Vértigo
jesús ferro
Sábado, 26 de junio 2021, 12:14
Oigo decir a Morante: «Me voy a apuntar a matar una corrida de seis toros de Prieto de la Cal. Estoy harto de los toros ... fáciles». Por el contrario, escucho a Emilio Muñoz en la televisión haciéndose eco de la preocupación de los toreros, al hacerse habitual la lidia de los toros con cinco años adelantados. Las plazas que marcan el devenir del espectáculo no se abren; o en su caso, lo hacen tímidamente como en Las Ventas, o en Sevilla. Otros empresarios sin embargo, muerden el polvo y aprovechan para subir desde el sur hasta El Sardinero.
¿Dónde estamos? En la ceremonia de la confusión.¿Qué Ministerio de Cultura nos va a escuchar? Da vértigo. Hace unos días desde un debate en televisión sobre la situación de los toros, se llegó en mi opinión al fondo del asunto. Con las crisis de los últimos años, y el remate de la pandemia, todos los sectores económicos han sufrido una reconversión. Esto obliga a definir una estrategia, para llegar a un modelo de gestión. La fiesta carece de un órgano estructurado que supere a empresarios, ganaderos, toreros, banderilleros e incluso a periodistas, para llegar a una oferta definida del espectáculo. Los toros se rigen por las mismas estructuras que hace cien años, e igual que en todos los sectores, los vicios y las rutinas se han ido acumulando a lo largo de los años.
El argumento de que esto lo salva un José Tomás o un Roca Rey, es falso. La generación entre los veinte y hasta los cincuenta años no es que aborrezcan los toros, es que no saben de qué van. Necesitamos un ente integrado que aglutine a todos los estamentos, lo cual supondrá que muchos pelos se tendrán que quedar en la gatera. Y ahí sí que necesitamos algo fundamental: liderazgo. La Fundación del Toro de Lidia ha dado ya unos pasos, pero falta tanto la delegación por parte de los protagonistas como la asunción de la responsabilidad ante la sociedad. Sigan buscando al lider.
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