La excesiva importancia de la suerte en El Conquis: Andrea y Lobo sobreviven, Jone dice adiós a la aventura

El Conquis no perdona. Y el duelo de los gauchos de La Patagonia demostró una vez más que a los concursantes no sólo les vale con presumir de una gran exigencia física y mental. Qué va. También necesitan aliarse con la diosa fortuna, ésa que hace y deshace a su antojo, ajena a los méritos de unos y otros… y que en esta ocasión hizo un guiño muy evidente a Lobo y Andrea Azkune en el duelo de los gauchos de La Patagonia: ambos hicieron los mismos merecimientos que Jone, pero sus caballos fueron más rápidos y acabaron con la concursante Cóndor fuera de la aventura. «El caballo no ha corrido. Cualquiera que tenga ojos, sabe que esto es suerte», se lamentó la vizcaína, cariacontecida. Una cosa es que el azar influya en el reality de aventuras, y otra que sea tan determinante…

El Conquis volvió a sorprender con una prueba de inmunidad que ningún concursante miró con buenos ojos: la del laberinto. Eso sí, entre el barro y el agua del trazado, la organización distribuyó cuatro sacos llenos de comida que se convirtieron en objeto de deseo para todos los concursantes. Sobre todo para Luisito, que se encontró dos por el camino. Sin embargo, el premio gordo se lo llevó Anartz, que hizo gala de un gran sentido de la orientación para atrapar un banderín y hacer camino hasta la ikurriña. «Se van a reír porque con el coche siempre me pierdo con el GPS», se justificó posteriormente, sin acabar de creérselo. Inmunidad para él… y para su compañero Aritz, que fue el elegido por el vizcaíno para disfrutar del campamento rico, la comida, el vino, el fuego… y hasta el relax de un jacuzzi.

Eso sí, antes de disfrutar de los lujos del campamento rico de El Conquis, Anartz tuvo que nominar. Y, tal y como estaba previsto, manchó la cara a Andrea Azkune, que se sumaba en el duelo de eliminación a un Lobo que previamente se había negado a completar la prueba. El tercero en discordia salió de la asamblea, donde el novio de Gigi amenazó con nominar a su amigo Jokin después de acusarle de haber sido un mal compañero. Se retractó. Y tras una tranquila reflexión optó por darle la lanza decisiva a Jone.

Los tres se enfrentaron en un duelo de los gauchos que se presumía muy exigente… aunque no tanto como pensaban. El objetivo era obvio: aguantar lo máximo posible agazapados en un cuero amarrado a un caballo, en plena carrera. Todos lo hicieron a la perfección, y nadie cedió: Lobo ganó la primera carrera, Jone la segunda y Andrea Azkune la tercera. Y llegó un primer desempate del que salió victoriosa la guipuzcoana. El desempate final siguió con la misma tónica, con dos caballos al galope y los concursantes confiando en que sus respectivos animales fueran los más rápidos…

Y en una prueba en la que la diosa fortuna influye tanto, esta vez le tocó a Jone. La vizcaína pudo elegir primero tanto animal como pista, pero se mostró muy contrariada por el resultado. «El caballo no ha corrido. Cualquiera que tenga ojos, sabe que esto es suerte. He elegido la ruta de enmedio porque en todas el caballo de dentro ha ganado, y además hay menos recorrido por dentro. Quería ganar la ikurriña, pero todo no se puede. Yo lo he dado todo. Me voy a casa», se quejó la concursante Cóndor, con deportividad pero impotente por no haber podido hacer más. La suerte volvió a ser juez y parte en El Conquis, una vez más, con un desenlace que recordó al temprano y polémico adiós de Huido. Demasiado.

• Temas
• El Conquistador del fin del mundo