La operación matemática para niños que provocó una rebelión en El Conquis

El Conquis siempre da de qué hablar a sus miles de seguidores. Esta vez debaten sobre la protesta que decidieron llevar a cabo los concursantes de los equipos rojo y verde, quienes se mostraron en desacuerdo por la última decisión tomada por la organización del reality de aventuras de ETB. ¿El origen de la disparidad de pareceres? La última prueba de inmunidad, la de la pirámide de fardos, en la que los integrantes de los tres equipos debían alcanzar dos banderines, subidos a una estructura a construir en forma de pirámide.

Lur Errekondo, presentadora de El Conquistador del fin del mundo, explicó detalladamente a los tres capitanes en qué consistía esta -aparentemente- sencilla prueba de inmunidad. «El objetivo es coger los dos banderines que están en lo alto del poste. Para eso, tenéis que construir una pirámide con fardos. Vais a tener 37 fardos cada equipo, así que tenéis que construirla con una base amplia. Tiene que ser una pirámide perfecta, como los egipcios», remarcó, incidiendo en que había que hacer uso de todos los fardos. En la misma línea se expresó Patxi Alonso, que hizo hincapié en la forma que tenía que adoptar la construcción. «Atentos, los fardos se pueden romper. Son de paja, y si el fardo se rompe… Tiene que ser una pirámide, no un churro de esos», subrayó.

Con las indicaciones bien claras, los capitanes de los tres equipos comunicaron a sus compañeros el objetivo del desafío, y comenzaron a planear la estrategia a seguir. Algunos barajaron la opción de realizar una pirámide cuadrada perfecta, mientras que otros tenían claro que la clave era empezar escalonadamente. Sólo que… en la práctica no lo hicieron. Y llegó la polémica, porque ninguno supo resolver un problema de lógica que obliga a asentar ocho elementos en la base y continuar distribuyendo el resto en filas superiores en progresión descendente (8,7,6,5,4,3,2,1,1).

El equipo de los Puma, superiores en número, tomó las riendas de la prueba y estuvo a un paso de conseguirlo, pero los de David Seco, capitaneados por Gigi, no montaron una pirámide perfecta y se ciñeron a una distribución alternativa: 9,7,6,5,4,3,2,1. Y ante las advertencias de Patxi Alonso, fueron cambiando y ajustando los fardos de paja sin acierto… y con desesperación. «Tenéis que mirar la base y empezar por la base y hasta arriba y no al revés», aconsejaba Lur Errekondo a todos los concursantes de El Conquis. Pero dio igual. El equipo azul continuó amontonando filas de dos fardos en la parte superior, y los verdes hicieron lo propio con una estructura un tanto desigual… hasta que Mejuto y Gigi se hicieron con los banderines y corrieron a ondear la ikurriña en la Patagonia argentina.

La victoria de los Puma fue efímera, demasiado, porque la organización tomó la controvertida decisión de anular el triunfo. «El juego es nulo. En el caso de los Pumas sobraba un fardo en la primera fila, que tenía que ser de ocho. Pero al ponerlo directamente arriba hay tres individuales», se justificó Patxi Alonso intentando calmar los ánimos. No lo consiguió, pero dio igual: los equipos Piche, Puma y Cóndor tuvieron que volver a la faena y volver a completar la prueba desde el inicio. Y, esta vez, ganaron los azules… con el consiguiente malestar de los rojos y los verdes.

Ambos equipos estallaron y no dudaron en criticar duramente a la organización de El Conquistador del fin del mundo. acusándola de haber cometido una gran injusticia. Los rojos, por haber anulado su victoria inicial; los verdes, por no competir en igualdad de condiciones. El malestar era tal que Gigi y buena parte de los Puma tomaron una insólita decisión: abandonar El Conquis. Una rebelión en toda regla cuyo desenlace se conocerá próximamente….

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