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Quien la hace la paga. Podría ser el nuevo lema de la Federación Guipuzcoana de Fútbol dentro de su política de tolerancia cero contra los comportamientos violentos en los campos de fútbol del territorio. La propia Federación transmitió el miércoles que dos jugadores de Primera Regional han sido condenados por agresión a un árbitro en mayo de 2024 y el Comité de Competición ha determinado su inhabilitación de un año sin poder jugar.
Hace dos meses, esta misma comisión decretó cuatro meses de inhabilitación al presidente de un equipo de fútbol guipuzcoano de la categoría Primera Regional por coacciones e insultos a un colegiado durante un partido celebrado en noviembre. Desde la Federación hay un convencimiento total de que este tipo de comportamientos no tienen cabida en nuestro fútbol y las con secuencias son contundentes, tal y como se viene demostrando en los últimos tiempos. La respuesta es firme.
El presidente de la Guipuzcoana, Manu Díaz, tiene claro que «no podemos permitir este tipo de comportamientos» en el fútbol del territorio. Desde las categorías de formación, hasta las sénior. Las sanciones emitidas por el Comité de Competición van por ese camino. «Hay un reglamento y el Comité ha actuado en consecuencia», explica Díaz.
«Todo aquel que tenga una licencia federativa, tiene una responsabilidad», valora también. «Tenemos que proteger nuestro sistema y no vamos a tolerar ningún tipo de violencia, tanto verbal como física», defiende, sin querer sacar pecho del grado de las sanciones que han trascendido. «Siempre hemos tratado de hacer pedagogía con los clubes. Queremos que sirva como elemento disuasorio y de concienciación, no queremos que se nos conozca por el gran número de sanciones que ponemos. Nos gustaría que fuera la última sanción. Que la información llegue a todo el mundo y no derive en más casos».
Afortunadamente, los casos de agresión a un árbitro no son ni mucho menos frecuentes en el fútbol guipuzcoano. De hecho, este último caso se ha juzgado después de tramitarse una denuncia por lo civil, una vía a la que no se suele recurrir de manera usual. Esta vez el Juzgado de Instrucción nº 5 de Donostia ha sentenciado a los dos jugadores de Primera Regional, mayores de edad, como autores de un delito leve de lesiones. Tendrán que afrontar el pago de un multa e indemnizar al colegiado a causa de la agresión que se les imputa.
La Federación ha brindado asistencia jurídica al árbitro y desde el Comité se ha esperado a conocer la resolución del juez para anunciar su propia sanción. Esta ha sido finalmente de un año de inhabilitación para la práctica del fútbol.
La anterior sanción de envergadura emitida por este Comité que trascendió fue la de los cuatro meses de inhabilitación al presidente de un club de fútbol de Donostia por coacciones a un árbitro menor de edad. En esta ocasión no se presentó una denuncia por la vía civil. En su caso, el castigo, que continúa vigente, le impide figurar como máximo representante de su entidad. Eso sí, podrá asistir a los recintos deportivos para ver los partidos de su equipo a título personal.
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