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Luca Corsi
San Sebastián
Martes, 4 de febrero 2025, 06:58
Enamorado de los trucos de magia, Iuri Leitao demostró el domingo en el Trofeo Palma, última prueba de la Challenge de Mallorca, su maña en esas artes. «El plan no era atacar tan pronto porque había muchos equipos preparando el sprint. Quería estar delante y ... mis compañeros me han llevado muy bien colocado, sobre todo en las dos últimas vueltas al circuito».
Vio su oportunidad y empezó con los juegos de manos. «Tenía pensado coger una buena rueda y disponer del espacio suficiente para lanzar el sprint, cosa que no pude hacer unos días antes porque la llegada fue muy loca. Al final me vi en una buena posición y con fuerza para probar un ataque desde más lejos. A veces hay que tomar un poco de riesgo y por suerte nos salió bien. Es muy importante empezar la temporada así, con una victoria en una carrera de este nivel». Ganó bien.
Portugués nunca ha sido sinónimo de pistard. La lusa no ha sido una escuela del prestigio de la inglesa, de la francesa, de la belga, de la italiana o de la australiana. Sin embargo, hay motivos para cuestionar esa creencia. Iuri Leitao es campeón olímpico de mádison –americana– junto a Oliveira, no el de Movistar, Nelson, sino el de UAE, Rui. Y en París se colgó también la medalla de plata en la prueba de ómnium, compendio de cuatro modalidades: scratch, carrera tempo –similar a la puntuación–, eliminación y puntuación.
Todo un campeón olímpico forma parte de la plantilla del Caja Rural, a la que el corredor luso de 26 años ha dado una alegría en este inicio de temporada. Iuri Leitao recaló en el conjunto navarro en 2022. Era un prometedor ciclista de 23 años cuya rapidez en las llegadas era ya evidente.
Que le pregunten al bergararra Mikel Aristi. La temporada anterior, en 2021, se encontraron en dos sprints de la Vuelta al Alentejo. El resultado fue idéntico en ambos casos: primero Iuri Leitao y segundo Mikel Aristi. Aquellas llegadas no pasaron desapercibidas. Corría en el Tavfer luso.
Dio temprano sus primeras pedaladas en la carretera, a los seis años y de la mano de un amigo de su padre. «Crecí con el deporte en mi vida y cada vez me enamoré más de él. Siempre he vivido el ciclismo con gran pasión. Es lo que quise ser y parece que fue una apuesta ganadora. Tuve suerte de poder hacer de esto mi profesión y mi vida».
El salto a los velódromos se produjo más tarde, a los 16 años. «Poder ver el ciclismo en pista por televisión y el gran trabajo realizado en el Velódromo Nacional de Sangalhos me atrajeron para probar cuando era un adolescente».
Sus compañeros de la pista le apodan 'cerdito volador'. De hecho, lleva un cerdo rosa impreso en su camiseta de la selección portuguesa. «Entrenarme en pista y en carretera es sencillo, lo más complicado es planificar bien el calendario de carreras», apunta Leitao. «El fondo de la carretera me ayuda en la pista, y la chispa del velódromo me ayuda en la carretera».
La combinación parece mágica en su caso. Antes del oro y de la plata olímpicos, fue campeón del mundo de ómnium en 2023, en Glasgow, por delante de Benjamin Thomas. El francés le devolvió la moneda en los Juegos de París, donde intercambiaron posiciones.
En la mádison de París compartió podio con la pareja italiana Viviani-Consonni, plata, y con la danesa Larsen-Morkov, bronce. La talla de los rivales, contrastados la mayoría de ellos en el World Tour de carretera, confirma el valor de este corredor.
Iúri Leitão es el primer deportista portugués en ganar dos medallas en una misma edición de los Juegos Olímpicos. «Dice y hace lo que piensa en el momento, sin pensar demasiado», relata Joao Matias, otro pistard luso. «Solo necesita un pequeño estímulo».
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