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R. M.
San Sebastián
Lunes, 24 de febrero 2025
Lleva tiempo buscando el Gipuzkoa Basket un pívot para apuntalar el juego interior y para que los minutos de Josip Vrankic sean más de ala-pívot que de pívot. Más, cuando Pape Bocar Sall salió cedido hace algunos meses al Benicarló de Segunda FEB.
Pues bien, lo ha encontrado, aunque faltan algunos flecos para que la operación termine cristalizando. Marinus Lucas N'Guessan es el nombre del interior que pretende el GBC. Mide 2,13 de estatura y tiene 27 años. Un protector del aro, un jugador muy grande que en defensa debe ser el último bastión antes del tablero y que en ataque intenta aprovechar todos los balones que le llegan para meterlos hacia abajo. Porque claro, con 2,13 y unos interminables brazos, N'Guessan tiene el aro bastante más cerca que el común de los mortales.
El Gipuzkoa Basket se encontraba sumido en una búsqueda contra el reloj –tiene hasta el viernes para fichar a un jugador que haya disputado una competición FEB y un mes más si es de otra liga– para dar con un pívot que redondee el juego interior. Desde que supo la salida de Lucas N'Guessan de Palencia, se puso manos a la obra. La llegada del interior neerlandés sería para paliar un pequeño déficit en la plantilla guipuzcoana, que solo tiene a Javi Nicolau como interior puro. La apuesta por Bocar Sall había que hacerla y por ello se firmó al senegalés para dos temporadas. Sin embargo, su adaptación y rendimiento no han sido el esperado por parte de los responsables y por ello salió cedido a Benicarló. Empezó entonces la búsqueda de un interior. En las oficinas del Inveready estaba meridianamente claro que se iba a realizar un esfuerzo solo si merecía la pena. Creen que si llega N'Guessan, Mikel Odriozola tendrá un jugador diferencial por su altura.
El pívot se formó en la universidad de East Tennessee antes de empezar un periplo por la liga española, México y su país natal. En las filas del Palencia, este año ha promediado en 11 minutos de juego 4,6 puntos, 2,2 rebotes y un tapón por encuentro. Llama la atención su 83% en tiros de campo que se explica porque suele jugar muy cerca del aro y la mayoría de sus canastas son mates. Johnson, Mateo Díaz y Aranitovic pueden tener un muy buen socio cerca del aro con ganas de hundir todo lo que le llegue. Jugó con el cuadro palentino el último encuentro antes de este parón en el Amenabar Arena. Hizo tres puntos, cogió tres rebotes, puso dos tapones y robó dos bolas en doce minutos sobre la pista.
La temporada pasada firmó unos buenos 7,5 puntos, cinco rebotes y un tapón en las filas del Valladolid, donde formó una temible pareja interior junto con Lotanna Nwogbo.
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