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Las 10 noticias clave de la jornada

Hotel Le Marais

El enviado especial ·

LUCA CORSI

Jueves, 19 de julio 2018, 06:55

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Quedo con António, un periodista portugués amigo, después de la etapa. Escribe para varias revistas. Es un francófilo de los que ya no quedan. Cree que Francia sigue siendo el kilómetro cero de las artes y las letras en el mundo. Quedamos en la terraza de un bar, según él, a «escuchar una radio que trasmita canciones de Yves Montand, Edith Piaf, Georges Brassens, Léo Ferré o Jean Ferat. Quizá, cerca haya unos viejillos jugando a la petanca. Ellos son los verdaderos amateurs, es bello ver este deporte simple y pobre».

Dice todo esto, aunque estamos hospedados en la estación de esquí de Tignes. Un lugar desolado, aunque pega un agradable sol de la tarde. La elección es obvia: hotel Le Marais. No por las excelencias de lugar, deduzco, sino por el nombre. Le Marais, el barrio con clase de París, el de las galerías de arte, el de la Plaza de los Vosgos.

Suena por el único altavoz del garito una música horripilante y nos atiende un camarero que no ha oído hablar en su vida de Les Deux Magots, del Café de Flore ni de las terrazas de los bulevares parisinos. Así que ni Yves Montand, ni Edith Piaf ni sus primos segundos del pueblo. Una especie de rap en un francés que António -que podía ser académico, jefe de la editorial Gallimard o profesor en la Sorbona- no entiende. Debe de ser una cosa de locos. A mí me da igual, tampoco entiendo el francés normal.

Pero no nos viene mal haber caído en este lugar apartado del trajín del Tour. A los compañeros ingleses del coche les he dejado en la meta de La Rosière, envueltos en la Union Jack por Thomas y Froome. No hay quien les hable. He bajado con António -hincha fanático del Benfica y de Lobo Altunes- y aquí estamos, a un paso de Italia.

El Marais, con todo, cumple su función. La cerveza está fría y el café no es que sea un espresso del otro lado de los Alpes, pero es mucho mejor que la media. Llegan dos cicloturistas y se sientan en la mesa de al lado. Vienen de la etapa. Están admirados. Ha merecido la pena venir, dice uno. Asentimos los tres.

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