El sueño etíope de la Behobia

«Es la tercera vez que estoy en San Sebastián», cuenta Berhane, «me gusta mucho ver el mar, la ciudad, la playa, la sociedad que tanto se vive... y el Aquarium, es espectacular». Sin embargo, para sus atletas es la primera vez que están en la capital guipuzcoana y también la primera ocasión en la que han visto el mar. «Donostia es muy bonita y San Juan también», relata Grmay, que es donde llevan alojados desde el 9 de octubre en casa de Pilar Mirones, una voluntaria de Etiopía Utopía que se ha convertido «en nuestra 'mami'. Por las mañanas nos toca la puerta del cuarto y nos llama para el desayuno. Prácticamente no nos entendemos, nos comunicamos a través de gestos, pero es muy amable y cuida todos los detalles», continúa Gidey.

Los cuatro han estado participando en las principales pruebas que se han disputado en la zona últimamente y Gebriala Baraki llega a la cita de la Behobia con tres victorias y en el abanico de favoritas. Venció en el Cross Tres Playas, Donostia 15k Klasikoa y la Donibane Lohizune-Hondarribi. En esta última, solo ella y Mengesha Grmay decidieron participar. Atsede Gidey ha sido segunda y tercera en las dos que ha competido. En cuanto a los hombres, Grmay fue noveno en el Tres Playas; undécimo en el 15k Klasikoa y sexto en Hondarribia, mientras que su compañero Amare fue séptimo y décimo quinto respectivamente.

El entrenador Berhane cree que, respecto al domingo, el recorrido no viene del todo bien a sus corredores por lo sinuoso y los altibajos que tiene en la orografía. Además, «he visto que no va a hacer muy buen tiempo, con lluvia y viento, y eso nos perjudica porque si no yo creo que tienen potencial para ganar, tanto en la carrera masculina como en la femenina».

Los cinco etíopes provienen de Wukro, una localidad que se encuentra al norte del país y que tiene unos 50.000 habitantes. La ONG Etiopía Utopía trabaja en la región de allí para mejorar la calidad humana, económica y social de las comunidades más desfavorecidas de la región de Tigray, y uno de los proyectos es dotar de material deportivo y alimenticio para que los corredores de allí puedan entrenar y después poder ir a clase o a trabajar en condiciones. «El aire acondicionado de Wukro es el sol y hay buenos mercados allí, como el Super Amara de aquí», bromea Berhane a la hora de ser preguntado por cómo es su localidad. «La comida de allí es picante y la cocinamos con fuego y madera. Aquí hay gimnasios y el 'gimnasio' de Wukro está compuesto por varios objetos de cemento con los que trabajamos».

La escuela es el lugar donde todos empezaron a correr y los cuatro comenzaron a competir a los 14-16 años. El sueño y el objetivo de Gidey, Baraki, Grmay y Amare es ser atletas internacionales y representar a su país en las carreras que corran a nivel mundial. «Quiero ser atleta profesional, que correr sea un trabajo y verme en la televisión como un corredor más», transmite Grmay. Los tres asienten tras escuchar las palabras de su compañero. Gidey ha estudiado enfermería, pero su sueño es también el de ser atleta profesional, estar alguna vez en unos Juegos Olímpicos y «estar con la bandera de mi país en el podium».

Tirhas Gebre, ganadora de la Behobia-San Sebastián en 2011, también llegó a Donostia y participó en la carrera gracias al trabajo de Etiopía Utopía y actualmente reside en Madrid y es pentacampeona de España de cross. También uno de los grandes referentes del atletismo en Etiopía Haile Gebrselassie, estará mañana en la feria de la carrera en FICOBA y el quinteto etíope espera poder saludarle. Quizás en unos años veamos a uno de estos cuatro corredores triunfar mundialmente, y mucho de ese mérito será de Etiopía Utopía, al que Berhane Fanta se puso de pie para agradecer todo lo que están haciendo por su comunidad en un discurso que tenía escrito preparado: «El trabajo que están haciendo es incontable, enorme. Nos ha dado material deportivo, desde zapatillas hasta pantalones, camisetas, chaquetas y sujetadores deportivos. Silbatos, conos y el desayuno, pan y una banana, para que los atletas puedan alimentarse después de los entrenamientos. También material médico para utilizarlo en los hospitales».

Añade que «para poder estar aquí en Pasaia nos han dado un medio de transporte, el visado, alojamiento... Todo estaba preparado para cuando llegáramos aquí. Gracias y eskerrik asko» concluyó el veterano del grupo. El miércoles pondrán rumbo a Madrid después de más de un mes en tierras guipuzcoanas. Volverán a Wukro para continuar luchando para sacar la vida y sus sueños adelante con una mochila a la espalda a rebosar y que cuando llegó a San Sebastián estaba media vacía.