Un botellazo y cien culpables
Lo que se juzga, parece, es la puntería, no el hecho
Pedro Soroeta
Jueves, 27 de octubre 2016, 06:35
Uno no sale de su asombro al leer y escuchar todas las cosas que se están diciendo respecto al botellazo que los jugadores del Barcelona ... sufrieron el sábado en Valencia. Resulta que Messi marcó en el último minuto el 2-3 en un penalti indiscutiblemente claro. Un chaval de 17 años -según se supo después- fue el que lanzó la botella. A partir de ahí se ha dicho y escrito de todo.
Parece que lo más importante, a juzgar por las reacciones de representantes cualificados de nuestro fútbol, como el mismísimo Javier Tebas, no es el hecho de que se lanzara una botella desde la grada que impactó en los jugadores del Barcelona. No. Por lo que dicen lo importante es que no le dio a nadie de forma clara y contundente y los azulgranas fingieron. Increíble. Lo que se juzga, parece, es la puntería, no el hecho. De lo que más se habla, por supuesto que en los medios de Madrid, es del teatro que le echaron Suárez, Neymar y compañía. Item más. Parece que los culpables de todo fueron los jugadores del Barcelona. Que si dijeron algo a la afición, que si insultaron a los seguidores del Valencia...
"Parecía un juego de bolos. Igual sintieron el agua... Todos hemos visto esas imágenes. Hay millones de niños que nos están viendo. Mis hijos, si me ven haciendo alguna cosa de fingir o algo, a mí me daría vergüenza luego cuando los fuera a ver, declaró Tebas el lunes. Y se quedó tan tranquilo.
Parece como si al presidente de la Liga -reconocido seguidor furibundo del Madrid- lo que le molesta de verdad no es el botellazo, sino el hecho de que no impactara de lleno en la cabeza de algún jugador. De sus terribles declaraciones se desprende que los jugadores del Barcelona lo que tenían que haber hecho era dar las gracias por la falta de puntería del chaval que lanzó la botella.
Pero es que hay más. Creo que ese tipo de conductas tienen que ser sancionables, acaba Tebas, que se limita a condenar el lanzamiento, pero que se ensaña con los jugadores azulgranas y, lejos de pedir el cierre de Mestalla, parece estar deseando que lleguen las sanciones para los jugadores del Barcelona. Lo que le preocupa no es que sus hijos vean que se lanzan botellas sobre los jugadores, sino que vean que los jugadores fingen. Y eso el presidente de la Liga Profesional...
Y no es el único comentario que he escuchado estos días en este sentido. Lo que cuenta, repito, es la puntería. Si se alcanza a uno en la cabeza -una botella por muy de plástico que sea tiene un peligro enorme lanzada desde la grada- se puede sancionar. Si no, no hay sanción y la culpa es del que finge dolor si no se prodice un impacto contundente...
Sobran las palabras. Quizá sí tenga razón Tebas en que hay que sancionar al que finge. Pero al que finge un penali que no existe, una patada que no recibe, al que simula una agresión..., cosas que suceden todos los domingos en casi todos los campos y de las que nadie habla. Porque el único hecho indiscutible de lo sucedido en Mestalla es que un espectador, en este caso un menor de edad, lanzó una botella al campo y, por lo que se desprende de la carta en la que pide perdón, lo único que le duele del hecho es que puede perjudicar al club de su vida, el Valencia.
Para rematar la faena, sale Competición, pone una multa económica al Valencia y también reprocha la actitud de los jugadores del Barcelona hablando de ridículo. Parece que este Comité tampoco entiende cuáles deben ser sus funciones. Si cree que los jugadores del Barcelona actuaron mal, si ve que otros fingen en el campo acciones para engañar a los árbitros, lo que debería hacer es sancionar, que para eso está. No para dar opiniones.
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