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Varios jugadores del GBC lanzan a canasta durante un ejercicio en el José Antonio Gasca, esta semana. ARIZMENDI
El GBC también suda en vacaciones
Gipuzkoa Basket

El GBC también suda en vacaciones

La mayor parte de la plantilla se ejercita en el Gasca para seguir mejorando

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Miércoles, 6 de junio 2018, 08:08

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Nueve jugadores del Gipuzkoa Basket llevan desde el 28 de mayo ejercitándose, en lo que se conoce como los entrenamientos de post temporada. «Son sesiones que se utilizan sobre todo para la mejora individual de cada jugador, ya que durante la temporada el trabajo de grupo impide que se pueda hacer una mejora individual», explica Bully Oyón, quien ha sido entrenador ayudante de Porfirio Fisac durante esta pasada temporada y que ejerce como director deportivo del club guipuzcoano. El donostiarra se planteó realizar varias semanas de entrenamiento para que los jugadores completaran el trabajo de todo el año, con especial hincapié en el aspecto técnico e individual. La práctica, que se está llevando a cabo en el Josean Gasca, durará hasta mediados de este mes aproximadamente.

Los jugadores que están sudando la gota gorda en periodo de vacaciones son todos lo que tienen contrato en vigor para la próxima temporada. A saber, Salvó, Oroz, Pardina y Dani Pérez. Henk Norel estuvo trabajando la primera semana -se encontraba mucho mejor de la lesión que le ha impedido actuar en los últimos ocho partidos de Liga- hasta que se marchó hace unos días a su país para comenzar las vacaciones estivales.

También están los jóvenes que tienen vinculación contractual con el equipo donostiarra: Maiza, Beraza, Sanz y Azpeitia. El joven Beñat Hevia, que ha estado esta temporada jugando en la universidad de Dalton State estadounidense, también está trabajando con ellos.

Casi 500 tiros cada uno al día

Supervisando todo se encuentran Sergio García y Bully Oyón, ayudados por Yon González, quien estuvo enrolado en el equipo durante la pretemporada, y todo ello bajo la atenta mirada de Lander Castro en la preparación física. «Trabajamos los cinco días de la semana y se hace una hora y media de trabajo en la pista y otra hora y media en el gimnasio con Lander», cuenta Oyón.

«Entrenamos de lunes a viernes y hacemos dos días a la semana volumen de tiro, que es tirar, tirar y tirar en diferentes situaciones». El tiro es una suerte fundamental en el deporte de la canasta, sobre todo en la última época. La importancia en el triple es capital, todos los grandes equipos basan su potencial ofensivo en el acierto desde el 6,75. «Hacemos los tiros en estático, en movimiento y con bloqueo en movimientos. Contabilizamos todos los tiros que se realizan para marcar a los jugadores objetivos cada semana, es decir, si una semana no han llegado a los objetivos marcados durante los otros tres días, al acabar el entrenamiento tienen que hacer los tiros que les permitan llegar al mínimo». Los nueve jugadores del GBC lanzan entre 460 y 500 veces cada uno. Normalmente, triple y de larga distancia.

Los martes, miércoles y viernes se hace técnica individual, Oyón explica que es un trabajo «enfocado al tema de bote, el pase, tiro tras bote. Con algunos jugamos en el poste bajo o situaciones de juego sin balón. Se les pide que acaben cada acción muy agresivos y si pueden haciendo un mate. Los pequeños yendo lo más rápido posible hacia canasta».

Una vez las tablillas del Josean Gasca cesan de sonar por el bote del balón, los jugadores se encomiendan a las indicaciones en el gimnasio de Lander Castro, quien ha cumplido su segunda campaña al frente de al preparación física del Gipuzkoa Basket. «La gran mayoría hacen un trabajo de musculación y lo combinamos con trabajo de velocidad y de mantenimiento. La mayoría es para ganar masa muscular». Castro prepara un informe para cada uno y las vacaciones son activas. Chancletas, sol y playa, sí, pero algo de ejercicio, también. «Sí, tienen deberes», asegura entre risas. «Casi todos estarán conmigo trabajando estos días y después les dejo un dosier de ejercicios y alimentación para las vacaciones. Luego las notas», dice bromeando.

Joan Pardina y Miquel Salvó miran detenidamente el informe que les entregan Sergio García y Bully Oyón. Es un pdf de sus estadísticas de tiro del último día. Acompañados por una botella de agua, se secan el sudor con una toalla antes de tomar camino del gimnasio donde les espera Lander Castro. «Estamos contentos, el trabajo está siendo bueno y creo que nos va a hacer mejorar», dice Pardina. «Sergio y Bully son un poco duros, pero está bien», cuenta Salvó entre sonrisas. «Creo que estamos aprovechando mucho las sesiones, intentamos exigirnos a tope». Preguntados por si hay ganas de vacaciones, los dos coinciden en que «se cogerán con gusto, pero como no nos ponemos muy morenos, tampoco echamos de menos la playa. Un poco para desconectar, estar con los amigos y poco más».

La disposición de los jugadores es muy grande porque es un trabajo fuera de la temporada. «Tratan de hacerlo lo mejor posible. No son los clásicos entrenamientos sino que están enfocados a la mejora. El rival del jugador es el propio jugador», explica Oyón. Cualquier mejora será poca para una próxima temporada que se presenta tan dura o más que esta.

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