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Correr es bueno, sí, pero hay que hacerlo con cabeza. Parece obvio, pero no siempre lo es. Y no hacerlo puede ser peligroso. La Behobia-San Sebastián, la popular que más participantes reúne de entre todas las que anualmente se disputan en Euskadi, lleva años buscando concienciar a los participantes sobre la importancia de afrontar la carrera sin hacer locuras. Además de ofrecer consejos a los inscritos, el CD Fortuna, en colaboración con el Instituto de Investigación Sanitaria Biogipuzkoa, puso en marcha durante la última edición disputada hasta la fecha un estudio observacional que buscaba «analizar la relación existente entre el tiempo de carrera con una frecuencia cardíaca por encima del umbral anaeróbico y la incidencia de episodios que necesitan atención sanitaria».
775 de los más de 27.000 inscritos en la Behobia (2,8%) participaron, equipados con dispositivos inteligentes (relojes-pulsómetros) activamente en este estudio piloto que busca «analizar la posible asociación entre correr por encima del umbral anaeróbico y recibir asistencia sanitaria en la Behobia 2024» y que fue llamado 'TaupadekINN'. La semana pasada fue cuando los participantes en el mismo recibieron un informe con las conclusiones y con información personalizada en base a los datos aportados.
Hay que tener en cuenta que en la última edición de la Behobia-San Sebastián disputada hasta la fecha, la del 10 de noviembre de 2024, se registró una temperatura media de 14,5 grados y un 82% de humedad, «unas condiciones meteorológicas muy favorables para los corredores» que hicieron «que hubiera un bajo porcentaje de personas asistidas: un 0,6% del total de corredores y un 0,5% de los 775 participantes en el estudio TaupadekINN». Atendieron a cinco. Sin duda, esto podría haber sido muy diferente si los atletas se hubieran enfrentado a condiciones más adversas.
La principal conclusión que se pueden extraer es que el 75% de los participantes corrieron más de la mitad del recorrido de veinte kilómetros por encima de su umbral anaeróbico (a excepción de las mujeres de dorsal rojo y naranja).
Pero ¿qué es el umbral anaérobico? Es el punto a partir del cual el cuerpo deja de poder obtener suficiente energía usando oxígeno (aeróbicamente) y empieza a producir energía mayormente sin oxígeno (anaeróbicamente). Esto ocurre cuando la intensidad del ejercicio es tan alta que los músculos generan ácido láctico más rápido de lo que el cuerpo puede eliminarlo. Si se pasa ese límite, y explicado esto de una forma no científica, el cuerpo ya no puede usar solo oxígeno y empieza a acumular ácido láctico, que es lo que hace sentir ardor en los músculos, fatiga rápida y necesidad de parar.
La edad media de los 775 participantes (763 completaron la prueba) en el estudio fue de 40,6 años, con 70,2 kilos de peso y 1,74 metros de altura, siendo 529 hombres y 246 mujeres. Colaboraron atletas que tomaron la salida en diferentes cajones, siendo mayoría los que portaban un dorsal blanco (35,5%) y azul (25,8%), a priori con marcas por encima de 1h55 minutos y 1h33 minutos, respectivamente.
Únicamente cinco de los corredores que participaron en el estudio recibieron asistencia sanitaria: tres de ellos por mareos-vértigos y dos, en cambio, por problemas relacionados con el calor. 176 precisaron asistencia del total de corredores clasificados. «La mayoría de las asistencias se prestaron en los últimos kilómetros del recorrido: 146 asistencias en meta, 12 en Kursaal y 18 en Ategorrieta, que constituyen el 96% de todas las asistencias». El número de asistencias, sin duda, podría haber sido mayor si las condiciones meteorológicas hubieran sido diferentes.
Se detectó una asociación significativa entre recibir asistencia médica y la distancia recorrida por encima del umbral anaeróbico (media: 18.1 km contra 14.5 km). «No se han encontrado diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos, salvo en la variable 'Distancia sobre el umbral anaeróbico'».
El propio informe recibido por los corredores deja claro que este estudio piloto tiene «limitaciones. El número de eventos (asistencias médicas) es relativamente pequeño, lo que impide realizar inferencias; la variabilidad en los dispositivos utilizados para medir la frecuencia cardiaca puede afectar la precisión y consistencia de los datos, limitando la capacidad de extrapolar los resultados a una población más amplia; y el uso de una fórmula teórica para determinar la frecuencia cardiaca en el umbral anaeróbico puede subestimar o sobrestimar el umbral anaeróbico real. Una medición del umbral anaeróbico mediante una prueba de esfuerzo válida podría ofrecer resultados más precisos».
El estudio sienta las bases para futuras investigaciones y «para mejorar los procedimientos en ediciones futuras de la carrera».
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Iñigo Puerta | San Sebastián
J. Gómez Peña y Gonzalo de las Heras (gráfico)
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