La mejor generación de velocistas guipuzcoanos
En solo una semana se han batido las plusmarcas territoriales de 100, 200 y 400 metros, distancias en las que no hubo relevo en el ránking en décadas
M. Oiartzun
Lunes, 2 de junio 2025, 02:00
En 1988 Valentín Rocandio corrió los 100 metros en 10.45 en Vitoria. Tres años antes, en Seúl, Juanjo Prado había completado los 200 metros en 21.03. Y el propio Prado, también en 1985, marcó 46.55 en la vuelta al anillo en los 400 metros. Durante más de tres décadas estos tiempos fueron los más rápidos realizados por velocistas guipuzcoanos en las pruebas olímpicas. Mucho tiempo, demasiado. Pero la historia ha cambiado rápidamente.
El atletismo guipuzcoano cuenta en la actualidad con la mejor generación de esprínters. En 2022, el irurarra Joseba Larrauri (21.01) mejoró el viejo récord de Gipuzkoa de 200 de Prado. Un año después, el bergararra Andoni Calbano lo dejó en 20.78. Y hace tan solo ocho días, el oiartzuarra Ander Garaiar lo mejoró, situándolo en 20.74.
En el 100, parecida historia. En 2023 el lezoarra Asier Fernández (10.38) y el propio Calbano (10.42) mejoraron los 10.45 de Rocandio. Y el sábado llegó el misil Garaiar para rebajar la plusmarca hasta 10.29 en Donostia. Mayo fue sobresaliente para la velocidad guipuzcoana, con Adrián Rocandio (46.46), hijo pequeño de Valentín, batiendo en Soria al fin los 46.55 de Prado en 400.
Es la mejor generación de velocistas que ha habido en el territorio. Y hay más nombres dispuestos a dar batalla. Ayer, en la segunda jornada del Campeonato de Gipuzkoa absoluto, que fue mucho más pobre que la primera, el 200 masculino fue la disciplina con más nivel medio. Se impuso el hondarribiarra Javier Mariscal (2158), otro de los buenos al que las lesiones no le han ayudado, por delante del errenteriarra Ibai Serrano (21.74) y de Xabier Picabea (21.97). El sábado el que también brilló fue Oihan Trecet con 10.46 en 100.
De la jornada de ayer en el Miniestadio de Anoeta, destacables fueron también los 12,84 metros que saltó Naroa Furundarena en el triple salto logrando el doblete longitud-triple, los 1:53.79 de Ander Anglada en los 800 metros, los 1:01.51 de Alaine Aguerralde en los 400 metros vallas y los 40,31 de María Felisa Okomo en el disco, con doblete en el peso y disco.
Vicente, cerca del récord
En su regreso a las pruebas combinadas, María Vicente se quedó cerca de batir su propio récord de España de heptatlón. No pudo ser en Götzis (Austria). A la pupila de Ramón Cid en Donostia, que completó una gran primera jornada el sábado, se le escapó en la jabalina y en el 800 final.
1.018 días llevaba Vicente sin competir en un heptatlón y, una rotura del tendón de Aquiles de por medio, no impidieron que lograra 6.288 puntos en el templo de las combinadas, muy cerquita de los 6.304 puntos que tiene desde 2021. Las marcas de la polivalente atleta olímpica en Götzis, donde acabó novena, fueron las siguientes: 13.44 en los 100 metros vallas, 1,77 metros en altura, 13,60 metros en peso, 23.98 en el 200, 6,41 metros en la longitud, 41,28 metros en la jabalina y 2:17.18 en el 800.
Segurola, a la final de la NCAA
Por último, Martín Segurola logró clasificarse para las finales de la NCAA que en un par de semanas se disputarán en Eugene. El mediofondista donostiarra corrió los 1.500 metros en Jacksonville (Florida) en 3:44.96, lo que le valió para acabar entre los cinco primeros de la conferencia Este de la liga universitaria de Estados Unidos, logrando el billete para la final.
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