Reflexión y pregunta

Jesús M. García

Sábado, 27 de febrero 2021, 11:07

En época de lamentaciones, los aficionados echamos en falta una reflexión profunda por parte de los taurinos que tenga en cuenta al auténtico soporte de ... la tauromaquia: el público.

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Salvo una loable 'Gira de Reconstrucción', 2020 ha sido un año en blanco y 2021anuncia, de momento suspensiones de ferias y más dudas que certezas. Hoy por hoy, estamos en medio de la nada;

Cuando al aficionado y al espectador ocasional se nos convoque nuevamente a un festejo, debemos ser cada vez más exigentes; nos van a llamar, pero nos deben convencer para acudir; se ha roto la inercia de las temporadas anteriores, cuando a una feria le seguían otra y otra, cuando los festejos sueltos llegaban puntualmente en las fiestas patronales.

Todo espectáculo, sea bueno o malo tiene unas reglas fundamentales y estas no deben cambiar. Por desgracia y con demasiada frecuencia, en el toreo esto si se hace y no se ofrece la verdad. Como espectadores no debemos soportar de nuevo un espectáculo que no genere emoción y que no haga aflorar sentimiento y arte. Hay que exigir toros con casta y trapío, sin suertes de varas simuladas, toreros ganándose la siguiente corrida en cada lance y no insulsas lidias con estética de tentadero, sin cambio de cromos en los carteles y empresarios que ofrezcan lo que pedimos y pagamos.

Reflexión y pregunta, en el orden que se quiera, deben llevarnos a una búsqueda de la verdad. Por sí mismo, el verdadero Toreo, con mayúscula, ¿tiene suficientes argumentos para atraer de nuevo al público?

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La solución está en manos de los taurinos. En caso contrario, la pandemia no será la culpable. Avisados están.

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