Roglic llega imbatido a la Vuelta

Sus números son estremecedores para los contrarios: nueve victorias parciales en 40 días de competición. Están repartidas así: tres etapas en la Tirreno, dos en la Volta, una en el Giro y tres en la Vuelta a Burgos, incluida la de la contrarreloj por equipos con sus compañeros del Jumbo. Curiosamente, no ha competido en ninguna prueba de un día a lo largo de esta temporada. Ni monumentos, ni clásicas, ni Mundial, ni campeonatos de crono.

«En Burgos me he encontrado mejor de lo que esperaba», subraya Roglic, satisfecho además con el rendimiento de los compañeros de escuadra: «Una vez más he visto fuerte al equipo. Han controlado la carrera».

Llegaba a la ronda burgalesa con la intención de «poner todo a punto» y ha comprobado que la preparación para la Vuelta ha ido «por el buen camino».

En la Vuelta a España llevará la compañía de Jonas Vingegaard, con quien no ha coincidido en ninguna carrera durante la presente campaña. Han seguido caminos paralelos. Cabe pensar que el doble vencedor del Tour será otro de los puntos de apoyo de Roglic, pero la propia carretera pondrá a cada uno en su sitio y repartirá galones.

Hay otro dato curioso en torno a Primoz Roglic. Ha vestido en 126 ocasiones el maillot de líder de las pruebas por etapas en las que ha participado a lo largo de su trayectoria como ciclista. Asimismo, desde la victoria en la Itzulia de 2018 ha ocupado la primera posición de la general en algún momento en todas las rondas en las que ha participado excepto en tres ediciones del Tour de Francia, las de 2018, 2021 y 2022.

Roglic confirmó ayer en la ascensión a las Lagunas de Neila su buen estado de forma a pesar de que no había competido desde el triunfo en el Giro. UAE impuso un ritmo alto con la misión de dejar sin compañeros y desgastar al esloveno. Jay Vine fue el último lanzador de Adam Yates, que aceleró por primera vez a falta de 2,7 kilómetros para la cima. Respondieron Vlasov y Roglic.

Tras un momento de tregua y a un kilómetro de la meta, justo cuando Vine volvía a la altura del trío de cabeza, el tercer clasificado en el último Tour lanzó un ataque sostenido que no creó inquietud alguna a un Roglic que disponía además de medio minuto de ventaja en la general. No le hizo falta recurrir al colchón.

Tampoco es de los que regala, por lo que en los últimos metros aguantó sentado en el sillín la última intentona de Adam Yates y le remachó con la punta de velocidad que le ha distinguido desde que monta en bicicleta.