Así es 'Fleabag', la serie que ha eclipsado los últimos Emmy de 'Juego de tronos'

'Fleabag' narra el día a día de su protagonista, Fleabag. Interpretada por Phoebe Waller-Bridge, es una mujer treintañera en plena crisis existencial. Una protagonista que no duda en explorar su sexualidad y su incorrección política. Fleabag es una mujer segura por fuera, pero con un interior complejo, divertido y espontáneo. Uno de los personajes del año.

'Fleabag' se estrenó originalmente en el ya lejano 2016 en la tercera cadena de la BBC. Aquella comedia que pasó sin pena ni gloria por la cadena pública británica, ha necesitado tres años para producir su segunda temporada. Pero el verdadero impulso de esta personal creación de Waller-Bridge vino cuando Amazon Prime Video la incluyó en su catálogo. Algo similar a lo que ha supuesto para 'La casa de papel' o 'Merlí' su distribución en Netflix.

Apenas 12 episodios completan las dos temporadas que se han hecho de esta pequeña joya del humor británico que ha pasado de serie de minorías a mainstream en cuestión de meses. No nos debería sorprender que el éxito reciente de 'Fleabag' lleve a sus creadores a producir más capítulos en breve.

Parte del éxito de 'Fleabag' está en su protagonista y creadora, Phoebe Waller-Bridge, y el personaje que esta interpreta. Fleabag es una mujer que rompe los esquemas, se sale de las normas. Ha sido calificada como una mujer «perturbada, pervertida y enfadada». La neurosis que arrastra y su adicción al sexo han hecho de ella una mujer no apta para todos los públicos.

En 'Fleabag' vemos cómo las mujeres de mediana edad se enfrentan a sus relaciones sexuales, al compromiso y al amor. La gestión emocional, el aspeto psicológico y los sentimientos a flor de piel marcan la serie. Una serie con una protagonista narcisista, perversa e inteligente, que rompe con todas las ideas preconcebidas sobre este tipo de series.

'Fleabag' se vale del humor negro, que tan bien manejan los británicos, para llevar al extremo al espectador. Su relación con el sexo, el funeral de su madre o cuando se enamora de un cura abren los melones de los diversos dilemas morales que dinamizan la trama.

Y todo ello logrando empatizar con el público. Un personaje tan poco amable con el espectador conecta inmediatamente con el público. Este «saco de mierda» (así se podría traducir al castellano la palabra Fleabag) habla directamente, y sin tapujos, al espectador, rompiendo la cuarta pared, entablando conversación con el espectador.

'Fleabag' comenzó con un monólogo que apenas superaba los 10 minutos. Phoebe Waller-Bridge contaba las aventuras y desventuras de una chica de unos treinta años cuando le propusieron llevar el monólogo mucho más allá. Durante tres semanas escribió el guion de la obra que duraba una hora.

Y 'Fleabag' pasó de los escenarios a la televisión. Primero con una pequeña temporada de seis episodios en el tercer canal de la BBC y luego con una suerte de viralidad inesperada gracias a su segunda temporada. Esa relación entre Fleabag (Phoebe Waller-Bridge) y Hot Priest -sacerdote guapo- (Andrew Scott) se ha convertido en el boca a boca definitivo que necesitaba 'Fleabag' para llegar a los altares de la comedia. Un ascenso que ha conseguido eclipsar los últimos Emmy a los que optaba 'Juego de tronos'.