Novatos
Crítica de televisión ·
Estos días me ha dado tiempo a rebajar la pila de cómics y libros de mi mesilla y ponerme al día con varias series pendientesEn estos días en que uno ha sobrevivido a los excesos gastronómicos y a los compromisos familiares (necesitaría dos espacios como este para explicarle mi ... agenda), me ha dado tiempo a rebajar la pila de cómics y libros de mi mesilla y ponerme al día con varias series pendientes, desde la animación de 'The Clone Wars' (ya sé que no es precisamente nueva), los últimos estrenos de Netflix (esquivando con estilo todas las propuestas navideñas) y terminando en 'The Rookie'. Sí, otra vez una de polis. Sí, un procedimental. Y sí, Nathan Fillion fue el motivo de darle otra oportunidad a esta serie que tiene una premisa sencilla: un cuarentón de la costa este de Estados Unidos decide cambiar de vida y convertirse en policía en Los Ángeles. Es el novato más viejo de todos.
'The Rookie' (en España la emite TNT) va por la cuarta temporada, así que no le voy a contar qué ha pasado hasta ahora por si le pica la curiosidad. Me bajé en el segundo curso el año pasado y no la había echado de menos por culpa de la abundancia de otras opciones. Hasta que un día vi un capítulo y me quedé sorprendido. Esta no era la serie que había abandonado. Había evolucionado.
Volví al punto donde la había dejado y comencé a verla otra vez. Los secundarios, algunos de ellos reemplazados de temporadas anteriores, cogían más protagonismo. No todo giraba alrededor de Fillion, megafamoso por 'Castle' y además productor de 'The Rookie', sino que había más jugadores. Y las tramas habían mejorado, con el hilo argumental de la temporada hilvanando todos los capítulos junto a esa socarronería típica del actor canadiense. También hay atrevimientos en la realización, como ese capítulo grabado (o eso parece) con cámaras no profesionales. Una grata sorpresa para los seriéfilos.
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