El Barça, un líder muy sólido
Messi guía la remontada culé ante el Sevilla (2-1) y deja al Real Madrid a 12 puntos del liderato
Cristian Reino
Domingo, 28 de febrero 2016, 02:56
El Barça no cede. El equipo azulgrana no está por la labor de dejar rendija alguna a la liga y se deshizo de un buen Sevilla, que mereció mucho más que salir derrotado del Camp Nou. La victoria culé acerca a los de Luis Enrique al título de liga, del que ya queda casi descartado el Madrid, que se aleja a 12 puntos. El Atlético de Madrid, a ocho, se antoja el único rival para los azulgranas, que ante el Sevilla completaron una vuelta entera sin perder (en todas las competiciones), por lo que igualaron el récord de imbatibilidad del Madrid de Beenhacker con 34 partidos ganados o empatados. Toda una proeza, a la que contribuyó una vez más Messi, el mejor de los blaugranas, que apareció cuando más le necesitó su equipo, con un golazo de falta, que frenó a un cuadro hispalanse, que se adelantó en el marcador y que pudo empatar en unas cuantas ocasiones en la segunda parte. Los blaugranas no completaron su mejor partido del curso, pero sí mostraron su versión más camaleónica, la que les permite adaptarse al rival y a las circunstancias.
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Porque Barça y Sevilla firmaron un gran choque, vibrante, entre dos equipos que se respetan y que siempre que se enfrentan dan un ejemplo de lo que es el fútbol competitivo en su máxima expresión: los despistes se pagan caro, no se puede dar ni una pelota por perdida, el balón parado es letal y las florituras (salvo para Neymar) están vetadas. Los de Nervión dejaron claro bien pronto que no pensaban cerrarse sin más y que su apuesta no se reduciría solo a esperar alguna contra. En los cinco minutos iniciales amenazaron en dos ocasiones la meta de Bravo, tras dos saques de esquina, y sujetaron bien en corto al cuadro catalán, que le costaba armar su patrón de juego.
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Los andaluces tienen un sistema más definido, es posible que también más trabajado, y mostraban las ideas más claras. Luis Enrique introdujo cambios de calado. Al margen de Mascherano y Alves, que descansaron en defensa, Iniesta y Rakitic dejaron su lugar en el once a Sergi Roberto y Arda. Y aunque últimamente la baja que más nota el Barça es la de Busquets, al equipo azulgrana no se le veía fluido. Eso sí, al cuarto de hora, los blaugranas avisaron por partida doble: Busquets remató al palo un saque de esquina y Suárez reventó el rechace en el larguero. Fue en cualquier caso, una acción puntual, en un escanario de falta de control general, en el que se sentía más cómodo el equipo sevillista.
Emery movía sus peones, liderados por Iborra, Nzonzi y Krohn Dehli, que se movían por todo el campo, y ayudados por Vitolo y Gameiro, en punta, que salían a ráfagas, tras cerrar muy agrupados. Después de un saque de banda, el cuadro visitante, mejor posicionado y aprovechando la pasividad local, armó una buena jugada por la banda izquierda, que acabó centrando Tremoulinas al segundo palo para que rematara casi solo Vitolo. Gran gol, empanada general azulgrana y el Sevilla le ponía picante al choque y de paso a la liga.
El gol del Sevilla, sobre el minuto 20, descolocó además al Barça, que tardó un buen rato en rehacerse y coger las riendas del choque. Fue hasta a la media hora. A partir de ahí, emergió una vez más la figura de Messi. Golpe franco. Lanzó desde el lado ideal para un diestro y buscó la escuadra del portero. Engañó a Rico y clavó un golazo de bandera. Nada fue igual desde el tanto de Leo, porque el equipo blaugrana cogió confianza, se serenó y vio el partido con otra perspectiva.
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Tras el descanso, los de Luis Enrique ratificaron la mejoría en seguida. Salieron en tromba, a buscar la remontada inmediata y la consiguieron a los dos minutos. Fue una buena jugada entre Suárez y Messi, tras un saque de esquina, que remató Piqué. Casi fue el único error de marcaje del Sevilla en todo el choque, pero lo pagó caro, porque el marcador ya no se movió más, a pesar de que quedaban casi 45 minutos. Gameiro, Krohn, Vitolo... lo puntas andaluces llegaban con bastante frecuencia, lo que invitaba a pensar que el empate estaba más cerca que el 3-1. Emery se la jugó con Konoplyanka y Juan Muñoz, su equipo ganó aún más mordiente, pero unas veces Bravo, otra veces dos muy sobrios Piqué y Mathieu y otras la falta de acierto, impidieron que el Sevilla pescara algún punto del Camp Nou.
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