Rayos, truenos y centellas sobre Andoain
Thurston Moore se mostró implacable en un show sin concesiones | El exmúsico de Sonic Youth desconcertó y emocionó a partes iguales en el festival que recibió a The Llamps y Tropical Fuck Storm, entre otros
Para unos fue «la tormenta perfecta» y para otros, una «insufrible ida de olla». Thurston Moore, cabeza de cartel del Andoaingo Rock Jaialdia, ... no dejó indiferente a nadie con su andanada de ruido y experimentación. El ilustre exmiembro de Sonic Youth emocionó y desconcertó a partes iguales en un show sin concesiones que compartió jornada con las actuaciones de The Llamps y Tropical Fuck Storm, entre otros grupos.
En esta época musicalmente aciaga en la que las guitarras parecen proscritas de los escenarios, que una cita como la de Andoain haya cumplido doce años parece un milagro. Y no sólo porque sea gratis, las bebidas tengan precios populares o allí un cuarentón se sienta entre los más jóvenes del lugar sin contar a los hijos de los presentes; más bien porque permite seguir disfrutando del rock en su vertiente más amplia. El fresco pero buen tiempo hizo que el público se acercara en masa a la Plaza Nafarroa ya desde el concierto inaugural de Mice, proyecto en solitario de Miren Narbaiza. Perfectamente escoltada por el guitarrista Ibai Gogorza, la batería Ilargi Agirre y Joseba Baleztena en su atípica faceta de bajista, la eibartarra protagonizó un recital de rock claroscuro que incluyó los temas de su excelente debut en solitario 'Buelteri eusten' (2017). Y antes del final del macizo set ya quedó claro que el maestro Kaki Arkarazo, responsable de la cosa técnica, iba a sacarle chispas a la mesa de sonido.
En principio, The Llamps eran los menos populares del programa pero terminaron conquistando a la audiencia gracias al carisma de la vocalista y a lo jugoso de su políglota fórmula. En una onda similar a sus vecinos The Limiñanas, los de Perpinyà tiraron de guitarras velvetianas, batería frenética, órgano Korg, trompeta y pandero para edificar una excitante función de pop psicodélico con incursiones en el country western, el funk, la 'chanson' gala y el rock garajero. Todo ello defendido en francés, inglés y catalán, idioma en el que interpretaron una sorprendente versión del 'As Tears Go By' de The Rolling Stones.
Los más veteranos de la jornada, The Rockingbirds, venían de Londres aunque parecieran salidos de algún garito tejano. El zurdo Alan Tyler y su prole -otros seis músicos- dieron lo que se esperaba de ellos: exquisitas melodías sureñas, guitarras rítmicas, arreglos de banjo y pedal steel guitar y armonías vocales cantadas en micro compartido. Tras un inicio un tanto lineal, el septeto abandonó los medios tiempos y logró una feliz remontada al entregarse al country rock marchoso.
Pocos asideros
Tras la pausa para cenas y avituallamientos varios, los franceses Dimi Dero Inc. ofrecieron el que hasta entonces fue el concierto con ritmos más pesados, crudos y oscuros de la jornada. Los franceses contaron con la desaforada colaboración sorpresa de Gareth Liddiard (Tropical Fuck Storm) en un tema, frotaron un taladro contra la guitarra y citaron el 'Ace of Spades' de Motörhead para rubricar un bolo demoledor. Pero nada comparado a lo que estaba preparando Thurston Moore. Con su guitarra de doce cuerdas y un sinfín de pedales de efectos, el estadounidense noqueó a la audiencia al entregar un único tema instrumental de una hora: 60 minutos de rock experimental y abstracto que hicieron enmudecer a muchos en sus camisetas del 'Goo' de Sonic Youth, cuya música, claro, brilló por su ausencia. Tal vez, una propuesta con tan pocos asideros para el público general habría resultado más adecuada en una plaza menos festiva, pero los más cafeteros alcanzaron el nirvana a golpe de mantra. Como si fuera un líder jazzero, el implacable guitarrista dirigió a sus compañeros -Steve Shelley, Debe Googe y James Sedwards- en las improvisaciones, que alternaron atmósferas tranquilas con descomunales bolas de distorsión, acoples a mansalva e instantes alucinantes: impagable la imagen del gurú alzando su instrumento en mitad del akelarre ruidista como si fuera a entregarlo en ofrenda a alguna deidad rockera.
Thurston Moore noqueó a la audiencia al entregar un único tema instrumental de una hora
The Rockingbirds logró una feliz remontada al entregarse al country rock marchoso
Pero los rayos, los truenos y las centellas siguieron cayendo sobre Andoain hasta el final con Tropical Fuck Storm. La actuación de los australianos fue igualmente tempestuosa pero más desenfadada y, por momentos, muy punk. Gareth Liddiard y Fiona Kitschin gustaron con este proyecto paralelo a The Drones que también tiene un punto de experimentación, más asequible que el de Thurston Moore Group.
Así, la noche concluyó entre guitarrazos despiadados, momentos de penumbra sonora, voces desgarradas y violencia escénica, especialmente la sufrida por la guitarra del cantante, que fue vejada por su dueño en innumerables ocasiones. Tendrá que pasar por el taller antes de que este viernes actúen en el Azkena de Vitoria y en noviembre lo hagan en el Dabadaba. Mientras tanto, Andoain prepara su próxima tormenta rockera, la décimo tercera. Que no cunda el pánico: con la trayectoria de un festival que es sinónimo de 'planazo', no hay por qué temer al mal fario, sino limitarse a seguir disfrutando de sus manjares sonoros por muchos años.
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