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Niños vestidos de rosa estiran sus manos en busca de un saludo de Nairo Quintana.
Quintana solo habla con la historia
ciclismo

Quintana solo habla con la historia

El colombiano, que no respondió a Nibali en el Etna, centra todas las miradas por su intento de doblete Giro-Tour

IÑAKI IZQUIERDO

Jueves, 11 de mayo 2017, 07:04

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Nairo Quintana habla poco. Con Vincenzo Nibali, nada. Pero el líder del Movistar hace correr ríos de tinta. Ayer, en la salida de Pedara, todo el mundo preguntaba lo mismo: ¿Por qué no atacó el colombiano en el Etna? ¿Va mal? ¿Se está reservando para la semana final? ¿Por qué se quedó quieto hasta cuando saltó Nibali? El colombiano, con su estilo directo, resumió la situación con sencillez: «Me falta ritmo de competición. No me moví en la arrancada de Nibali porque contaba con Andrei Amador en el grupo y él se encargó de cerrar el hueco».

Quintana es el gran foco de atención por su intento de doblete Giro-Tour, hazaña que nadie consigue desde Marco Pantani en 1998. El reto hace grande al ciclismo. Le pone ante el espejo de las mayores cotas de su historia y puede elevar a la categoría de leyenda al colombiano porque ese doblete solo lo han conseguido siete hombres: Coppi (2), Anquetil, Merckx (3), Hinault (2), Roche, Indurain (2) y Pantani.

Esta intentona, se salde con éxito, con triunfo parcial o con fracaso absoluto, hace más por este deporte que una nueva demostración científica de cómo se gana el Tour, siendo esto último también un gran avance para el ciclismo. Por eso mismo, porque Quintana no habla de vatios (aunque los mide hasta el último decimal, como todos) sino de entrar en la historia, cada movimiento o cada pausa suya en este Giro se disecciona con bisturí.

Tres factores de peso

A la hora de afrontar un reto de estas dimensiones, hay al menos tres factores de peso: la dureza de los recorridos, la entidad de los rivales y el estado físico del protagonista.

En los dos primeros capítulos, no se puede achacar a Quintana que haya escogido el camino fácil. De un tiempo a esta parte, el Giro es durísimo y pensar en ganar la corsa rosa guardando fuerzas es complicado. En cuanto a los rivales, en el pelotón internacional hay tres hombres para ganar vueltas de tres semanas: Froome, Nibali y él. Se da la circunstancia de que justo este año uno de ellos, el italiano, renuncia al Tour y se centra en el Giro. Es decir, Quintana no se va a beneficiar de una supuesta menor competencia en Italia antes de enfrentarse al, en apariencia, imbatible Froome en Francia. Nada de eso, debe lidiar con Nibali, ganador de Giro, Tour y Vuelta.

Queda su estado físico, y he ahí una de las explicaciones de haber elegido este año para intentar el doblete. Quintana explicó que quería buscarlo en plenitud y no al final de su carrera, como hicieron otros (en referencia a Contador, que en 2015 tenía 32 años cuando tras ganar el Giro solo pudo ser quinto en el Tour). Tiene 27 años, una edad ideal, y su carrera ha sido ascendente hasta ahora. Es el Quintana más fuerte.

Un repaso a la historia revela que puede ser el momento. Solo Merckx lo logró más joven, con 25 años. Y únicamente Coppi lo hizo mucho mayor, con 32. Todos los demás, Anquetil, Hinault, Roche, Indurain y Pantani, lo hicieron entre los 27 y los 30.

Quintana ha llegado al Giro casi directamente desde Colombia, donde ha estado más de un mes entrenando. Esas estancias ponen nervioso a Nibali. Quintana le responde que Colombia es un país como los demás y tiene a los comisarios de la UCI en casa cada dos por tres. No ha corrido mucho y medirá sus esfuerzos. No falta quien piensa que se jugará el Giro a una carta con un gran ataque en las Dolomitas. Desde el final del Giro al inicio del Tour hay 33 días.

Victoria de Gaviria

La etapa de ayer no tuvo más historia que el sprint en la via Garibaldi de Messina, ciudad natal de Vincenzo Nibali. Era un circuito, y en la primera pasada el esloveno Luka Pibernik (Bahrain), de 23 años, se equivocó y levantó los brazos. En el sprint de verdad, el colombiano Gaviria se anotó su segunda victoria haciendo bueno el soberbio trabajo de colocación de su equipo, el Quick Step, que mantiene de rosa a Bob Jungels.

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