Bidasoa Irun (42) - Cisne Pontevedra (31)

Puntos sin brillo, pero puntos para el Bidasoa

En cambio el Cisne es el peor desde que se reanudó la competición, con cuatro puntos de dieciocho posibles. Curioso que el equipo que le endosó un 43-32 al Ademar, que le ha ganado dos veces al Cuenca (tercero) y que ayer estaba vivo en el minuto 45 no sea capaz de sacar más puntos. Se está quedando sin tiempo, aunque confía en finales como la de la próxima semana, ante el Cangas de Morrazo. Si juega como ayer, tendrá opciones de ganar, aunque ya va muy justo en la clasificación, donde además esta temporada el tercero por la cola promociona por la permanencia. A más que eso no puede aspirar.

Sin el lesionado Jon Azkue y recuperando a Mihajlo Mitic, el Bidasoa Irun estrenó el marcador pero pronto estaba por detrás en el mismo (2-3, 3-4). Ya desde los primeros instantes se notaba cierta pesadez en el juego, poca soltura. Con tres contraataques (de Matheus da Silva y dos de Mikel Zabala) los irundarras se pusieron 6-4, lo que supuso su máxima ventaja en todo el primer tiempo.

Dos goles seguidos de Gorka Nieto mantenían esa diferencia en el 11-9 y no había manera de romper el partido, porque el Cisne encontraba a su pivote Dedu Calin, de 207 centímetros, o acertaba el lateral izquierdo Furtado, con tres dianas casi seguidas en esa fase del partido, en la que el marcador volvió a sonreir al equipo visitante.

Lo preocupante no era tanto ir por detrás, nunca por más de un gol, sino sobre todo los diecinueve goles encajados en la primera media hora. Y ante el tercer peor ataque de la liga (28,8 de media hasta ayer).

Como tantas otras veces, sobre la defensa se consolidó el triunfo bidasotarra. De diecinueve goles encajados hasta el descanso a doce en la reanudación. Defensa y contraataque. Porque de esta manera llegaron nueve de los 23 goles amarillos del segundo tiempo, quince en todo el partido.

Uno de Rodrigo Salinas redondeó el parcial de 4-0 en poco más de dos minutos que significó una nueva renta máxima, los tres goles del 23-20. Llegó el tiempo muerto visitante y la reacción, que de nuevo equilibró el marcador, aunque ya siempre a favor de los de casa.

Después de que Cavalcanti en el minuto 44 marcara el 28-26 llegó el despegue definitivo, con un parcial de 7-2 en el que cinco de los goles fueron de contraataque, la mayoría tras recuperaciones defensivas. En cinco minutos y con goles de seis firmas distintas (solo repitió Gorka Nieto), el Bidasoa Irun había roto el partido, 35-28 con diez minutos por jugarse.

Con la victoria encarrilada, el marcador amarillo se fue hasta el cartón 42, obra de Julen Aginagalde con una bonita vaselina desde su posición de pivote.

Resulta curioso que el récord de goles del club haya durado más de veinticinco años (40-20 contra el Teucro en la temporada 1996-1997) y que se haya roto dos veces en una semana, primero con los 41 tantos marcados al Logroño y ayer con uno más contra el Cisne. Todos los jugadores de campo inscribieron su nombre en la lista de goleadores, encabezada por Gorka Nieto, once, que así celebró el hecho de llevar por primera vez el brazalete de capitán.

El próximo viernes el Bidasoa Irun visitará al Sinfín santanderino, otro de los mejores equipos de esta segunda vuelta.