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Son días de hacer balance del año, y el realizado por Jonas Vingegaard junto a su mujer Trine Marie Hansen en una entrevista a la televisión danesa DR ha impactado al aficionado por los sentimientos y la crudeza mostradas por el doble ganador del Tour de Francia al hacer referencia a la grave caída que sufrió en la cuarta etapa de la Itzulia.
Ha sido sin duda la caída más sonada del 2024 ciclista, por la gravedad de las lesiones que produjo como por los corredores que se vieron involucrados, ya que todos los favoritos a la victoria final, Primoz Roglic, Remco Evenepoel y Jonas Vingegaard, se fueron al suelo y se vieron obligados a abandonar la carrera junto a Jay Vine y Steff Cras, entre otros.
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El danés sufrió las peores consecuencias de entre los tres campeones. Detrás del horrible parte médico, que mostró una fractura múltiple de clavícula, siete costillas rotas, fractura del esternón, un neumotórax, los dos pulmones perforados y un dedo roto, Vingegaard ofreció un escalofriante relato: «Después de la caída no pude respirar durante los primeros diez segundos, y ya sabía que algo iba mal. Cuando por fin pudo, escupí sangre y pensé en que sangraba internamente, lo que significaba que me podía a ahogar en mi propia sangre y que iba a morir», frase, esta última, que ya ha repetido en varias ocasiones durante los últimos meses.
Jonas Vingegaard
La entrevista conjunta con su esposa también ha servido para sincerarse sobre su plano más personal. Vingegaard, casada con Trine, tenía una hija en el momento del accidente y la pareja esperaba un niño que nació en septiembre. «Trine estaba embarazada y me costó mucho afrontar eso, la idea de que tendrías que vivir sin mí», expresa mirando a su esposa emocionado. «Cuando estaba acostado en el hospital pensé que si sobrevivía terminaría mi carrera, pero luego ambos hablamos de ello y pensamos que debía continuar. Porque el ciclismo sigue siendo mi pasión».
Vingegaard estuvo ocho días en cuidados intensivos y doce ingresado en el hospital de Vitoria-Gasteiz, a donde acudió su mujer nada más ver la caída. «Estaba viendo la carrera en mi casa (en Dinamarca) y nada más ver las imágenes de televisión compré los billetes de avión para volar a España. Tardé 30 minutos en conocer un primer estado de Jonas».
Trine Marie Hansen
Mujer de Jonas Vingegaard
En esa conversación que quitó de la cabeza a Vingegaard la retirada del ciclismo, salió el tema de la seguridad, algo que Vingegaard acepta que ahora tiene mucha más importancia en sus entrenamientos y carreras. «Trine me ha convencido de que entrene con luces en la bicicleta. Visto ahora, suena estúpido no rodar con luces y especialmente en Dinamarca en diciembre, con la poca luz que hay, pero es como lo hacemos los profesionales, que amamos la aerodinámica y rascamos segundos donde podamos».
Pero las acciones que Vingegaard está tomando no solo se ciñen a los entrenamientos. «Hablamos sobre andar en bici de forma más segura si quería seguir corriendo. El ciclismo se está convirtiendo muy peligroso y es mejor bajarse de esa pelea e intentar remontar más tarde. Después de la caída no quería asumir los mismos riesgos en la bajada, y es por eso que perdí algo de tiempo en la undécima etapa del Tour de Francia».
Su mujer lamenta que «en el ciclismo se habla mucho de que cada vez hay mejores materiales, pero no existe una mejor protección en un deporte en el que hay una muerte cada cierto tiempo. Si un líder toma una decisión, el resto le sigue. Y si Jonas se queda atrás y dice 'esto es demasiado rápido, es demasiado violento', empieza a tener efecto en el deporte. Los ciclistas apuntan muchas veces a los organizadores, pero una gran parte de la responsabilidad recae también en ellos».
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