

– ¿Cómo es ganar el Sella?

– Es increíble. Para mí, como piragüista, es un honor, es como ganar un Mundial. Siendo juvenil me llevé la plata, pero ahora conseguir el oro es un orgullo.

– ¿Cuál fue su estrategia?

– Mi objetivo era ganar. Para ello quería salir por delante y en la zona de arriba colocarme en los primeros puestos para llegar al final con fuerzas. Empecé bien porque desde el principio fui la primera mujer en K1. Sin embargo, en el kilómetro cinco me adelantó la campeona del año pasado, Irene Gana. Lo hizo en la parte más alta del río, donde se maneja mejor. Pude mantener la distancia hasta llegar a la ría, donde ella estaba cansada y yo fresca. En el último kilómetro le cogí, llegamos al sprint y gané.

– Muy emocionante el final.

– Demasiado. Hasta el último momento. Me dijeron que había sido la llegada femenina más ajustada que había habido nunca.

– ¿Qué hace tan única a esta prueba?

– El ambiente, parece una fiesta. Para mí es la regata más especial y emocionante del piragüismo. No sé ni cómo explicar lo que se siente. Tanta gente en el público cantando el himno de Asturias y la salida de todos los palistas a la vez. Es diferente. Ganar es un honor. El año que viene vuelvo, está apuntado en el calendario como uno de mis objetivos.

– ¿Cómo se interesó por el piragüismo?

– Mi padre es piragüista y actualmente es mi entrenador. A veces, de pequeña, iba a andar con él, pero no me interesaba demasiado. Mis amigos se apuntaron y yo lo hice al año siguiente, para probar. Desde pequeña empecé a destacar, en mi primer año gané el Campeonato de Gipuzkoa. Me gustó y aquí sigo.

– ¿Cuándo se dio cuenta de que podía ser profesional?

– A los 16 años, en juveniles. En ese momento mi objetivo era clasificarme para las regatas internacionales. El primer año pude ir al Europeo y al Mundial. Cumplí uno de mis sueños. De pequeña, cuando veía a las de la selección, les decía a mis padres que de mayor quería ser como ellas.

– ¿Cómo lleva lo de que su padre sea su entrenador?

– La verdad es que nos llevamos muy bien. Me conoce mejor que nadie y sabe cómo guiarme. Sin él no sería posible todo esto. Le estoy muy agradecida y también a mi madre por todo el apoyo que me dan.

– ¿Fue difícil compaginar el deporte de alto rendimiento con los estudios?

– Fueron años muy duros a la vez que bonitos, no sabía si iba a poder hacerlo. Siempre he sido muy autoexigente en los estudios y en el deporte. Lo que he conseguido ha sido porque lo he luchado y me he esforzado un montón. No quería irme a estudiar fuera porque no iba a poder entrenar y me quedé aquí a cursar la carrera de Educación Primaria y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Sabía que si quería llegar lejos tenía que sacrificarme mucho para compaginar las dos cosas. Actualmente, entreno y soy tutora en un colegio de Zumaia.

– La enseñanza, su otra pasión.

– Sí, lo supe desde mis primeras prácticas. Lo que más me gusta es que todo lo que he aprendido del deporte se lo puedo transmitir a los niños. He ganado muchas veces, pero he perdido muchas otras y de eso se aprende. La gestión de las emociones, saber perder, aceptar dónde estás, conocer tus límites y cómo eres.

– ¿Sus jefes le ayudan a conciliar el piragüismo y el trabajo?

– Muchísimo. Estoy muy contenta y agradecida. Llevo tres años trabajando allí. Si tengo que estar una semana fuera por competición y les pido permiso, siempre intentan ayudarme. Entienden que lo que estoy viviendo actualmente no todo el mundo puede hacerlo.

– ¿Cuál es su próximo reto?

– El Campeonato Mundial de Maratón que se disputa a principios de septiembre en Dinamarca. He logrado la plaza en tres disciplinas. Tengo muchas ganas. Me veo fuerte tanto psicológica como físicamente. Sería mi sexta participación.