Sagan usa más el maillot verde que el de su equipo
De los 105 días que ha corrido en el Tour, en 98 ha llevado otros colores
BENITO URRABURU
Martes, 26 de julio 2016, 13:48
No ha sido un Tour de Francia de muchos nombres, pero sí de tres o cuatro estrellas en distintas clasificaciones. Al margen del maillot amarillo, ... Chris Froome, de Mark Cavendish y sus cuatro triunfos de etapa, el nombre del Tour es Peter Sagan. A los 26 años, con un palmarés y unos datos que abruman, su carrera parece no tener límites. Se encuentra a un maillot de los seis que consiguió Erik Zabel de la regularidad y ha superado los cuatro de Sean Kelly. Parecía imposible poder rebasar los del alemán y Sagan está cerca de hacerlo. Lleva cinco en cinco años seguidos, desde que debutó en el Tour. No ha fallado en ninguno. Los ha logrado seguidos.
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Además de sus victorias, de su pelambrera (dicen que cuanto más le insisten en que se lo corte más largo se lo deja), llama la atención la forma que tiene de interpretar el ciclismo. Sagan siempre va al ataque y esa forma de correr resulta muy atractiva para los aficionados y también para los patrocinadores.
Además de ganar tres etapas y la regularidad, también fue elegido el corredor más combativo del Tour. Todo ello con el maillot de campeón del mundo. Con Sagan hay un problema serio para su patrocinadores, sobre todo en el Tour: lleva tantos maillots que el de su equipo no termina por verse del todo.
Números increíbles
Ha corrido desde que se estrenó en la prueba francesa 105 días y 98 de ellos los ha pasado con un maillot distinto. En Francia han realizado el cálculo y los datos son demoledores: ha estado 82 días vestido de verde, seis de blanco (el de los jóvenes en sus primeras incursiones), tres de amarillo (este año) y siete con el del campeón del mundo. En 2016 ha batido su récord de puntos en esa clasificación con 440, por 431 sumados el año pasado.
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Pero todavía hay mucho más en este ciclista: en las cinco ocasiones en las que ha corrido el Tour ha finalizado 51 veces entre los diez primeros de una etapa. En diecisiete ocasiones ha sido segundo, en nueve, tercero; en ocho, cuarto, en tres, quinto, en otras tres sexto, en una séptimo y en tres noveno, a lo que se añaden las siete victorias que ha logrado.
Sagan ha terminado por convertirse en un ciclista global, que tiene un buen mercado en los Estados Unidos gracias a sus actuaciones en la Vuelta a California, con un maillot arco-iris. Probablemente sea el campeón del mundo más popular en el mundo del ciclismo en los últimos años, teniendo en cuenta que no pertenece a un país con una gran tradición ciclista como puede ser Italia o Francia.
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Una empresa italiana maneja sus intereses publicitarios y sus movimientos en la red, lo que permite tener varias firmas patrocinadoras en su país, Eslovaquia, donde es un auténtico fenómeno social y su deportista más conocido.
Su próximo objetivo será el título olímpico de mountain-bike. No lo va a tener fácil, pero con la base física con la que ha salido del Tour, Sagan podría rivalizar con las grandes estrellas de esta especialidad. Sería otro galardón a una carrera deportiva que está muy medida y que no se mueve un ápice de sus objetivos: las clásicas del pavés, Gante-Wevelgen, Vuelta a Flandes y París-Roubaix, la Vuelta a California antes del Tour, y luego la carrera francesa que tiene una proyección mundial. Lo demás no es que sea secundario, pero su preparación va enfocada a esas partes de la temporada y normalmente no suele fallar en ellas. El Tour es su ejemplo.
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