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Valverde cruza la meta seguido por Ion Izagirre y Wilko Kelderman. AFP
Llueve, ya se ve Asturias
La Vuelta

Llueve, ya se ve Asturias

Gana De Marchi y los favoritos se atizan en las carreteras gallegas, aperitivo del fin de semana

IÑAKI IZQUIERDO11ª ETAPA

Jueves, 6 de septiembre 2018, 09:30

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Cambian hasta los nombres. Mombuey-Luintra. Como si fuera un libro de viajes de Álvaro Cunqueiro, camino de su Mondoñedo natal de donde sale hoy la etapa. Mombuey-Luintra, una musicalidad que suena a misterio. Y a lluvia. Y llovió, por fin, en la Vuelta. No les gusta a los ciclistas el agua, pero que levante la mano el que no la agradeció en el tramo final de la jornada de ayer. Empezando por Alessandro de Marchi (BMC), que ganó en este valle de monasterios que es la Ribeira Sacra, en Ourense.

Llovió en la Vuelta y ya se ve Asturias, donde desde mañana se disputan tres etapas que pueden definir una carrera que llega abrasada por el sol del sur y se va a encontrar con la montaña de verdad y, quizá, el frío.

Han cambiado los nombres y seguirán cambiando. La Camperona, mañana; Les Praeres, el sábado; los Lagos de Covadonga, el domingo. Más tarde se hablará de Oiz, Lleida, Escaldes... Nuevos acentos, nuevos idiomas, nueva Vuelta. Todo lo hecho hasta ahora no va a servir.

Pinot se metió en la fuga y llegó a ser líder, lo que obligó al Movistar a asumir la responsabilidad

Ayer ganó De Marchi, que no es el que era pero le sigue bastando para ganar en una escapada de postín, y por detrás los favoritos se atizaron a base de bien para al final llegar todos juntos. La igualdad ha sido la constante de las once primeras etapas, pero es probable que no lo sea en las diez que faltan.

La Camperona son 8,3 kilómetros al 7,5% de media, con máximas del 19,5%. Les Praeres, 4 kilómetros al 12,5% y picos del 17%. Los Lagos, 11,7 kilómetros al 7,2% y máximas del 20%. Y antes, dos pasos por el Fito.

Se tantearon todos los líderes en la parte final, con ataques para todos los gustos. A Movistar le tocó trabajar, y no le gustó. Alejandro Valverde se quejó: «Hemos tenido que tirar nosotros porque a los demás equipos les da igual ganar que perder. A partir del kilómetro 105, cuando se hizo la escapada, tiramos del pelotón, no para cazar sino para mantener la fuga porque Mitchelton estaba por ver que fuese a tirar. Le gusta ir de gratis. Vamos a ver lo que hacen ahora, pero está claro que lo de tirar para defender no es su filosofía. Les gusta mover el pelotón para atacar pero no para defender». Thibaut Pinot (Groupama) iba en la fuga y llegó a ser líder virtual.

Como si su equipo no fuera el más poderoso de la carrera, Valverde se mostró extrañamente crítico, ya que no suele hacer este tipo de declaraciones. ¿Hay presión en el Movistar? El Tour no le salió como tenía previsto al equipo telefónico y ganar la Vuelta parece ahora una obligación. Nairo Quintana, que jamás da una pedalada de más, también se está dejando ver. Ayer mismo, atacó dentro del último kilómetro. «Era por si había un pequeño descuido», justificó. No lo hubo.

Se avecinan días tensos en la Vuelta, con mucha gente en muy poco tiempo y cruces de intereses que darán que hablar. Parece claro que a Movistar no le van a hacer la carrera y tendrá que tomar las riendas. Desde luego, el equipo de Unzue tiene argumentos para llevar el peso. Ayer mismo, Richard Carapaz hizo un trabajo de primera.

El liderato de Simon Yates es simbólico, ya que lleva 47 segundos al décimo clasificado, George Bennet (Lotto-Jumbo). Eso es lo que se pierde en una rampa de Les Praeres.

Los Izagirre, al frente

Aunque no es novedad, porque es la tónica de toda la Vuelta, la etapa sirvió para ver de nuevo a los hermanos Izagirre al frente de las operaciones. Ion es el líder y no ha dado muestras de debilidad, mientras su hermano Gorka está dictando un recital de inteligencia ciclista.

En esa disciplina artística que es saber levantar el pie, el mayor de los ormaiztegiarras lo está bordando. Y en los días peligrosos, como ayer, aparece y guía al pelotón con seguridad. Su hermano menor sube al cuarto puesto y todos los que le rodean deberán pensar en algo para sacarle de ahí, porque la crono de Torrelavega le favorece y en su estado de forma puede sacudir la general.

Segunda del BMC

Alessandro de Marchi dio la segunda victoria al BMC tras la de Dennis en la crono inaugural. No es poco para un equipo en desbandada y con un líder, Richie Porte, ofreciendo una imagen penosa.

El italiano fue el más fuerte entre los 29 corredores que protagonizaron la fuga del día, en la que estuvieron Mikel Bizkarra (Euskadi-Murias) y Omar Fraile (Astana). El desenlace por la victoria, tras el último puerto, el Mirador de Cabezoas, se quedó en un mano a mano entre el colombiano Jonathan Restrepo (Katusha) y De Marchi, que le soltó a base de fuerza y desarrollo en el repecho final. Es la tercera victoria de etapa del italiano en la Vuelta, tras ganar en Alcaudete en 2014 y en 2015 en Fuente del Chivo. «Con esta victoria tan especial me libero y creo que he cumplido conmigo y con el equipo».

Valverde acusa a Mitchelton de no trabajar para defender al líder: «Les gusta ir de gratis»

Es uno de los corredores del BMC que la próxima temporada se integrará en el CCC polaco. No va a mal sitio, a Polonia, porque De Marchi es un hombre muy religioso. En el país de Juan Pablo II no se va a sentir fuera de lugar. «El año que viene no cambiarán mucho las cosas porque vamos a seguir todos. Es el último año con BMC y tenemos que dar las gracias al patrocinador por su apoyo. Todos estamos contentos y no hay motivos para la tristeza. Me santigüé en meta porque soy muy cristiano y besé el tatuaje de mi brazo izquierdo porque llevo frases relativas a mi familia, que es lo más importante que tengo».

Llueve en Galicia. Cambian los nombres. Suenan a música. Empieza la guerra.

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