El GBC se ha quitado un peso de encima. Así lo cree Dani Pérez, el mejor de los donostiarras sobre la pista, y que dio toda una lección de cómo se juega el bloqueo directo. El catalán es cauto «esto es muy largo, seguimos en la misma posición», proclama. Pero esboza una sonrisa que va directamente ligada a un triunfo enorme. El primero de muchos.
- ¿Qué ha supuesto subir la primera victoria al casillero?
- Para mí supone quitar esa losa de trabajar toda la semana e irte con malas sensaciones después del partido. Creo que esta semana teníamos un partido complicado, contra un equipo de Euroliga y por fin nos llevamos la recompensa al trabajo que veníamos realizando.
- Existe una doble lectura. Por un lado se han quitado un peso de encima, pero por otro la situación en la tabla no ha cambiado mucho, ¿no?
- Sí, es así. Simplemente es una victoria porque seguimos en la misma posición en la que estábamos. Pero sirve para ver que el trabajo diario y que lo que hacemos vale para seguir mejorando como equipo. Este triunfo nos tiene que dar fuerza y energía para seguir creyendo y ver que se puede ganar y que podemos sacar partidos adelante.
- ¿Dónde cree que estuvo la clave del partido?
- Fuimos constantes todo el partido. En los anteriores, por ejemplo las derrotas contra el Zaragoza y Tenerife, el equipo deja de jugar. Tuvimos apagones que hacen que no podamos ganar. Puede que no tuviéramos muchos minutos de juego brillante, solo al final del tercer cuarto y principio del último, pero sí que fuimos regulares y constantes. En defensa estuvimos muy bien.
«La victoria era necesaria para quitar toda la porquería de estas primeras cinco jornadas»
- Los gestos de alegría al final del partido fueron elocuentes de lo que significó el triunfo, ¿no?
- A pesar de las cinco derrotas, el vestuario tiene buen rollo. Hablamos y no hay síntomas de que cada uno va a lo suyo por haber empezado mal. Cuando quedaban cinco minutos y estaba con Van Lacke en el banquillo nos miramos y dijimos 'hoy sí' y al final nos hemos quitado un peso de encima y nos hemos llevado una alegría.
- ¿En qué momento vio que el partido no se escapaba?
- No sé, quizá con el triple de Corbacho. Ellos se vieron que ya su energía estaba en la reserva y bajaron los brazos.
- ¿Cree que fue uno de sus mejores partidos? Se le vio dominando el juego del bloqueo directo.
- Ellos hacían una defensa un tanto peculiar. Cuando juegas el bloqueo directo, te encuentras con más ayudas del lado contrario. Sin embargo, ellos defendían sobre todo al base y al pívot y era un dos contra dos con mucho espacio. Creo que lo leímos bien tanto con Sekulic como con Barro y les pudimos sacar bastantes ventajas.
- Fue un gran partido en lo colectivo y en lo individual. ¿Se fue feliz a casa?
- Muy feliz. Pero sobretodo por la victoria. Era muy necesaria para todos, para limpiar las cabezas y quitar la porquería, por así decirlo, que nos había impregnado el inicio de Liga. Y si encima lo puedes hacer con un buen partido, mejor que mejor.
- Usted estuvo sensacional pero cuando estuvo en el banquillo Maiza dio el golpe de gracia, ¿no?
- Sí, sí, por supuesto. Tanto Gaizka como Xabi entrenan muy bien. Trabajan, luchan, se pegan y no se quejan. Me alegro mucho por Gaizka porque hizo un partidazo y seguro que a Xabi le llega la oportunidad cualquier día de estos.
- Además, ¿considera que la victoria tiene un doble valor al derrotar a un equipo de Euroliga?
- Venían de un partido duro en Euroliga, donde jugaron muy bien contra CSKA, pero ese tipo de plantillas están acostumbrados a este nivel de exigencia. Se notaba sobre todo en el tamaño de los jugadores, eran grandísimos. Hicimos un partido muy completo y no les dejamos jugar a lo que a ellos les gusta. Hannah, por ejemplo, que es clave para ellos, estuvo incómodo. Que ellos estuvieran cansados no tiene que quitar mérito a nuestro triunfo.
«Este tipo de triunfos hace que quieras jugar hoy mismo. Aunque estemos destrozados del esfuerzo»
- ¿Es cierto que cuando se consigue un triunfo como el del domingo, desean jugar cuanto antes?
- Sin duda. Aunque estuviera destrozado, jugaría hoy mismo. La sensación de ganar hace que te entren ganas de jugar ya. Tenemos una semana para preparar el partido lo mejor posible e ir a Santiago con el cuchillo entre los dientes.
- Solo tienen un triunfo, pero hay ocho equipos con dos victorias. Está todo muy apretado.
- Esto es muy largo. Por ejemplo, el año pasado todo el mundo daba por descendido al Joventut y se salvó sin aparentes problemas. Así que hay que ir poco a poco. El equipo está en una buena línea y tener este tipo de resultados siempre ayudan.
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