Los favoritos cumplen el pronóstico

El puesto más ingrato fue a parar para Jon Rekondo, que acabó séptimo, con Ugaitz Mugertza, Jexuxmari Mujika y Rubén Saralegi terminaron octavo, noveno y décimo respectivamente.

La puesta en escena de la clasificatoria fue de gala y los diez aizkolaris fueron separados en tres grupos. En el primero competían Aitzol Atutxa, Rubén Saralegi y Ugaitz Mugertza; en el segundo grupo lo hacían Iker Vicente, Jon Irazu y Jon Rekondo; mientras que Mikel Larrañaga, Julen Alberdi 'Txikia IV', Eneko Otaño y Jexuxmari Mujika cerraban en la última tanda.

Las maderas estaban colocadas en perfecto estado y con todas las medidas de seguridad pertinentes las gradas presentaban un gran aspecto. Una pantalla gigante cubría la pared izquierda del frontón y la clasificación se podía seguir en directo en la cuenta de Instagram de aizkolaritza. Los aizkolaris debían cortar dos kanaerdikos, dos troncos de 60 pulgadas y dos oinbikos.

Mikel Larrañaga marcó el mejor registro con un tiempo de 18:46, conocía los registros de sus principales rivales, pero dio toda una exhibición ante Eneko Otaño y Julen Alberdi, que compartían tanda y acabaron tercero y cuarto, y Jexuxmari Mujika. Al azpeitiarra se le vio muy regular y fuerte en los troncos grandes u oinbikos.

El primero en marcar un tiempo a seguir fue Aitzol Atutxa. El de Dima no quería sorpresas, como sucedió el año pasado cuando se quedó fuera de la gran final de Euskal Herria. Dominó con autoridad la primera tanda. Rubén Saralegi y Ugaitz Mugertza le seguían de lejos desde el primer kanaerdiko. Sin referencias de rivales, paró el reloj en 20 minutos y un segundo y aventajó en algo más de dos minutos a Mugertza y justo en cinco minutos a Saralegi. Con ese tiempo estaba dentro de la final, pero dejaba claro que las maderas eran muy exigentes. Pocas veces el ganador de la eliminatoria ha registrado una marca tan alta.

En la segunda tanda competían otros tres aizkolaris y no hubo sorpresa. El campeón de Euskadi de 2019 imponía su golpe de aizkora y por detrás, Jon Irazu y Jon Rekondo tenían una lucha cerrada, una pelea que decidió el sexto y último clasificado. Se sabía que Rekondo es muchas veces ese aizkolari que marca la frontera de entrar y no entrar y esta vez se repitió esa circunstancia. Jon Irazu apretaba a partir de la mitad del trabajo y se adelantaba al aizkolari de Leitza, que veía cómo tres aizkolaris marcaba un mejor registro que el suyo y se complicaba la clasificación. Por delante, Iker Vicente ganaba con comodidad rebajando en medio minuto la marca de Aitzol Atutxa.

Con cuatro aizkolaris por competir y tres de ellos muy fuertes, Irazu tenía más de medio billete de la final en el bolsillo, mientras Rekondo tenía que esperar el fallo de dos aizkolaris.

En la última tanda Larrañaga, Txikia y Otaño empezaron con fuerza y el azpeitiarra se marchaba en los oinbikos. Por detrás el de Beizama, Otaño, y el de Azkoitia, Txikia, se marcaban de cerca, con Mujika ya rezagado. Larrañaga estaba marcando los mejores registros de todos y así fue al final, batiendo por 45 segundos a Vicente. Otaño adelantaba a Txikia en el último kanaerdiko, pero los dos se clasificaban con comodidad y Mujika terminaba noveno.