Juegos Olímpicos: Zubieta es una mina de éxitos

La medalla olímpica conseguida este mediodía por Mikel Oyarzabal y Martín Zubimendi en el estadio Internacional de Yokohama es un nuevo hito en la historia de la prolífica cantera blanquiazul. Lástima que no haya sido de oro, pero qué más da, también es un éxito. Ya la consiguieron en su día, en los Juegos de Barcelona, Mikel Lasa y David Billabona, con aquel agónico oro en el Camp Nou ante Polonia. El éxito de este sábado ante la selección de Brasil no hace si no refrendar que, tres décadas después, en Zubieta se sigue trabajando muy bien. Con los mejores profesionales, con las mejores intenciones, con la máxima ambición. Desde la humildad y la cultura del esfuerzo.

Oyarzabal y Zubimendi, dos extraordinarios jugadores de fútbol, se han unido a un extenso club de jugadores formados en las instalaciones ubicadas en las afueras de Lasarte-Oria. 'Pela' Arzak, 'Gaztelu', 'Chino' Martínez, Luis Miguel Arconada, Jesús María Zamora, Periko Alonso, Agustín Gajate, Jesús María Satrustegi, Roberto López Ufarte, Bixio Gorriz, Mikel Lasa, Agustín Aranzabal, Javier De Pedro, Aitor López Rekarte, Mikel Aranburu, Xabi Prieto, Xabi Alonso, Asier Illarramendi, Antoine Griezmann, David Zurutuza, Imanol Agirretxe... todos estos nombres, por poner algunos ejemplos, son algunos de los futbolistas criados en Zubieta que han dejado huella en la Liga en los últimos 50 años.

En los últimos años en Europa más de uno se ha llevado las manos a la cabeza cuando veía el número de canteranos que tenía la Real Sociedad en su primera plantilla, compitiendo en una de las ligas más competitivas del mundo frente a colosos como el Real Madrid o el Fútbol Club Barcelona. Ni uno, ni dos, ni tres, ni cuatro, ni cinco. Hasta 16 jugadores formados en Zubieta llegaron a estar en las convocatorias oficiales del bloque dirigido por Imanol Alguacil, que llegó a alinear en algún partido hasta a ocho canteranos de inicio.

Me contaron hace un par de años, mientras preparábamos una información sobre el décimo aniversario del debut de Griezmann en el primer equipo, que el galo estuvo semanas sin hablar con nadie en Zubieta. Sí, ya sé que el idioma era una barrera considerable. Pero el punto en esta historia es que entran en la estructura formativa del club siendo niños de 12, 13, 14, o 15 años, y salen siendo hombres, o mujeres, hechos y derechos. Cantera de valores. Qué orgullo.