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Joseba Lezeta
San Sebastián
Jueves, 6 de marzo 2025
El anuncio de la suspensión de la próxima edición de la Clásica de Ordizia debido a razones económicas ha provocado una reacción inmediata. Cuando todavía no se habían cumplido dos horas desde la comunicación oficial, Ketxus Sanz, integrante del comité organizador de la sociedad Chapel Gorri, recibió la llamada telefónica de una persona en nombre de una empresa privada con un mensaje claro: «No vamos a dejar caer la carrera».
Ketxus Sanz señala que «si habíamos anunciado la suspensión es porque habíamos agotado todas las vías a nuestro alcance. No veíamos la manera de hacer frente al presupuesto de la prueba y no podíamos ni debíamos entrar en una dinámica de acumular pérdidas un año tras otro. Estábamos obligados a tomar una decisión drástica. Esa llamada y el compromiso adquirido por esa persona y una empresa cuyo nombre no podemos desvelar de momento cambian todo. Ya no podemos decir que nos falta ese dinero. Haremos la prueba el 25 de julio».
Se da la circunstancia de que los organizadores de la centenaria Prueba Villafranca ya habían mantenido conversaciones anteriormente con representantes de esa misma firma sin que llegaran a buen puerto. «También hemos recibido llamadas de instituciones estas últimas horas», añade Sanz.
El riesgo de desaparición de la Clásica de Ordizia suponía la pérdida de una prueba emblemática no solo en el calendario guipuzcono y vasco, también en el internacional. Es como echar al traste cien años de historia. Y desde el ámbito privado ha surgido una iniciativa que garantiza la continuidad de esta cita anual para los corredores y los aficionados al ciclismo.
La determinación de las personas del Chapel Gorri era tal que el mismo miércoles comunicaron la anulación oficial a la Federación Española de Ciclismo, a los equipos y a los hoteles donde tenían previsto alojar a los corredores. Tras el compromiso adquirido por la nueva empresa patrocinadora, han vuelto a ponerse en contacto tanto con la Federación como con los responsables de las escuadras y de los alojamientos para decirles que la decisión inicial queda en suspenso. De momento vuelven a conservar las fechas y las reservas.
La inyección económica prometida garantiza no solo la disputa de la edición 102 de la Clásica de Ordizia el 25 de julio. El grupo organizador de Chapel Gorri también tira adelante con la prueba para cadetes que se disputa el sábado anterior a la festividad de Santa Ana, en este caso el 19 de julio, y la etapa de la Vuelta a Gipuzkoa para féminas. «Haremos las tres», zanja Ketxus Sanz.
El presupuesto total asciende a 168.000 euros, de los que 160.000 corresponden a la Prueba Villafranca, cuyos gastos se han incrementado «un 40% en los cinco últimos años», según apuntan desde la organización. La calidad de la participación, con la presencia de varios equipos de la máxima categoría del ciclismo, supone una mayor cuota. El año pasado acudieron seis conjuntos World Tour, cuyo número se verá reducido a cinco en 2025.
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