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Ramon Agirre, en vísperas de recibir el Premio Zinemira por una carrera de 35 años. MICHELENA
Ramon Agirre, premio Zinemira del Zinemaldia: «Es mucho más difícil hacer un secundario que un protagonista»

Ramon Agirre, actor: «Es mucho más difícil hacer un secundario que un protagonista»

66 Festival de Cine de San Sebastián ·

Ramon Agirre recogerá hoy el Premio Zinemira en la Gala del Cine Vasco del Festival de Cine de San Sebastián

JUAN G. ANDRÉS

Martes, 25 de septiembre 2018, 09:01

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Iba para arquitecto pero prefirió construir personajes en lugar de proyectar edificios. Ramon Agirre (Donostia, 1954) recogerá hoy el Premio Zinemira en la Gala del Cine Vasco, donde recibirá el reconocimiento de sus colegas por 35 años de trayectoria. En este tiempo, ha dado vida a infinidad de personajes y ha trabajado con todos los cineastas vascos y con directores como Pedro Almodóvar, Emilio Martínez Lázaro , Manuel Gutiérrez Aragón o Michael Haneke.

-¿Qué tipo de películas veía de niño? ¿Le gustaba ir al cine?

-Supongo que me gustaba ir al cine como a todos los críos. Veía películas de Disney y cosas así. La que más veces he visto es 'Mary Poppins' (1964). Cada cierto tiempo la reviso, tengo en casa del DVD con los extras, mi hija ahora también es adicta... Diría que es la película de mi vida y cada vez que vuelvo a verla me gusta más.

-¿Y tenía algún actor favorito?

-Pues por seguir con 'Mary Poppins', Dick Van Dyke, pero no he sido ni soy mitómano. Me gustan muchos y no podría destacar a unos sobre otros. Hay muchos actores buenos.

-¿Cuándo le picó el gusanillo de la interpretación?

-Desde pequeño he tenido veleidades artísticas. Me gustaba cantar y tocar la guitarra, pero recuerdo ir al teatro con mi madre a los 13 o 14 años. Mi padre no era muy aficionado, asi que en verano mi madre me llevaba de noche a ver las comedias que traían a Donostia Pedro Osinaga y compañías de ese estilo. Somos siete hermanos pero solía ir yo con ella porque era el que más afición mostraba. Fue entonces cuando me picó el gusanillo.

-Y no terminó Arquitectura...

-No, pero me faltó muy poquito. Empecé la carrera en Valladolid, seguí en Donostia y luego me fui a París un tiempo. Durante años pensé que cuando se me pasaran las ganas de actuar terminaría los estudios, pero al final no los retomé.

-Usted pertenece a la inolvidable generación que estudió arte dramático en la escuela de Antzerti. ¿Qué recuerda de entonces?

-Yo tendría más de 20 años pero aún no sabía si esa iba a ser mi profesión. Poco a poco me fui enganchando, recuerdo aquellos tiempos con mucha ilusión y siento que el Premio Zinemira me lo dan como representante de esa generación: podría ser para cualquier de aquellos pioneros de la actuación profesional.

-Sus primeros pasos como intérprete fueron en el teatro...

-Claro, cuando comenzamos ETB aún no existía y el cine ni se nos pasaba por la cabeza. Hacíamos teatro y pensábamos que íbamos a cambiar el mundo: conservábamos el romanticismo de quienes empiezan.

-...pero el premio se lo dan por su aportación al cine, donde desde 1983 ha hecho más de 50 personajes de todo tipo...

-Al principio eran papeles más pequeñitos y últimamente tienen algo más de peso.

«Aún se hacen pocas películas en euskera, así que debemos aprovechar la racha»

«Yo no me puedo quejar pero no es fácil tener un sueldo para vivir dignamente»

«Con el Premio Zinemira no sé si me tengo que retirar a casa y dejar sitio a otros» (Risas)

-¿Le da importancia al 'tamaño' de los personajes?

-Bueno, por mis características físicas, es lógico que yo esté destinado a interpretar papeles secundarios, porque los protagonistas normalmente los hacen los rubios guapos, altos y de ojos azules. (Risas) Pero últimamente he hecho algún protagonista y bastantes secundarios de cierto peso, que son muy bonitos. En general, considero que es mucho más difícil hacer un personaje secundario que un protagonista, porque estos últimos están mucho más mimados: el ingenio del guionista suele volcarse en ellos y tienen los diálogos y situaciones más brillantes. Como a veces los secundarios suelen estar más descuidados, el actor debe buscar recursos y proponer cosas para redondear sus personajes. Las mejores películas son las que tienen un papel pequeñito al que logras sacar el máximo partido. Y el personaje de dos frases es lo más difícil que hay en el cine: no es nada sencillo clavarlo.

-Uno de sus rasgos más llamativos es que resulta usted tan creíble en la comedia como en el drama...

-Gracias por el elogio... Yo intento ser creíble, y primero trato de creerme yo al personaje para hacerlo más verosímil. Ahora tengo la suerte de hacer personajes muy diferentes en registros y géneros muy diversos, y eso está muy bien: si te ofrecen siempre lo que se supone que haces mejor, resulta aburrido. En unos papeles acierto más y en otros menos, pero ahí andamos.

-Su rostro es uno de los más presentes en las películas del reciente florecimiento del cine en euskera. ¿Cómo ve dicho fenómeno?

-Todavía se hacen pocas películas al año: dos largometrajes de ficción y algunos documentales. Estamos mejor que hace un tiempo, eso es cierto, pero la cifra es muy pequeña, y de la cantidad suele salir la calidad... También es verdad que con lo poquito que se hace, trabajos como 'Loreak', 'Handia' o 'Errementari' muestran que hay talento, así que debemos aprovechar la racha. El cine es un sector estratégico, es un escaparate importante que da de comer a mucha gente y el Gobierno Vasco debería apostar aún más por él para mantener el nivel, porque si haces dos películas fallidas, igual no vuelves a tener otra oportunidad.

-Este año participa en cuatro películas de Zinemira: 'Oreina', 'Black is beltza', 'Errementari' y 'Asesinato en la universidad'...

-Como tantos otros de mi quinta, llevo muchos años trabajando sólo en esto. Hemos tenido unas temporadas mejores y otras peores pero hemos aguantado. Yo no me puedo quejar porque, además, llevo una buena racha, pero no es fácil tener un sueldo para vivir dignamente. A mi alrededor hay actores tan buenos o mejores que yo y no tienen suficiente trabajo.

-¿Ha ganado más premios antes? ¿Qué siente al ver reconocida toda su carrera?

-Los premios se los llevan los protagonistas y yo no he hecho muchos. He ganado alguno por trabajos en cortos pero se cuentan con los dedos de una mano. Lo que sí puedo decir es que las películas en las que he participado han obtenido muchísimos galardones. Con el Premio Zinemira me entra la duda de si me tengo que retirar y quedarme en casa para dejar sitio a otros... (Risas) Ahora en serio, es una alegría muy grande y sólo puedo agradecérselo a quienes han pensado que lo merezco.

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