El Sevilla acaba por la vía rápida con el sueño copero del Mirandés

Punto y final en el recorrido del Mirandés de la Copa del Rey. Cuartos de final fue la última parada en la que tuvieron que apearse los aficionados del modesto club con la ilusión desbocada. El responsable de tal desahucio fue un serio Sevilla, que con el 2-0 traído del Ramón Sánchez-Pizjuán solo precisó de un penalti al poco de empezar para poner tierra de por medio y ver su tren particular camino de la semifinales.

Los de Emery fueron muy superiores. Supo el técnico vasco del club andaluz controlar el partido cuando más apretaban los burgaleses con posesión de balón y confiando las escasas ocasiones locales a la seriedad de David Soria, el futuro en la portería sevillista. Los de Nervión estarán en unas semifinales de la Copa española tres años después de la última vez que se alzó con el título.

Saltó el Mirandés ante su público como lo hacen los equipos pequeños con el corazón en un puño y la esperanza impoluta en su mirada. Sabían los locales que la épica tildaba de casi imposible una hazaña esperada desde hace varios años. Acceder a las semifinales de la Copa del Rey solo está al alcance de unos pocos privilegiados y los equipos del pueblo llano suelen a estas alturas de la competición verla por televisión al refugiado de la nieve castellana. Tales ingredientes se mezclaron en el aire de Anduva entre un público ansioso por vitorear a sus héroes.

Fácil para el grande

Pero como en toda fiesta del pobre que se aprecie, la alegría dura poco. En menos de diez minutos el colegiado señaló un dudoso penalti a favor del Sevilla. Vélez provocó el tropiezo de Cristóforo y Vicandi Garrido se dirigió al punto de penalti mientras lanzaba un dardo al corazón esperanzado de toda la afición rojinegra. Iborra no falló desde los once metros. Al estar los dos delanteros sevillistas fuera, el valenciano se encargó de poner el 3-0 en el global de la eliminatoria para pasar del interés por la ilusión local a una simple pachanga veraniega con abrigo incorporado.

Con el 0-1 todo resultó sencillo para los hispalenses. Más asentado sobre el campo, el Sevilla encarriló la eliminatoria en la segunda mitad. Anotó el 0-2 a través de Juan Muñoz. La joven perla de la cantera nervionense, pretendido por el Barcelona y equipos de la Premier, anotó a puerta vacía para acabar con la historia del partido. El Mirandés deambulaba, atenazado por los nervios del principio y la desgana del final de la primera mitad, acentuada en la segunda parte. Resbalaba sobre los ojos de los jugadores burgaleses la tristeza de no haber podido devolver a su público el cariño que tenían por la competición del KO. Superior el Sevilla en un duelo desnivelado, el 0-3 en el último minuto de partido consiguió que Coke redondeara su gran actuación. En semifinales los de Nervión presentan su candidatura a un nuevo título.