Presencia audiovisual

Insisto que el elemento fundamental soporte del espectáculo taurino, es su presencia en los medios audiovisuales. Las televisiones autonómicas, han constituido un hito sin precedentes. Y claro, aquí nadie regala nada. Todo se explica por su incidencia en el share de una audiencia creciente y sostenida, es decir mercantilismo puro.

En ese ambiente, se acaba de publicar el Anteproyecto de Ley de Protección y Derechos de los Animales, propiciada por la Dirección General de Derechos Animales, ente creado por Podemos en el gobierno de coalición y que dirige Sergio García Torres. El texto legal, pone los pelos de punta. En su artículo 1.3 de las disposiciones generales se señala expresamente que quedan excluidos de esta ley los espectáculos taurinos, para a continuación, en su artículo 70, plantar perlas como esta: «La filmación de escenas con animales para cine o televisión u otros medios audiovisuales y las sesiones fotográficas con fines publicitarios que conlleven escenas en las que se refleje crueldad, maltrato, sufrimiento o muerte de los mismos, deberá realizarse, en todos los casos, de forma simulada, no pudiendo suponer situaciones de estrés extremo ni de esfuerzo físico desmedido para los animales».

¿Conocen algo más cercano a las corridas de toros televisadas? Pues eso, bastaría con plantear en el Congreso la supresión del artículo 1.3, y pista abierta para prohibir las retransmisiones en las televisiones públicas o privadas. O la supresión de los caballos de picar por el estrés y esfuerzo físico desmedido. Avisados están señores taurinos. Muévanse por favor.