¿Cómo se hace un capítulo de Los Simpson?

Los Simpson, una de las series de dibujos animados más longevas de la historia de la televisión, ha sabido adaptarse, década tras década, a las nuevas tendencias televisivas y a los contenidos más actuales, pero su proceso de creación sigue siendo lento y elaborado, tanto que un capítulo de tan solo 25 minutos puede llegar a tardar meses y meses en concluirse.

Algunos miembros del equipo que hace posible que cada episodio de Los Simpson llegue a nuestras pantallas, fueron entrevistado por el portal The Verge, que detalla todas y cada una de las etapas por las que pasa un episodio de esta serie de simpáticos personajes amarillos.

La idea

En primer lugar, el proceso de elaboración de cada capítulo se inicia en una reunión en la que todos los guionistas aportan pequeñas tramas, después, los productores ejecutivos James L. Brooks y Al Jean se llevan esas ideas y les dan unas cuantas vueltas hasta dar con la trama ideal para el capítulo.

Posteriormente, la persona encargada de llevar a cabo ese capítulo empieza por darle forma al primer esbozo durante dos largas semanas, seguidas de otro periodo que abarca de cuatro a seis semanas, para pulir y dar forma a los detalles. El equipo se reúne de nuevo los jueves para leer cada una de las historias y los dobladores hacen lo propio los lunes para grabar las voces en un estudio de Los Ángeles.

De la idea al dibujo

Y llegó el momento de convertir la idea en dibujo. Cada capítulo se ofrece a determinados directores que, una vez aceptan, se encargan del sonido, el diseño, la animación y de todos los aspectos audiovisuales. En primer lugar se diseñan los storyboards, un proceso que antes se realizaba artesanalmente en papel y que ahora ha pasado al formato digital, concretamente a una plataforma a la que puede acceder todo el equipo para editar y realizar modificaciones.

¿Cómo se hace un capítulo de Los Simpson?

La fase de elaboración es una de las etapas más largas y se lleva a cabo en los distintos estudios y en la propia Fox. Una fase a la que le siguen dos largas semanas de revisiones y de dar coherencia a las escenas modificadas. En ocasiones, deben solucionar fallos de coherencia como el que cuenta el guionista gráfico Luis Escobar: "¡Oh no! ¡Homer tiene que estar en el otro lado de la habitación al final de la secuencia, pero ya no tiene esa línea que le hacía caminar hacia allí! ¿Cómo diablos se supone que deberá llegar al otro lado?, según Escobar, se intercala un plano de otro personaje y cuando Homer vuelve a estar en pantalla ya ha atravesado la habitación. ¡Problema solucionado!

Animación

En cuanto a la fase del diseño de animación, se trata de una de las más artesanas y anticuadas. Cada animador da vida con un lápiz a las 15 escenas del capítulo, convirtiendo los dibujos en acciones en movimiento. Este proceso, en el que los animadores pueden tardar entre un mes y mes y medio, da paso a la siguiente fase: la temporización. En esta etapa se encajan todas las escenas, fotogramas y sonidos y se hacen coincidir las formas de la boca para cuadrar los diálogos con cada sonido pronunciado. Una vez revisada esta fase, se envía al estudio Akom de Corea del Sur para la parte final de la animación.

Finalmente, Akom envía una versión completa a Los Ángeles, donde se enseña a los accionistas para que propongan las últimas modificaciones. Es en esta fase, muy cercana a la fecha de emisión, donde se añaden los chistes de actualidad. Y para acabar, un editor se reúne con Al Jean para introducir los nuevos cambios y añadir la música.

Aunque parezca imposible que se emita un episodio cada semana, después de conocer el largo proceso de elaboración de un solo capítulo, lo cierto es que se realizan varios episodios simultáneamente para agilizar el trabajo.