Paula Ostiz: «Ver el maillot arcoíris en casa hace que todo merezca la pena»
La campeona del mundo en línea júnior y doble de Europa en contrarrelojy ruta asegura que «soy más fuerte por todolo que he vivido en casa con mi familia»
La bicicleta con la que Paula Ostiz (Pamplona, 2007) conquistó la prueba mundialista en Kigali (Ruanda) está temporalmente aparcada. El maillot arcoíris y la medalla ... de oro de Campeona del Mundo júnior en línea y la plata de subcampeona contrarreloj siguen a la vista. La corredora navarra ha perdido la cuenta de cuántas veces se ha fotografiado con ellos. Ahora, durante sus cortas vacaciones, sigue «en una nube», reposando un éxito que está convencida de haber logrado gracias a tener «los pies en el suelo».
– ¿Ha podido asimilar todo lo ocurrido?
– Estas semanas he disfrutado de cada momento, de cada experiencia y eso es lo más importante. Al final al llegar a casa he asimilado todo, primero tenía la sensación de haber ganado una carrera normal, pero son un Mundial y un Europeo. Por ello ha tenido una repercusión enorme.
– ¿Impresiona convertirse en el centro de atención?
– Un poco. El otro día salí ante 20.000 personas en El Sadar. Nunca había estado en un campo de fútbol, en mi vida. Imagínate si impresiona. Pero los reconocimientos no los llevo mal, con que no esté agobiada, eso es lo principal. Sientes una alegría inmensa porque ves que todo lo que has conseguido ha tenido una repercusión y es algo increíble. Nunca he sentido tanta gente a mi lado, por eso es muy importante disfrutar día a día, sobre todo con mi entorno más cercano. Es una pasada, es algo especial. Una cosa es que te feliciten por redes sociales, y otra que lo hagan en persona con tanto cariño, nunca he sentido algo así.
– ¿Cuántas veces ha visto ese final del Mundial?
– En cuanto llegué a casa me puse todos los vídeos. Me emocioné. Después de conseguirlo me fui directamente en avión al Europeo de crono, y lo gané también. Y el de ruta también lo conseguí. Ha sido todo increíble y ha pasado muy rápido.
– ¿Con qué momento se queda de todo lo vivido?
– Si tuviera que elegir solo uno me quedaría con el mundial de ruta. Ese día no paré de llorar. Ver a gente que de verdad te quiere tan emocionada por lo que has hecho te llega muy dentro. Fue súper emocionante. Yo estaba tranquila, tenía la confianza de que todo iba a salir bien.
«Ha habido días que hemos tenido que hacer comida y venderla a amigos para pagar las deudas que había en casa»
– ¿En qué momento fue consciente de la victoria?
– Te diría que cuando atravesé la línea de meta. Cuando vi que nadie me había adelantado. Cuando quedaban los últimos metros, lo vi claro, agarré de abajo y me puse a tope. Veía que lo daba todo y nadie podía conmigo. Y en cuanto crucé la línea toda la emoción se me vino encima de repente. Ahí supe que era campeona, es una sensación increíble, se te pasa todo por la cabeza.
– ¿Qué supone ese maillot arcoíris?
– Todo. Un sueño cumplido. El año pasado me quedé segunda a las puertas y bueno, este año lo he conseguido.
– ¿Lo tiene bien guardado?
– El día que lo logré no me lo quité en todo el día. No está bien guardado, está bien a la vista. Lo tengo en mi cuarto. Con el resto, las medallas. Tenerlo a la vista supone una motivación extra. Confirmar que merece la pena todo el trabajo que haces durante todo el año, eso al final tiene su recompensa. Yo pienso que este año lo he hecho muy bien, he conseguido todo lo que yo quería.
«Una cosa es que te feliciten por redes y otra que lo hagan en persona y con tanto cariño; nunca he sentido algo así»
– El día del Mundial de crono no acabó contenta.
– Es que me quedé sin radio en el kilómetro seis, iba sin tiempos, no sabía nada. En el punto intermedio iba a tres segundos del mejor tiempo, pensaba que estaba para ganar. Pero cuando llegué a la zona del empedrado iba muerta, no tenía nada. No me rendí, cuando vi que había hecho segunda lloré de alegría porque había mejorado a un segundo puesto. Pero también pensé 'mierda, qué cerca ha estado'. Cuando vi a la holandesa en el podio con el maillot arcoíris pensé: el día de la ruta tiene que ser mío sí o sí. No podía irme a casa sin el campeonato.
– Pocos días después del Mundial usted fue capaz de ganar los dos europeos.
– Es que si conseguía los dos era historia, era rematarlo. Quería conseguirlo, y demostrar que en el mundial de crono tuve un mal día. Y las sensaciones fueron increíbles, iba muy fácil, iba en moto. Yo creo que estaba con el subidón de la altura. Me decía a mí misma 'esto es mío, no se me puede escapar'.
– Y todo ello lo enlazó con tres carreras con Movistar en profesionales.
– Sí, fueron tres carreras en las que traté de ayudar al máximo al equipo, pero lo que yo quería era llegar a casa y celebrar con los míos.
– Entre sus agradecimientos siempre aparece su entrenador, Imanol. ¿Por qué confía tanto en él?
– Llevo trabajando con él desde que era cadete, cuando tenía 14 años. Lo conocía a través de mi fisio, Iñaki Arraiza. Él me ha ayudado a conseguir todo, aunque la gente piensa que no vale para nada. Este año mira lo que ha conseguido, en el futuro quiero seguir con él. Hay buena comunicación, nos entendemos y los entrenamientos son adecuados. Poco y bien. La gente tiene que saber que es la persona con la que quiero trabajar.
– Todavía hay quien no se ha dado cuenta de que el ciclismo es un deporte de equipo.
– Tengo muy claro que lo he conseguido todo gracias a mis compañeras, quiero agradecer siempre ese trabajo que hacen por mí y estoy súper feliz de haber conseguido todo lo que me he propuesto. Al final solo gana una, pero si no tienes a un equipo que te apoye, que esté para ti, es imposible conseguir todo lo que he conseguido yo, porque es muy difícil y hay que ser una piña. Si no, estas cosas no se pueden conseguir sola.
– ¿Dónde está el secreto?
– En ser muy constante con lo que quieres, en creer en mí misma y nunca dejar de soñar. Si no tienes una constancia, una motivación, las cosas no se consiguen, y yo por suerte eso lo llevo muy bien: cuando digo que quiero conseguir algo voy a por ello e intento conseguirlo. También en estar satisfecha al llegar a casa y ser consciente de todo lo que he conseguido, porque todo pasa demasiado rápido y a mí me gusta disfrutar todo, pero el tiempo va muy rápido. Muchas veces la gente se sorprende por lo claras que tengo las cosas, pero es que es fundamental.
– Los éxitos y las medallas han servido para que muchas personas la conozcan. Pero, ¿quién es Paula Ostiz?
– Bueno, te diría que es una persona de 18 años con una ambición tremenda en la bici y que es muy constante con todo, y que cuando se propone una cosa, entrena para conseguirlo. Y una chica para la que su familia lo significa todo. Para mí la familia es lo más importante que hay que tener, porque si no tienes a tu familia, ¿a quién tienes?
– Muy de los suyos, ¿no?
– Sí, al final siempre me rodeo de las personas que me aportan, que me apoyan en todos los momentos, sobre todo cuando las cosas no van bien, y al final eso es de agradecer. Vengo de una familia muy humilde, que vive de alquiler, a veces mi madre no ha tenido dinero para pagar cosas. Yo espero que algún día pueda ayudar a mi familia para que no esté mal económicamente. Mi familia y tener un hogar es lo más importante para mí, lo principal. Ha habido días que hemos tenido que hacer comida y venderla a amigos para poder pagar deudas en casa. Eso hay gente que no lo sabe. Puede parecer que yo estoy de risas todo el día, pero si vas a mi casa y ves lo que hay, la realidad es otra.
– ¿Le ha condicionado todo eso en su carácter?
– Claro. Me condiciona para bien, por lo que he vivido soy más fuerte a la hora de pelear por las cosas. Voy a conseguir esto por mí, y por mi familia. Yo veo que me ayudan en todo, el esfuerzo que hacen. Aunque no tengan nada, dan todo lo que tienen. Es lo que vale la pena, lo que de verdad importa en la vida.
– ¿Qué es lo más importante que le han enseñado en casa?
– Todo lo que me han enseñado en casa ha servido para ser quien soy. Me sirve cuando me subo a la bici y en la vida en general. Por suerte desde pequeña mis padres me inculcaron todo lo bueno y siempre lo digo, que aunque consigas grandes cosas, se que es muy importante seguir siendo la misma persona y tener los pies en el suelo. Tengo muy claro que un día puedes estar arriba y al día siguiente abajo, pero para mí hay que ser la misma persona, y ya está.
– ¿Su reto es tratar de darle a su familia unas buenas condiciones económicas?
– Sí, voy a ayudar en casa. Siempre lo he hecho. Ahora que yo puedo hay que ayudar a la familia, que es lo principal. Siempre he dicho que ellos lo son absolutamente todo para mí.
– ¿Quiénes son sus referentes?
– Tengo muchos. Te diría que Demi Vollering o Marlen Reusser, que también está en mi equipo. Son ciclistas que saben mucho, que siempre aportan y de las que aprender.
– ¿Es consciente de que ahora se ha convertido en referente usted?
– Sí, soy consciente. Al final hay personas más jóvenes que están empezando y que les gusta que les cuente cosas, mis experiencias, lo que he vivido o cómo llegar, y al final eso es bonito.
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