Lady Gaga, a cara lavada

No es de esas películas que hacen grandes aportaciones pero sí de las que te atrapan, esta cuarta ocasión inspirada en el guion sobre las estrellas en ascenso y en descenso de William A. Wellman y Robert Carson (y segunda con una mujer de emblemática nariz, Lady Gaga tras Barbra Streisand).

Tiene este nuevo 'A Star is Born' un arranque vigoroso, con esa presentación de la alcoholizada estrella del rock Jackson Maine (Bradley Cooper), su descubrimiento en un bar de drag-queens de Ally (Lady Gaga), una camarera que canta 'La vie en rose' y compone sus primeras canciones, su noche de complicidad, la invitación al concierto y ese momento que pone los pelos de punta cuando él arrastra al escenario a ella, que canta con vértigo su canción, esa en la que dice: «Me estoy desmoronando». Y sentimos con emoción que sí, que ha nacido una estrella.

Luego la película se desinflará un tanto, se alargará en la dinámica de las adicciones de él y el éxito de ella, hasta recuperarnos en la canción final. Y nos enganchará todo el rato gracias a ellos, a una Lady Gaga a cara lavada, con su mezcla de carnalidad normal y carisma estelar, magnética y magnífica en su estreno cinematográfico. Y gracias a Bradley Cooper, que borda el registro de artista vulnerable y atormentado.

La química entre ambos eleva el filme, que tiene en el hermano encarnado por Sam Elliot otro punto de interés. Las canciones son demasiado para todos los públicos, como quizás la propia película, pero sus entonados actores y su drama fatalista hacen que el conjunto funcione. Se estrenará en salas el próximo viernes.