La clasificación llegó en el hotel

Aunque las sensaciones acabaron siendo malas, lo que queda es que el equipo irundarra estará de nuevo en el cuadro final de la segunda competición continental. Su rival será el Sporting de Lisboa portugués o el RKNexe croata, contra los que ha jugado recientemente.

Pero eso no será hasta la segunda mitad de marzo y todavía queda un partido de la liguilla, el próximo martes en Artaleku, y contar el de este martes, en el que por segunda salida consecutiva los irundarras perdieron contra el colista del grupo.

Los dos equipos empezaron con la puntería desviada, pero el amarillo corrigió y además con nota, aportando varios goles desde nueve metros, que no es su fuerte. Del 8-6 se pasó al 8-10, incluyendo dos de los cuatro penalties que marcó Cavero, en el primer tiempo, sin fallo.

De nuevo los ucranianos se pusieron por delante en el marcador, 12-10, pero nunca tuvieron mayor ventaja que esos dos goles. El equipo amarillo, pese a un pequeño bache ofensivo, se mostraba fluido en ataque. Por contra, en el minuto 18 Cuétara dio entrada a Skrzyniarz por Harbaoui, que solo había parado un balón.

En los minutos previos al descanso, RodrigoSalinas se remangó y marcó tres de los últimos cuatro goles para el Bidasoa, incluyendo uno casi sobre la bocina que dejó el marcador en empate a 16 en el descanso.

En la reanudación, un 0-2 de salida dio minutos de ir por delante a los de Cuétara, con dos goles hasta el 19-21. Pero otro lapso sin encontrar portería sirvió al Zaporozhye para recuperar el mando en el marcador con el 22-21. A los siete empates del primer tiempo había que sumar siete más en el segundo, en todos los cartones desde el 21 hasta el 27.

El noveno gol de Iñaki Cavero había puesto la igualada a 26 y Dariel García marcó el 26-27 a diez minutos para el final. El Bidasoa Irun tenía el partido donde quería y él mismo se lo complicó. Los tres siguientes ataques fueron balones perdidos, en el cuarto una buena situación de VíctorRodríguez se fue al poste y mientras tanto el lateral ucraniano Turchenko lo metía todo. Seis de sus trece goles entre el minuto 46 y el 56. Aquel 26-27 que invitaba al optimismo cambió por un 31-27 imposible de remontar por mucho que se apretara a un 32-31, ya sin tiempo.