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Así es el circuito LIV que ha cautivado a Jon Rahm

Jon Rahm ha dejado el PGA Tour y ha puesto rumbo al LIV. Deja atrás la historia y la tradición y firma a cambio de 525 millones de euros –105 millones por cada uno de los cinco años de contrato–. Pero, ¿qué es el LIV?

PGA Tour y LIV. El PGA Tour es el circuito profesional por antonomasia en Estados Unidos. Es el circuito al todo jugador quiere llegar pero al que solo los mejores tienen acceso después de acreditar resultados importantes en los circuitos de menor escala como el Europeo o el Asiático. El PGA Tour es el equivalente a la NFL en fútbol americano o la NBA en baloncesto. Sus rectores han sabido llevar al golf a sus niveles máximos de popularidad, patrocinio y excelencia.

El LIV lleva impreso el rostro del exjugador Greg Norman. Pero el que firma los cheques y autoriza las transferencias es el príncipe saudí Mohamed bin Salman, comprador del Newcastle y a quien se le atribuye una fortuna de 350.000 millones de euros. El circuito está impulsado por Arabia Saudí. Norman dispone por tanto de fondos ilimitados para afinar y potenciar un proyecto que, como todos, ha nacido con la idea de convertir la inversión en beneficios. Ya no hay vuelta atrás.

Enfrentamiento. La rivalidad arranca en 2021 porque el LIV irrumpe en el PGA cual elefante en una cacharrería, llevándose jugadores a golpe de talonario. La oferta de contratos garantizados y jugosas cantidades de dinero hacen que los golfistas acepten a sabiendas de asumir restricciones o sanciones del PGA. Ante este nuevo escenario, la PGA expulsa de su circuito a los jugadores que fichan por el LIV y demanda a quienes han tenido una participación puntual en el LIV, caso del donostiarra Adrián Otaegui. Lo que no ha podido impedir la PGA es los jugadores del LIV participen en los Majors (el Masters de Augusta, el Campeonato de la PGA, el Abierto de Estados Unidos y el Abierto Británico).

Hoy es el día que el circuito americano y el LIV están en negociaciones para llegar a un acuerdo de cara a la organización y financiación del deporte. Tras anunciarse un pacto el pasado junio para crear una entidad única y firmar la paz, el límite marcado para una rúbrica es el 31 de este mes. Si hubiese paz, los jugadores podrían pasar a ser libres para saltar de un calendario a otro.

Formato. La principal diferencia entre ambos circuitos es el formato de juego. Mientras que el PGA Tour cuenta con torneos de cuatro días, distribuidos en cuatro rondas y 72 hoyos, el LIV aboga por un formato más corto: tres días de competición, tres rondas, 54 hoyos, sin cortes y en formato stroke play. De hecho, su nombre 'LIV Golf' proviene de la formación de su totalidad de hoyos (54) en números romanos (LIV). El LIV busca un juego más ágil, con campos de menor longitud, además de un formato 'shotgun start', que consiste en que todos los jugadores –siempre los mismos 48, salvo alguna excepción– empiezan a la vez en distintos hoyos terminando al mismo tiempo, y torneos sin corte. En el LIV no hay presión por tener que finalizar en una posición para cobrar, pues el último clasificado en cada torneo recibe 120.000 dólares. En el PGA Tour solo cobran premios los que pasan el corte.

Cada torneo LIV es un evento mayúsculo con ingredientes nunca antes vistos en golf como conciertos de grandes artistas. En los torneos de LIV la música suena. No existe el silencio de los grandes torneos. A eso también se han habituado los jugadores.

Calendario. La primera temporada del LIV, en 2022, contó con ocho eventos y la segunda, este año, ha crecido a catorce. La competición en 2024 comienza el 2 de febrero en el campo mejicano de Mayakoba, y consta de otras once citas más una final individual y otra por equipos. Ésta es una de las razones que lleva a Rahm a decantarse por el LIV: un calendario más ligero que le permita preparar con mimo los Majors. En total, Rahm tiene previsto a día de hoy disputar esos 14 torneos del circuito saudí más los cuatro grandes, para los que tiene exención: de por vida en el Masters de Augusta por ser campeón, en el US Open hasta 2031 tras conquistarlo hace dos campañas, y en el Open Británico y en el Campeonato de la PGA por cuatro cursos más. Los escenarios del calendario regular serán los siguientes: Las Vegas, Houston, Nashville, Greenbrier y una sede por anunciar en Estados Unidos, Mayakoba en México, Arabia Saudí, Hong Kong, Adelaida en Australia, Singapur, Valderrama y un campo del Reino Unido.

El PGA, con torneos todos en suelo estadounidense, ha contraatacado descargando su calendario, que podía llegar a cuarenta torneos en un año. El número de torneos designados, con cuantiosos premios como ya ha ocurrido en 2023, se elevará a 12, obligatorios para las estrellas, y sólo cuatro de ellos tendrán corte: The Players, Genesis, Memorial y el Arnold Palmer. Los tres últimos serán seguramente fields reducidos a 80 jugadores, con un corte después de 36 hoyos para 50.

Por equipos. Aces, Cleeks, Fireballs... Son algunos de los nombres de los equipos. El LIV añade al juego individual una modalidad de equipos para competir por premios adicionales, frente al enfoque principal de la competición individual que defiende el circuito americano. Esta modalidad por equipos funciona de la siguiente manera: los jugadores se reparten en 14 equipos, durante los torneos de la temporada, las tres mejores puntuaciones de los golfistas en sus competiciones individuales se suman para la competición por equipos. Así, el jugador capaz de finalizar el circuito con menos golpes es el vencedor del torneo individual, mientras que el equipo cuya suma de golpes de sus tres mejores integrantes sea la mejor será el campeón de la competición grupal. Al final de la temporada se celebra un gran evento llamado Teams Championship que se disputa únicamente por equipos.

Cada equipo funciona a modo de franquicia: puede tener su patrocinador, sus acuerdos comerciales, su estructura, su imagen y su presupuesto. Es un modelo parecido al que se utiliza en la NBA. Adiós al golfista individual que compite de torneo en torneo en busca de puntos para ascender en el ranking. Los equipos viajan juntos y asumen todos los gastos de operaciones de su franquicia, como los viajes, los servicios médicos, el marketing y cualquier otro personal. Rahm está ilusionado con esta posibilidad de ser él el capitán de un equipo.

Nombres. Dustin Johnson, Brooks Koepka, Cameron Smith y Bryson DeChambeau son los jugadores de LIV de más nivel a día de hoy. Además, el circuito saudí cuenta con un buen puñado de leyendas y ganadores de grandes torneos: Phil Mickelson, Bubba Watson, Sergio García, Louis Oosthuizen, Charl Schwartzel, Ian Poulter, Lee Westwood, Henrik Stenson, Martin Kaymer, Patrick Reed, Graeme McDowell... En total, el calendario emergente cuenta con cinco jugadores que fueron número 1 del mundo en algún momento de su carrera (Rahm, Johnson, Koepka, Kaymer y Westwood). En el 2022 Dustin Johnson dio un impuso al proyecto, al ganar tanto la clasificación individual como la de equipos. En el 2023, Talor Gooch ganó la clasificación final individual, seguido por Cameron Smith y Brooks Koepka.

Estrellas como Tiger Woods (al que le ofrecieron entre 700 y 800 millones por irse al LIV Golf) y Rory McIlroy se opusieron y sigue en el PGA.

LIV Golf nació como un evento por invitación, prácticamente cerrado, lo que le brindó críticas al no fomentar la meritocracia, pero ha ido retocando sus bases. Esta semana ha terminado un torneo de acceso en el que se ponían en juego tan solo tres plazas para la temporada 2024. Los últimos cuatro clasificados perderán la categoría LIV y descenderán a las Internacional Series del Asian Tour.

Premios. La diferencia más notable entre circuitos es la enorme dotación económica de dichos eventos. En 2023, cada participante del LIV que ha completado los 54 hoyos de cada torneo, tiene garantizado un cheque mínimo de 120.000 dólares, con independencia de los premios para los ganadores. Estos, percibirán 4.000.000 de dólares en individual y otros 3.000.000 millones para el equipo. Dicho de otra manera, LIV Golf cuenta con un presupuesto para premios de 405.000.000 de dólares a repartir entre los 14 torneos. El vencedor de uno de ellos se lleva cuatro millones de dólares. Casi el doble de lo que se embolsó el ganador del campeonato de la PGA. Incluso el último clasificado de los participantes se embolsa 120.000 dólares.

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