Una Copa de Oro adaptada a la nueva normalidad
Solo habrá mil personas en el hipódromo, que deberán ir con su entrada impresa, su código QR o una acreditación, y con ciertas restricciones
Solo los aficionados más previsores podrán acudir este sábado al hipódromo. Los que se despistaron, se han quedado sin entrada. A mediados de la ... semana pasada ya se habían vendido más de la mitad de los billetes y el sábado pasado se terminó todo el papel. La expectación que se crea siempre en torno a la carrera donostiarra es enorme, no solo entre los aficionados, sino también entre profesionales y propietarios. El aumento de la demanda de acreditaciones y los compromisos con instituciones, ha traído como consecuencia que las entradas puestas a la venta hayan sido algo menos que las 800 habituales, al no poder pasar el umbral de los mil espectadores en total.
Muy lejos quedan los más de 5.000 asistentes que se suelen registrar habitualmente cada 15 de agosto. El propio hipódromo es el principal perjudicado, al ver reducida drásticamente la facturación por entradas, taquilla y consumo en hostelería. Ha tocado apretarse el cinturón y el rebote ha acabado afectando a los profesionales. Todos los premios han sufrido reducciones y la Copa de Oro no ha sido excepción. El ganador se embolsará 28.000 euros en vez de los 40.000 de los últimos años. Eso sí, el trofeo volverá a ser una copa de oro donada por el Ayuntamiento de Donostia.
El control de acceso al hipódromo será el habitual. A diferencia de lo que ha sucedido hasta la fecha, esta vez no habrá venta en taquilla. Con un contador de mano, los porteros se encargan cada jornada de controlar el aforo permitido, parándose la venta de billetes en el momento en el que se llegaba al millar de asistentes. Esta vez, el público deberá acudir con su billete imprimido o con el pertinente código QR que le permita acceder al recinto.
Libertad de movimiento
Una vez dentro del hipódromo, el aficionado tendrá libertad de movimientos, condicionado siempre por los aforos de cada zona. Habrá cuatro puntos de hostelería, incluido el Club Zubieta. En el paddock el límite de acceso está establecido en 100 personas en torno al anillo, cerrándose una vez alcanzada esta cifra.
Al interior del recinto únicamente pueden acceder los medios acreditados, además de los profesionales. Incluso los propietarios tienen limitada su presencia, pues solo acceden los que están representados en la carrera que va a continuación.
Los asientos en las gradas están preasignados, pero no numerados. Así, como viene sucediendo desde que las carreras se celebran con público, los aficionados tendrán indicado dónde pueden ubicarse en la tribuna. En esta nueva normativa, las dos gradas principales tienen la capacidad de acoger a 400 personas, y en la de propietarios, la pequeña que está entre ambas, el aforo es de 84 personas. Por su parte, la Ertzaintza se encarga cada jornada de cerciorar que estas medidas se cumplen y la imagen que está ofreciendo el hipódromo de San Sebastián en este sentido está siendo rigurosa, estricta y ejemplar.
La Copa de Oro, que volverá a formar parte de la challenge Défi du Galop, suele contar habitualmente con la cobertura de PMU, pero la red francesa solo permitirá esta vez las apuestas a través de Internet. La carrera dorada, igual que el resto de pruebas de la jornada, contará con las apuestas habituales en las 18 taquillas que se pondrán en el hipódromo, además de siete máquinas dispensadoras de apuestas donde los propios aficionados realizan sus apuestas.
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