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David Feijoo es el gerente de Donostia Kirola y la persona en la que recae gran parte de la responsabilidad de la dirección de la renovación de la ciudad deportiva de Anoeta. Sin embargo, su proyecto es más ambicioso. Quiere ir más allá de lo ... que denomina «el ladrillo». Tiene un planteamiento global para el deporte de la ciudad y su área de influencia y defiende la necesidad de un esfuerzo compartido.
– ¿Anoeta afronta un momento clave y parece que hay un consenso en que toca intervenir?
– Totalmente de acuerdo. La realidad es que ya estamos interviniendo. Estamos haciendo la cubierta del velódromo por 1,2 millones de euros y en febrero va a ser una realidad. Ese mismo mes esperemos que comiencen las obras del Miniestadio. Son 18 meses de ejecución. Es una obra también sustancial, cuatro millones de euros. Y luego está todo el proceso de reorganización de la ciudad deportiva. Pero, efectivamente, hay que seguir porque hay otras instalaciones. Haciendo la cubierta no acabamos con el velódromo, tenemos que conceptualizar un lo que queremos para esa instalación y tenemos una oportunidad. El miniestadio y el velódromo deben ser dos equipamientos de referencia para el atletismo. Y luego está Illunbe. Estamos trabajando en un proyecto muy ambicioso. No puedo avanzar mucho porque primero queremos hablar con los clubes. El futuro pabellón multiusos hay que conceptualizarlo a nivel arquitectónico, pero también hay que buscar una versatilidad de usos y, sobre todo, que quien esté ahí se sienta cómodo.
– Es el proyecto estrella. Hay que acertar.
– Sí, sí, es estratégico y consideramos que puede ser un equipamiento para la ciudad como en su día fue el Kursaal, estratégico. Ese pabellón puede ser un punto de inflexión para la ciudad. En Donostia Kirola tenemos unos equipamientos de término municipal, pero hay otra serie de instalaciones que salen del ámbito de la ciudad. Instalaciones que son de territorio, podemos decir de país, como el velódromo. En el futuro pabellón multiusos creo que ya no solo en la obra sino luego en la gestión tienen que intervenir también otras instituciones.
– ¿Cómo es la interlocución?
– Creo que todas las instituciones son conscientes del estado de algunos equipamientos de la ciudad deportiva. Incluso ya hubo un compromiso en campaña por parte del lehendakari de que el Gobierno Vasco participará en ese futuro pabellón. Nos toca trabajar con las instituciones y con los agentes que puedan estar en ese futuro pabellón.
– ¿La decisión es firme?
– Absolutamente. El signo de ello es que tenemos en el Ayuntamiento dotados 500.000 euros para lanzar el concurso de ideas de Illunbe. Cuando se pone una partida, significa que la cosa va. El futuro edificio de oficinas del parque tecnológico va a ayudar a que todo ese entorno cambie.
– ¿Qué requisitos tiene que cumplir la remodelación de Illunbe?
– Hay que conceptualizarla pensando en la versatilidad de usos. Y no solo tenemos que pensar a nivel arquitectónico, sino también a nivel de soluciones, de maquinaria, de equipamientos, porque eso es lo que le va a dar un plus al pabellón. Me parece muy importante subrayar que hay que trabajarlo con los clubes deportivos. Desde luego con el GBC. Un Illunbe en el que sumemos usos. Seguro que también habrá una parte cultural, una parte más de ocio.
– ¿Un día un concierto, otro día un espectáculo y al siguiente el GBC o la Copa de balonmano?
– Esa es la ambición. Estamos pensando un Illunbe con un aforo muy importante, pero también modulable y que de polivalencia de usos.
– ¿Es más de un pabellón nuevo que una remodelación?
– Absolutamente. Tenemos que dejar el viejo Illunbe aquí y esto va a ser otra cosa. Absolutamente. La ambición tiene que ser que en ese mismo Illunbe quizás tengan que estar sucediendo dos cosas de manera paralela. Pronto lo vamos a desvelar. No va a tener nada que ver. Primero hablaremos con el GBC, que son los que llevan mucho tiempo ahí y conocen muy bien la instalación, pero luego con otros agentes y también con Cultura.
– Con este nuevo Illunbe, ¿qué papel debe jugar el Gasca?
– El Gasca tiene un uso intensivo. No sé cómo se establecerá esa relación, pero es el análisis que tenemos que hacer. Me preocupa también la sostenibilidad de todo. La administración en este caso debe ser ambiciosa, pero a su vez tenemos que ser todos conscientes que sostener equipamientos de este nivel es muy gravoso para una ciudad de 190.000 habitantes. Illunbe sería un recinto de alta capacidad para lo que es la ciudad. En cambio, el día a día de los equipos nos dice que un Bera Bera o un IDK no necesitan un pabellón de 8.000, 10.000 o 15.000 localidades, sino uno más acorde al público que mueven.
– ¿Eso cómo se plantea?
– Es lo que tenemos que trabajar, pero indudablemente no podemos pensar en instalaciones con un aforo de 12.000 o 14.000 personas creyendo que la afluencia va a llegar solo por hacer el equipamiento. Por eso es importante ver esos equilibrios, en este caso de IDK y Bera Bera, qué necesitan y dónde lo encajamos. Estamos con la conceptualización de la futura ciudad deportiva de Anoeta y van a tener un buen espacio. Lo vamos a trabajar con ellas.
– Estos retos son ilusionantes, pero se deben compatibilizar con el día a día, menos brillante...
– El día a día te pone los pies en el suelo rápido. Estoy hablando de una instalación modélica y luego tengo a alguien ahí que me dice, 'oye, que estoy con cubos'. Pero esa es un poco la realidad...
– Sucede en el Gasca...
– Hay un problema claro de sumideros, que se bloquean. Ya habíamos reforzado los trabajos de mantenimiento y ahora lo llevamos casi al extremo y se limpian antes de cada partido, pero no quita para que pueda suceder. Y justo el día D, pasa. Para mí ha sido duro por la gente que ha estado trabajando en eso, pero es importante partir de un análisis serio, porque tampoco creo que todos nuestros equipamientos estén mal. Acabamos de romper la barrera de los 50.000 abonados en Kirol Txartela, somos el club o la institución con más abonados en el deporte de Gipuzkoa. Son tres millones y medio de usos diarios, pero no significa que no tengamos retos. Debemos reformular la manera que nos relacionamos con el tejido, empezando por los gestores indirectos de nuestras instalaciones, la mayoría clubes.
– ¿Qué plantea?
– Estamos ahora con la licitación de campos de fútbol. ¿Qué va a suponer? Tener nuevos adjudicatarios.
– ¿Para cuándo?
– Cuando llegué y supe cómo se estaba planteando esa licitación, le vi bastante riesgo y lo reformulé. Lo que hemos hecho es sacar los cinco campos de fútbol –Puio, Matigoxotegi, César Benito, Berio y Martutene– en cinco lotes, de tal manera que un club solo pueda gestionar una instalación. Queremos mantener el ecosistema, que no haya un club que gestione, por ejemplo, tres instalaciones. Va a generar tensiones entre clubes, ya las está generando, pero no nos podemos limitar a adjudicar a un tercero la gestión de una instalación municipal y desentendernos. Tenemos que trabajar muy cerca.
– ¿Le preocupan esos equilibrios?
– Me preocupa mucho. Hay una primera capa a nivel de clubes, que es la Real, clarísimamente. Hay una segunda en que ya están los GBC, Bera Bera y demás. Pero me preocupa lo que voy viendo en las siguientes, porque vengo de un sector como la cultura, que tiene muy interiorizado reivindicar la precariedad, y me estoy dando cuenta de que en el deporte todavía hay más precariedad que en la cultura. Hay mucho tejido voluntario, la sociedad está cambiando mucho, el voluntariado es más difícil y me preocupa el relevo generacional en algunos clubes. Estamos en un momento en el que el garantismo administrativo ha cobrado mucha relevancia y nos estamos olvidando de ayudar al ciudadano. El peso del ladrillo se nota, pero tenemos que empezar a trabajar otros aspectos.
– ¿Cómo influirá en Donostia Kirola el Mundial de fútbol de 2030?
– Estoy insistiendo mucho en que miremos al Mundial porque creo que nos va a levantar miras. Nos va a ayudar, primero, a impulsar todo lo que queremos hacer en la ciudad deportiva. Pero tenemos que empujar un poquito, gracias al viento a favor del Mundial, por ejemplo con el velódromo. Y empezar a trabajar de otra manera. Las exigencias de la FIFA nos lo van a demandar. Confío en el trabajo con la Real. Estamos trabajando esa ampliación de aforo, que es necesaria para el Mundial, pero también es buena para la Real.
illunbe
«Tenemos bastante avanzada lo que es la conceptualización de lo que debe ser el pabellón multiusos de Illunbe. A lo largo de febrero queremos empezar a hablar con los clubes y con los agentes que puedan estar en el futuro del pabellón multiusos. Creo que va a ser muy ambicioso, estratégico para la ciudad y nos va a dar otro plus a la ciudad deportiva de Anoeta. Estamos pensando un Illunbe con un aforo muy importante, pero también modulable y que de polivalencia de usos. La ambición tiene que ser que en ese mismo Illunbe quizás tengan que estar sucediendo dos cosas de manera paralela. Pronto lo vamos a desvelar».
Velódromo
«Estamos ya metiéndole mano a la cubierta del velódromo. Prevemos que los trabajos finalicen a lo largo de los meses de enero y febrero y nos va a dar un buen rendimiento sobre todo a lo largo de los próximo veinte años. Hasta ahora habíamos hecho unas intervenciones que, por los materiales que se instalaban, tenían una vida útil de diez años y en este caso nos vamos a ir a los veinte y pensamos que vamos a solucionar todos los problemas a nivel de goteras».
Miniestadio
«Prevemos que a lo largo de febrero se lancen ya las obras de adecuación, que tienen un presupuesto de adjudicación de unos cuatro millones de euros y una duración de aproximadamente 18 meses. Creemos que va a ser icónico y que va a dejar una instalación para el atletismo referente en Euskadi».
Carmelo Balda
«Es la sede de Donostia Kirola y un edificio que nos gusta mucho. Tenemos que hablar de patrimonio. Es un edificio que nos interesa preservar en ese aspecto, a nivel arquitectónico, y tenemos que repensar un poco los usos del Carmelo Balda».
Paco Yoldi
«El máximo exponente de lo que debe ser una instalación polideportiva deportiva municipal. Tenemos una actividad diaria muy, muy alta. Puedes ir al gimnasio del Paco Yoldi a las once de la mañana y tener una ocupación del 60 o 70%. Es un referente, junto con Altza. Son dos polideportivos municipales referentes».
Atano III
«Queremos hablar de patrimonio y el Atano III es patrimonio. Si hablas con gente que sabe de pelota te dicen que el Atano fue la bombonera y tenemos la ambición de que vuelva a serlo. Y, a poder ser, preservando la esencia. Incluso el cambiar los asientos igual altera un poco esa esencia. No estamos preocupados por pelear por finales, preferimos hacer una apuesta por el desarrollo de la pelota en Donostia. Para eso estamos hablando con las empresas y con la federación para que el Atano III albergue citas de cuartos, semifinales...».
Gasca
«Es indudable que el estado actual del Gasca nos preocupa a todos. Creo que no es una instalación que esté al nivel de los equipos que hoy están jugando en ella. Dentro de la reflexión que estamos haciendo en torno a la ciudad deportiva de Anoeta, buscar un buen emplazamiento para estos equipos y que puedan competir en una instalación acorde a nivel es muy importante».
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