Irene Paredes: «Si me dicen que voy a jugar la Champions en casa no lo creo»

-Quién se lo iba a decir alguna vez que iba a jugar la Champions en casa con la camiseta del PSG...

-Es para no creer. Fue una sorpresa mayúscula, una noticia buenísima. Cuando se empezó a escuchar que San Sebastián podía ser la sede de la Final a Ocho, no me lo podía creer. Es superespecial. La pena es que en principio no podrá haber público en la grada, aunque tengo esperanza de que a última hora pueda haber algo, aunque sea poquita. Lo más duro y triste en el fútbol es jugarlo sin gente. Tiene narices que vaya a jugar una Champions en casa y mi gente, mi familia y mis amigos, no puedan entrar al campo. Se hará raro y duro, así que habrá que focalizarse en lograr el máximo rendimiento posible para ganar el primer partido en cuartos.

-Antes de hincarle el diente a la Champions, me gustaría repasar cómo ha sido su carrera hasta llegar al PSG.

-Se puede decir que desde que tengo uso de razón he jugado a fútbol en las calles de Legazpi, aunque antes de sumergirme en este deporte como federada practiqué otros. Desde los seis a los doce años hice judo hasta lograr el cinturón azul-marrón. A los trece empecé a jugar a fútbol federado en el Ilintxa y lo compaginaba con el atletismo en el Goierri Garaia. Del Ilintxa pasé al Urola, en categoría Regional, luego jugué otro año en Zarautz, en Segunda, y acabé en la Real en 2008. En ese momento tuve que dejar ya la práctica del atletismo. Me decanté por el fútbol porque entendía que si no me salía bien siempre iba a poder volver al tartán.

-El equipo de la Real estaba naciendo en esos primeros años.

-Llegué en la quinta temporada de la Real, en la 2008/09. En mi primera Liga, con Javier Garmendia en el banquillo, no participé mucho. Me ubicaron en diferentes posiciones a las que no estaba habituada y acabé en el lateral derecho. Hasta ese momento había jugado siempre de mediocentro. En el segundo año, por diferentes bajas de compañeras, empecé a jugar con continuidad hasta que al acabar la tercera temporada me llamó el Athletic. Me fui de la Real pero sigo manteniendo contacto con algunas jugadoras como Aintzane Encinas, Sandra Ramajo, Maialen Zelaia…

-¿Por qué se marchó al Athletic?

-Siempre había soñado con jugar en la Real, pero en ese momento el Athletic estaba en una mejor posición. Se me presentó la oportunidad de recalar en un club que aspiraba a ganar títulos y quise aprovecharla. Mi deseo como deportista siempre ha sido progresar, jugar en equipos mejores, y por eso decidí aceptar la propuesta. Pasé de vivir en Vitoria, donde estudiaba IVEF, a Bilbao. En los cinco años siempre estuvimos en la pelea por el título de Liga, pero no fue hasta la última temporada, en la 2015/16, cuando por fin lo logramos. No sé cuándo se repetirá algo así porque la entrada de dinero en el fútbol femenino, un hecho siempre positivo, está haciendo cada vez más difícil que equipos como el Athletic y la Real, con jugadoras canteranas, puedan pelear por títulos.

-Y le llega la oportunidad de recalar en el PSG.

-Fue una sorpresa para mí. Siempre he valorado mucho estar cerca de casa y el buen ambiente que se puede tener en un vestuario, pero cuando se presenta una oferta de un club de los grandes de Europa como el PSG es imposible rechazarla. Prácticamente por el mismo deseo de seguir mejorando que me llevó a cambiar la Real por el Athletic es por lo que decidí tirar para adelante.

-¿Cómo va a llegar el PSG a ese partido? ¿Qué preparación están siguiendo?

-Llevamos entrenando tres semanas y media, lo que viene a ser una pretemporada normal aunque un poco más larga. Todo está siendo muy progresivo porque llevábamos mucho tiempo sin tocar balón en el confinamiento y sin tener contacto físico con las compañeras. Eso ha hecho que hayamos ido con pies de plomo para reducir la posibilidad de tener lesiones. En ello estamos. Todavía no estamos listas, el objetivo es estar preparadas para la última semana de agosto y estamos en ese proceso. Lo más importante es lograr una muy buena condición física, encontrar buenas sensaciones con la pelota en el pie, estar juntas y unir al colectivo.

-Ya han jugado amistosos.

-Hemos jugado tres y las sensaciones han sido positivas. Ganamos al Twente y al París, de nuestra liga, por 1-4 y 2-0. Estamos en el camino. Tenemos que aprender las lecciones de la temporada pasada. Hay grandes cosas que hacer y títulos que ganar. Nuestro objetivo es hacer lo mejor que podamos para ganar un título. Sería una gran recompensa para todo el grupo.

-¿Qué características tiene el juego del PSG?

-Solo diré que somos una plantilla con mayoría de jugadoras internacionales. A partir de ahí, muchas más pistas no debo dar.

-La duda es cómo van a estar los rivales. No hay referencias después del confinamiento.

-Estamos como la sociedad, día a día. No se puede hacer planes y es muy complicado saber cómo vamos a llegar. Por de pronto seguimos sin poder ducharnos en el vestuario y los movimientos son limitados. Hemos tenido algún caso positivo en el equipo y eso también trastoca y ralentiza la preparación. No está siendo fácil. Queda el consuelo de saber que les está pasando a todos los equipos y no queda otra que adaptarse. Lo estamos llevando bastante bien, todo hay que decirlo. Hemos estado tres semanas con dobles sesiones, y avanzamos.

-El objetivo es ganar la Champions.

-Sin duda. Es lo que queremos. Estar en cuartos es un privilegio, pero este equipo no se conforma, queremos más. Para bien o para mal, es un partido lo que tenemos y hay que prepararse para ello.

-¿No miran más allá de cuartos?

-Es que es ridículo pensar en la semifinal o la final. El objetivo es ganar al Arsenal en cuartos. No hay más. Nos estaríamos confundiendo si pensáramos más allá. Sabemos que en caso de victoria nos cruzaríamos con el ganador del Lyon-Bayern y nada más. Prefiero ni mentarlo.

-¿Qué referencias tienen del Arsenal?

-Jugamos hace un par de años pero ha cambiado mucho el equipo. Las referencias ahora no valen de mucho después del confinamiento. Seguro que es un duro rival. Estamos ante una Final a Ocho en la que no cabe especular. Te lo juegas todo a un partido. Es una final, si la ganas, otra final y si la ganas, la gran final.

-¿Ha tenido oportunidad de acudir al nuevo Anoeta?

-Lo he visto desde fuera, nada más. Por la televisión ya se ve que es un campazo, ha quedado superbonito. Se ha ganado una barbaridad acercando al aficionado al césped. No tiene nada que ver con el antiguo Anoeta, en el que jugué con la selección de Euskadi. Es una maravilla.

-¿Cuántas solicitudes de entradas hubiera tenido de poder entrar al campo los aficionados?

-Ni sé. El teléfono echaría humo. Sé que si por lo que sea se permite la entrada de aficionados, el respaldo va a ser masivo porque la gente euskaldun, que tiene mucha cultura deportiva, siempre responde a eventos como este. Tanto en San Mamés como en Anoeta el aficionado se ha volcado con el fútbol femenino y en esta ocasión no iba a ser distinto en un formato de competición del máximo nivel.

-Si ganan, la semifinal será en San Mamés.

-Imagina. He jugado en la Real y en el Athletic. Podría jugar en mis dos casas, en los dos estadios. Es una motivación más.

-¿Cómo le va por París? Se ha erigido en la capitana.

-Estoy contenta. Esta va a ser mi quinta temporada. Estoy cómoda, todavía me queda un año de contrato hasta junio de 2021. Lo positivo es que sigo teniendo ganas de mejorar, de ganar algo y ahora tenemos la oportunidad. A ver si en en esta ocasión.